Epílogo 1: La chica invisible.

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Prologo 1: la chica invisible.

Shoto Todoroki.

Hacía frío en la oficina. Tenía una taza de chocolate caliente en la mano mientras visualizaba la invitación a la boda de mi mejor amigo y el omega que tanto amo. 

Sentí el corazón en un puño. Sé que debí luchar por mi amor,  pero no lo hice.  Sé que debí decirle todo lo que sentía,  pero me tragué mis sentimientos. 

Para mí,  mi amistad con Bakugo era sumamente especial,  era como el hermano que siempre anhelé. No podía traicionarlo, y más luego de entender que ambos estaban predestinados y yo no podía hacer nada al respecto.

Luego de aquél puñetazo que me dió aquella vez... Sentí el dolor de no querer perderlo y gracias a Dios lo olvidó.  Pero yo...  Yo aún no puedo olvidar la vez en la que logré probar el tacto de esos labios suaves y dulces de mi amado pecoso.

Al dormir,  mi mente reproducía imágenes de él y las convertía en sueños,  bellos sueños en los que navegamos juntos hasta la costa más bonita y soleada de su corazón. 

Lejos de mi padre,  lejos de mis problemas... Pero al despertar... Me daba cuenta de que solo había estado dormido y mi cerebro solo estaba jugando conmigo.  Volvía a la realidad,  a los problemas...

Mientras las personas que me rodeaban terminaron siendo felices con sus predestinados... como Kirishima,  Bakugo,  e incluso el delincuente de Ten... Yo terminé solo teniendo que soportar  las llamadas constantes de mi padre, cargar con las cuentas del hospital de mi madre,  con los insomnios sentimentales. 

¿Por qué si después de la tormenta viene arco iris... Mi tormenta no parece tener final?,  el sol no me muestra su luz y los colores del arco iris cada día se van apagando más y más.

En ese momento, entra Kirishima haciéndome reaccionar y de la manera más rápida guardo la invitación en uno de los cajones del escritorio.

— ¡Hey,  hombre!  — habló con su habitual sonrisa.

Él y Bakugo no me llamaban "presidente" a menos que estuviéramos reunidos con un gran grupo de gente. 

— Si vas a volver a pedir permiso para salir más temprano... Déjame decirte que...

— Oye cálmate, no era eso. — rió.  — Es solo que hemos puesto las cámaras de seguridad en la despensa de alimentos, pero aún así no lograron captar nada.  Ellos simplemente desaparecen.

Esto no era posible.  Tenía que ser una broma.

— Los alimentos no pueden evaporarse en el aire,  Kirishima. — respondí fastidiado. — Si no logran encontrar al culpable,  despediré a los guardias por no hacer bien su trabajo. — afirmé.

Él asintió. Luego se me ocurrió otra idea.

— Dile a los técnicos que instalen un censor de I. D . Solo los que tengan la autorización podrán abrirla.

— Bien. — asintió.

Entonces se marchó. Me asomé en la ventana enorme de cristal que había detrás de mí,  llovía. Sin embargo estos días la lluvia era habitual. 

El edificio del frente se había convirtido en D. D. O. Por lo que constantemente Kirishima y Bakugo se encontraban cruzando la calle solo para ver a sus predestinados en sus horas libres.

Sonó la alarma. 

Kirishima entra con rapidez.

— ¡Lo atrapamos!  — entonces,  dos de los guardias entran sosteniendo por los brazos al hombre que distribuía los alimentos.

Pequeño Omega Izuku x Katsuki (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora