Cap.8

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El reloj marcaba las once de la mañana y Marinette y Alya aún seguían durmiendo plácidamente.

- ¡Despertad, ya es muy tarde! - les decía Sabine mientras abría las cortinas y la luz invadía el interior de la habitación.

- Ay... Mamá... un poco más de tiempo - rogaba Marinette perezosa mientras se tapaba de los rayos de sol con la almohada.

Sabine rió y volvió a bajar hacia el salón, dejando a ambas amigas solas para que pudieran desperezarse.

- ¿Qué hora es? - preguntó Alya enderezándose y frotándose los ojos.

- Las once - consiguió responder Marinette tras un bostezo y dándose la vuelta hacia su amiga.

- ¿¡LAS ONCE?! - gritó Alya sorprendida. - ¡Hoy tenía que cuidar de mis hermanas!

La azabache no pudo evitar soltar una sonora carcajada mientras observaba a la morena correr de un lado para otro sofocada, recogiendo sus cosas veloz y dirigiéndose al baño para quitarse el pijama que la peliazul le había prestado y colocarse su ropa de diario.

- No es gracioso, Dupain - espetó la morena arrugando las cejas al salir del baño y comprobar que su amiga aún seguía mofándose de ella.

Un par de minutos más y Alya se encontraba ya lista y en la puerta del apartamento, dispuesta a marcharse.

- ¡Adiós Marinette! ¡Adiós señores Dupain-Cheng! - gritó mientras se deslizaba rápidamente escalera abajo. Iba tan rápido que Marinette se sorprendió de no verla rodar durante todo el tramo de peldaños.

- Qué torbellino de chica - expresó Tikki con una risita a su lado.

- Y qué lo digas. - respondió Mari contagiándose de la risa de esta.

***

- ¿Te viene bien a esa hora? - preguntaba el chico a través de la línea.

- Claro. Allí nos vemos - contestó Marinette, para, posteriormente pulsar el botón rojo y colgar la llamada.

- Te veo muy emocionada - observó Tikki desde el escritorio. 

La azabache no respondió, sino que solo se limito a sonreírle a modo de respuesta. 

Tras ello, se levantó decidida y empezó a rebuscar en su armario con el fin de seleccionar el conjunto que iba a llevar.

Tras una intensa búsqueda decidió ponerse una falda azul pavo con una chaleco blanco de medias mangas y unos leggins debajo. Una combinación que la favorecía realmente y resaltaba sus preciosos zafiros. 

Cepilló su cabello y lo recogió en sus dos habituales coletas, para después echarse un poco de perfume con aroma a vainilla, esencia característica suya

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Cepilló su cabello y lo recogió en sus dos habituales coletas, para después echarse un poco de perfume con aroma a vainilla, esencia característica suya.

- ¿Se podría considerar esto una cita? - cuestionó dubitativa Tikki.

La aspirante a diseñadora rodó ambos ojos y como ya era costumbre, negó cualquier hecho entre ambos:

𝑺𝒊 𝒍𝒐 𝒉𝒖𝒃𝒊𝒆𝒓𝒂 𝒔𝒂𝒃𝒊𝒅𝒐 {ℒℯ𝓂ℴ𝓃} - Marichat / Adrinette - PINK T.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora