Cap. 18

235 5 11
                                    

- ¿Marinette? - dijo el rubio sorprendido al encontrarla a su lado. - ¿Estás bien? - le preguntó instantáneamente al caer en cuenta de que estaba rodeada de cristales y, tras ello, incorporándose para ofrecerle una mano y ayudarla a levantarse. 

Por su parte, la peliazul, aún en el piso, levantó sus ojos tímidamente hacia él, temiendo que el peligroso pero inevitable encuentro entre esmeraldas y zafiros llegara y la dejara de piedra y sin habla. No obstante, tal y como siempre había ocurrido, el magnetismo que los ojos de ambos se profesaban desde que se conocieron, hizo efecto y, en consecuencia, Marinette se vio obligaba a dirigir sus luceros hacia los de Adrien, el cual se encontraba frente a ella ofreciéndole amablemente su mano para ayudarla en un gesto de aparente desinterés, mas sin ser consciente de lo atractivo que se veía desde aquella posición e iluminado por la cálida luz de las guirnaldas de bombilla. Asimismo, aunque su dorado pelo estaba despeinado y un poco empapado por el refresco, lucía increíble. Y ni falta hacía resaltar esa pícara sonrisa que solo le había visto a Chat y a él poner... 

Por su parte, sus esmeraldas brillaban como la propia luz de las estrellas y no apartaban la mirada de ella. Hacía tiempo que no veía ese color en sus ojos... Por culpa de haber estado peleados, cada vez que él se le acercaba, los había visto apagados, sin luz, sin vida... Pero aquella noche parecía ser distinto, su mirada había cambiado y, en consecuencia, recuperado ese característico brillar. 

- Y-yo... esto, est-toy bien... - contestó al fin obligándose a romper el hipnótico contacto visual y, por consiguiente, a apartar la mirada de él. 

De este modo, Marinette terminó de limpiarse algunos cristales del vestido, el cual por suerte no había acabado demasiado empapado, y, con timidez, extendió temblorosamente la mano hacia la de Adrien, que esperaba pacientemente a levantarla. 

- Gracias. - agradeció cortésmente cuando el rubio la alzó hacia arriba. 

- No es nada. - declaró el chico acariciándose la nuca en un gesto incómodo. 

Ambos estaban estáticos el uno frente al otro. No sabían muy bien qué decir ni hacer y la tensión podía cortarse con unas tijeras perfectamente.

Marinette no sabía con certeza si Adrien estaba molesto o lo que opinaba de ella después de como le había tratado aquellos últimos meses y, asimismo, no tenía ni idea de qué decir ni de cómo empezar a disculparse. 

El rubio, por su parte, se encontraba en la misma situación; no tenía ni la más mínima idea de si la azabache aún seguía molesta con él y tampoco de por qué estaba allí. ¿Era una mera coincidencia? ¿Estaba ya planeado? O ¿Es que acaso Nino y Alya le había hecho una encerrona? Tendría que ser eso último porque, si no, veía imposible que Marinette se hubiera ofrecido a venir por voluntad propia a una cena con él. No obstante, lo que aún no entendía era por qué la pareja de morenos le habían ocultado a él que ella iba a aparecer. ¿Acaso no había dejado claro por su parte que no tenía ningún problema con la peliazul y que, en consecuencia, deseaba más que nadie arreglar las cosas con ella? Desde luego, no comprendía nada. 

Por otro lado, a todo ello se le sumaba la tensión de tenerla delante después de tanto tiempo y no poderla ni tan siquiera abrazar, tal y como hubiera hecho si en aquellos momentos fuera el superhéroe y no el modelo. 

Había estado todo aquel mes autoengañándose e intentando hacerse creer a sí mismo que no sentía nada por ella, que solo era una simple amiga, pero ahora que volvía a tenerla frente a sí, no podía evitar reafirmar lo que ya sospechaba desde que se marchó y lo que trató de ocultar con todas sus fuerzas. 

Puede que en un principio sus intenciones al acercarse a la peliazul como Chat estuvieran asociadas a calmar un poco su conciencia y a convencerse de que, aunque Adrien la hubiera perdido, el héroe gatuno aún podía tenerla como amiga, mas era consciente, demasiado diría él, de que, conforme el tiempo fue pasando, atrás quedaron aquellos propósitos. Demonios... Debía admitirlo... dejó de ir a verla para mantener su amistad y comenzó a ir para verla a ella, escuchar su dulce voz y a tenerla entre sus brazos...

𝑺𝒊 𝒍𝒐 𝒉𝒖𝒃𝒊𝒆𝒓𝒂 𝒔𝒂𝒃𝒊𝒅𝒐 {ℒℯ𝓂ℴ𝓃} - Marichat / Adrinette - PINK T.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora