…Ahora sí que tenemos una razón de peso para fingir que estamos comprometidos».
A Gianna le habría encantado poder dejar de recordar aquellas palabras. Ojalá jamás las hubiera oído. Ojalá las pudiera olvidar.
Sin embargo, las había oído y no las podía olvidar.
Lo único que podía hacer era intentar no pensar en ellas.
Sí, eso era exactamente lo que iba a hacer.
A lo mejor era una debilidad y, probablemente, era una locura, pero era la única manera que se le ocurría de poder soportar la situación.
Porque estaba decidida a sacar algo positivo de todo aquello.
Estaba perdidamente enamorada de Zayn y quería pasar todo el tiempo que pudiera con él.
No le iba a pedir que la amara porque sabía que eso era un sueño, como pedir la luna, pero, por lo menos, sabía que sentía por ella una pasión física desmesurada, tal y como le había demostrado varias veces, siempre que iba a casa de Ronan.
Al menos, la pasión los uniría.
En cualquier caso, Zayn había decidido quedarse un tiempo. ¿Por qué si no había insistido en que continuaran con la farsa del compromiso?
Seguro que no era solamente para complacer a su padre. Conocía lo suficiente a Zayn Malik como para saber que no hacía nunca nada para complacer a los demás si no le complacía a sí mismo.
Así que, si había elegido quedarse, era porque realmente le apetecía y Gianna estaba dispuesta a aprovechar la ocasión para estar con él todo el tiempo que pudiera.
Pronto volvería a Inglaterra. Aunque, a lo mejor, accedía a mantener una relación a distancia, Gianna era consciente de que aquello no duraría mucho.
Y, al final, se tendría que enfrentar a la angustia de perderlo.
De momento, tenía que aprovechar.
Zayn estaba en Roma.
Claro que había momentos en los que saber que nada era como su familia creía, o como a ella le gustaría que fuera, era casi insoportable.
Por ejemplo, el día en el que Zayn había hablado de un anillo de compromiso.
-¿No crees que deberíamos buscar un anillo? -había sugerido mientras tomaban un café tras haber dado un paseo por la ciudad.
-¿Un anillo? -había contestado Gianna sorprendida.
-Sí, un anillo de compromiso -había contestado Zayn tan tranquilo.
-¿Y para qué quiero yo un anillo de compromiso?
-Bueno, lo normal es que las parejas que están comprometidas compren un anillo de compromiso.
-Ya, pero tú y yo no somos una pareja normal en ese sentido porque, en realidad, como tú sabes muy bien, no estamos comprometidos.
En aquel momento, la mirada que Zayn le había dirigido había hecho que Gianna se estremeciera a pesar de que era media mañana y hacía calor.
-Si quieres que la gente crea que estamos comprometidos, hay que mantener las apariencias.
-¿Y qué te hace pensar que a mí me importan las apariencias?
-Creía que ésa era una de las cosas que a tu padre y a ti les importaban más -había contestado Zayn con frialdad.
Obviamente, se refería a lo que había sucedido en la boda de Ronan.