Cap. 14

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Ya habían pasado cuatro semanas desde aquel descocado día que pasó junto a Chat. Cuatro semanas en las que no había vuelto ni a verle ni a tener noticias suyas. Ya no iba a visitarla y, aunque ciertas veces se había transformado en Ladybug para buscarle por la ciudad, no daba con él. 

En cierto modo se encontraba preocupada de que le hubiera pasado algo, pero, sobre todo, estaba inquieta e intranquila por la posibilidad real que había de que hubiera dejado de verla porque ya no le interesaba o porque lo estropeó todo aquel día marcando distancias. 

Sí, es cierto, vieron una película acurrucados, mas no pudo evitar notar al rubio estático y un poco incómodo ante el contacto entre ambos. No obstante, no lo culpaba, no a él, pero a ella sí. Se culpaba por estar saliendo con Luka, querer que aquello funcionase y andar a escondidas aceptando las caricias del superhéroe. Porque para qué engañarse, anhelaba sus atenciones. 

Tampoco entendía como había estado tan ciega cuando ambos tuvieron la oportunidad de ser algo. ¿Por qué diablo en esa época le daba igual y ahora se sentía intensamente atraída por él de una forma alarmante? En el fondo sabía la respuesta: Adrien Agreste. Su idealizado amor por el modelo la había cegado tanto que no había podido tan siquiera tener en cuenta a Chat. 

Sin embargo, ya había crecido y era más madura y todo ello la había ayudado a darse cuenta de que en cuanto al amor, lo que prima no es la perfección, sino la sinceridad. Sabía todo de Chat porque él no tenía reparos en mostrar sus imperfecciones y con el tiempo había comprendido que querer no solo significaba amar los beneficios de alguien, sino también adorar sus fallos y convertirlos en perfecciones. 

Nuestros errores nos hacen únicos, forjan nuestra personalidad y nos ayudan a diferenciarnos del resto. Qué pena que hubiera tardado tanto en darse cuenta...

Por otro lado, algo positivo había conseguido sacar de la situación, ya que el hecho de que el ojiverde hubiera decidido no aparecer, le había permitido centrarse en Luka y la relación que ambos tenían. 

Así pues, habían tenido la oportunidad de hacer multitud de planes juntos y conocerse un poco más el uno al otro, provocando así que, poco a poco, esa sensación de vacío de la que la azabache se sentía acompañada fuera sustituida por otra de abrigo, de calidez. 

Estar con Luka era agradable y realmente disfrutaba de los momentos a su lado. Él le enseñaba cosas que ni ella sabía que existían, le hablaba de música, de arte, de un futuro juntos... 

Todo iba bien hasta que un día se dio una situación inevitable entre parejas adolescentes. 

Pero, para contarlo, hemos de comenzar con el principio de aquel día:


Era un sábado soleado, los pájaros cantaban alegres y una ligera brisa otoñal soplaba hacia los árboles provocando que sus ramas se merecieran y emitieran esa característica melodía. 

Marinette había quedado con Luka en su barco y, en aquellos instantes, se encontraba caminando hacia su destino. 

El día anterior Luka se había ofrecido a enseñarla a tocar unos acordes para que compusieran juntos su canción especial y, por supuesto, la peliazul había aceptado ilusionada al ver lo romántico que sonaba aquel plan. 

Pero, para qué engañarse, todo iba bien hasta que un gato callejero de color negro se cruzó en su camino por casualidad; o más bien había sido de nuevo el destino, al cual parecía que le encantaba jugarle malas pasadas. 

En todo caso, no había podido evitar que la aparición de aquel felino le recordara a Chat Noir. Durante aquel mes había tratado con todas sus fuerzas olvidarse de él y dejarlo atrás, asumiendo que nunca más lo vería a ver, pero raro era el día en el que su peculiar rostro, siempre con una sonrisa jocosa en los labios, no acudía a su mente ante el más mínimo detalle. Todo le recordaba a él: las escapadas nocturnas que había estado haciendo transformándose en Ladybug, los chistes pesados que escuchaba por la calle, por supuestos, aquellos felinos callejeros que parecían querer cruzarse en su camino todos los días... Ella quería olvidarle, pero parecía que el universo se había propuesto justo lo contrario. 

𝑺𝒊 𝒍𝒐 𝒉𝒖𝒃𝒊𝒆𝒓𝒂 𝒔𝒂𝒃𝒊𝒅𝒐 {ℒℯ𝓂ℴ𝓃} - Marichat / Adrinette - PINK T.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora