Pequeño Omega Izuku x Katsuki (+18)

Capitulo 9: Amenazas.

La puerta de la habitación se abre y sale una enfermera.

— Adelante. — habló.

El rubio entró al cuarto en donde encontró a su omega durmiendo, su brazo estaba conectado a un tubo en donde le ponían suero para hidratarlo.

El doctor terminaba de anotar.

— Él estará bien.— dijo. — Le hicimos una limpieza estomacal, esas realmente eran muchas pastillas para dormir. Necesita reposo.

Él asintió y el médico y la enfermera salieron.

— ¡Deku! — Bakugo fue hasta él apresuradamente y le tomó de la mano. — ¿Por qué lo hiciste?

En ese instante alguien le respondió desde la puerta.

— Porque sabe lo que le conviene.— era una voz femenina.

— ¡Mamá! — exclamó el joven.— Tu.... ¡¿Qué mierda le dijiste?!

Él estaba enfadado, se alejó del chico porque sabía que no podría controlarse y en cualquier momento golpearía algo para desquitarse.

— Deberías rendirte y devolverlo, esta es la última vez que te lo advierto. — afirmó.

— ¡No voy a obedecer tus estúpidas órdenes sin sentido! — rugió. — ¡Tú me diste la opción de traerlo! ¡¿Por qué carajo no cooperas y ya?!

— ¡Porque creí que a la final aceptarías casarte con Toga!— chilló desesperada.— pero ahora...

— ¡¿Qué empeño tienes de que me case con ella?!

Mitsuki ya no pudo soportar más con la presión. Su hijo lo miraba con ojos de odio, un intenso odio que ella provocó con sus acciones. 

— ¡Ella me amenaza! — confesó. — los Himiko... van a matarme ... si tu no te casas con la chica.

¿Qué?

— ¿Qué estás diciendo?

La madre baja la mirada.

— Desde hace mucho tiempo sé... que involucrarme en los negocios de una familia como esa me traería problemas, Katsuki.— confesó. — Pero no creí que llegarían a amenazarme con matarme a mí, a ti, pero no sin antes destruirnos económicamente, arrebatarnos nuestra reputación. Hijo, solo trato de protegernos ¡¿por qué no puedes entenderme?!

Eso cabreó al chico.

— ¡¿Dañándolo a él que no tiene nada que ver con esto?! — señaló a Deku.— ¡¿Acaso estás loca?! — se quejó. — ¡¿Ocultándonos todo a mi padre y a mí lograrías algo?! ¡Porque yo creo que no!

En ese momento, el peliverde movió los párpados. Por consiguiente despertó, pero observó alterados a ambos alfas y cerró los ojos fingiendo continuar dormido.

— ¡Escucha! ¡Los Himiko son unos asesinos! ¡Y por si no lo sabes, tu omega les pertenecía ellos! ¡Yo firmé un contrato para quedarmelo mientras lo hiciera famoso en mi empresa! ¡¿Sabes que mientras lo incumpla ellos podrán venir y llevárselo?!

— No...

— Sé que es tu predestinado, te imprimaste.  Puedo sentirlo en tus venas hijo mío, pero llegó la hora de romper con el destino.

Él miró a su omega durmiente.

— Yo... no deseo casarme con esa loca ... tampoco quiero que Deku esté con otros. — él se desesperó.

— ¿Qué es lo mejor para él? ¿Acaso prefieres que todos muramos?

— ¿No podemos denunciarlos?