Cap.3

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- Lo siento, Adrien... He decidido no volver por un tiempo a París - decía la azabache con la voz rota.

- Pero... ¿Por qué? - preguntaba por centésima vez el rubio. 

- Necesito irme... No quieras más respuestas - contestó para posteriormente colgar.

Adrien no entendía nada de lo que estaba ocurriendo. ¿Por qué justo ahora que acababa de empezar una relación con Kagami ella quería alejarse de él? ¿Acaso había hecho algo mal? ¿Había metido la pata? 

Exasperado se llevó ambas manos a la nuca a la vez que dejaba escapar un largo suspiro.

A todo esto, el pequeño kwami de color negro que volaba por la habitación se acercó a él, dispuesto a recordarle lo que le advirtió cuando Adrien le confesó su plan de pedirle salir a la japonesa:

- Te dije que esa chica no era la correcta...

- Tú no sabes nada, Plagg... - respondió Adrien molesto. - Ni siquiera sabes lo que es amar. - declaró con dureza haciendo que el pequeño kwami parara en seco y se posicionara delante de su rostro.

- ¡Claro que lo sé! ¡El qué no lo sabe eres tú! - rebatió dolido por las palabras del chico.

Aunque siempre aparentara indiferencia y tuviera poco tacto, Plagg también era un ser, un ser con sentimientos... No era una roca tal y como su portador creía. Él había amado y amaba, por mucho que costara creerlo.

El chico cubrió su rostro con ambas manos y emitió un quejido fruto de la desesperación.

- Perdóname, Plagg. - suplicó arrepentido. - Hoy no está siendo un buen día.

La pequeña criatura lo miró y con un asentimiento le dio a entender que lo perdonaba y que en cierta parte, lo entendía. 

De repente una música proveniente del móvil del rubio comenzó a sonar irrumpiendo los pensamientos de ambos, a lo que el de orbes esmeralda se levantó y pulsó una tecla para contestar a la llamada:

- ¿Diga? - habló desganado.

- ¡Adrien! ¡Por fin coges el teléfono! - gritaba Chloe. - He estado intentando contactar contigo varias veces antes, pero no lo conseguía...

El rubio rodó ambos ojos. No tenía ganas de hablar con nadie, y menos con Chloe, la cual no lo dejaría en paz hasta conseguir lo que quisiera. Él solo quería estar solo un rato para poder reflexionar y pensar en alguna solución con respecto a su novia. 

- Estaba hablando de un tema con Kagami. - se excusó con voz áspera.

- ¿Te has enterado de lo que ha pasado? - su voz iba adquiriendo un tono cada vez más malicioso.

Chloe pareció ignorar tal afirmación, hecho que tranquilizó al de orbes verdes, puesto que no se sentía con fuerzas para escuchar cómo Chloe se quejaba de Kagami e intentaba hacerle ver "que ella no era suficiente para él" durante horas.  Por lo que, algo más tranquilo, Adrien se tumbó en su sofá mientras ponía la llamada en altavoz y se disponía a escucharla con pesadez:

- No, dime - cuestionó desinteresado.

La hija del alcalde se aclaró la garganta en un sutil carraspeó y comenzó a narrar:

- Pues verás... ayer estaba haciendo unas compras con Sabrina, y de repente nos encontramos a la panadera esta...

- Chloe - le riñó Adrien. - Se llama Marinette.

- Si, eso, eso. En fin, que la vimos peleando con la japonesa. Marinette le gritaba mucho y Kagami lloraba... - inventó.

Escuchar tal afirmación provocó que él rubio se pusiera en alerta, levantándose del sofá sorprendido.

𝑺𝒊 𝒍𝒐 𝒉𝒖𝒃𝒊𝒆𝒓𝒂 𝒔𝒂𝒃𝒊𝒅𝒐 {ℒℯ𝓂ℴ𝓃} - Marichat / Adrinette - PINK T.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora