Cap.1

521 15 2
                                    

Estaba empezando a amanecer y el cielo de París se tornaba de esos colores que tanta luz le daban a la ciudad.

Mientras tanto, en la parte superior de la panadería Dupain, la hija de ambos propietarios, Marinette, andaba con prisa por su habitación, dando vueltas en círculo.

- Marinette, ¿estás bien? - preguntaba preocupada su pequeña compañera.

- Sí, tranquila Tikki, solo estoy un poco nerviosa - respondía esta relajando sus facciones y optando por sentarse en la silla de su escritorio.

La chica subió sus piernas a la silla y escondió su cabeza entre ambas mientras ahogaba un gritito de exasperación. Acto seguido, la kwami color cereza se acercó a su portadora, apoyándose con cuidado en su cabeza en un intento de demostrarle su apoyo. No obstante, al ver que la peliazul se mantenía encerrada en tal postura, decidió reforzar su gesto con unas palabras:

- Todo va a salir bien, Marinette. - la tranquilizó casi en susurros.

Al parecer aquella muestra de esperanza por parte de Tikki fue la única capaz de hacer que la Dupain levantara la cabeza y fijara sus orbes en los azules de su amiga, para, a continuación, soltar un suspiro tan largo que parecía no tener final. Tal acción sorprendió a la rojiza criatura, la cual esperaba que su portadora se dejara llevar por la positividad de su alentador comentario. 

- Marinette... - susurró Tikki preocupada. 

- Nunca debí de acceder a hacer esto. - reconoció con pesar la peliazul mientras se llevaba la palma de la mano izquierda a la cabeza en un gesto de exasperación consigo misma. 

De repente una música comenzó a sonar por toda la habitación, captando así la atención de ambas. Marinette se levantó veloz y empezó a buscar su móvil por todos lados, más no lograba dar con él. Sin embargo, esa no fue la suerte de Tikki, la cual visualizó el aparato encima de la cama de la Dupain y se dirigió hacia él para llevárselo a su portadora. En cuanto esta vislumbró a Tikki con su móvil una notoria expresión de alivio se instaló en su rostro para, posteriormente leer el nombre que aparecía en pantalla. 

En cuanto descolgó, una elevada voz se escuchó a través de la línea, provocando que Marinette tuviera que alejarse unos segundos el artilugio hasta que el sonido cesara.

- ¡¡¡Marinette!!! - gritaba su amiga Alya .

- ¡¿Qué?! Alya no hace falta que grites tanto... - respondía rodando los ojos.

- Lo sé, me dejé llevar por la emoción - ambas rieron - Y dime, ¿estás lista?

- No sé si es buena idea... - contestó cohibida Marinette. - Aún no lo tengo nada claro.

- ¡Venga ya, chica! ¡No digas tonterías! - contestó bobalicona.

- Pero... - instó en continuar Mari, más, sin embargo, fue interrumpida por la Césaire, quien no dejándola proseguir le informó de lo siguiente:

 - Te espero dentro de diez minutos en el parque, ¿vale? - y tras ello, colgó.

Después la converación con Alya, Marinette se quedó pensativa. No sabía qué hacer. Su corazón le decía una cosa y su mente, a su vez, lo contradecía. Es cierto que llevaba ya enamorada de Adrien 4 años, y que ya demasiado había retrasado el momento de la verdad, pero... ¿Era acaso realmente el momento de dar el gran paso que tanto tiempo había estado temiendo?

***

Mientras, en el parque la morena esperaba a su amiga sentada en un banco a la sombra. Estaba empezando a perder la paciencia, y sobre todo la esperanza de que Marinette se presentara, ya que la azabache se había retrasado un cuarto de hora de la hora acordada y no contestaba a sus insaciables mensajes y llamadas. A pesar de ello, Alya decidió no alarmarse y esperar un rato más. Conocía a su amiga y sabía que la puntualidad no era uno de sus puntos fuertes. 

𝑺𝒊 𝒍𝒐 𝒉𝒖𝒃𝒊𝒆𝒓𝒂 𝒔𝒂𝒃𝒊𝒅𝒐 {ℒℯ𝓂ℴ𝓃} - Marichat / Adrinette - PINK T.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora