- No me hables. - sentenció enfurecida Marinette al pasar al lado de su mejor amiga, una vez bajadas ya las escaleras y de nuevo en el patio de la escuela.
En un principio, Alya la miró confusa, pero en pocos segundos cayó en cuenta de la situación: el plan no había salido como habían planeado y, por lo tanto, había fracasado, además de que por el semblante y el tono enfurecido de la azabache, deducía que todo había sido un verdadero desastre.
Todos sabían desde el principio que era arriesgado llevarlo a cabo, mas, Adrien insistió tanto que la pareja de morenos tuvo que darse por vencida y ceder a favor de su amigo.
Lo habían preparado todo con sumo cuidado, prestando atención a cada detalle, con el fin de que Marinette hiciera las paces de una vez con él, pero el destino, caprichoso como siempre, se había tornado en contra de ambos jóvenes y les había jugado de nuevo una mala pasada.
No obstante, estaba segura de que, aunque el plan no hubiera funcionado, no sería el único intento de Adrien; él seguiría persistiendo lo que hiciera falta para recuperar a la peliazul, lo que le hacía debatirse entre si el rubio era tan persistente porque en el fondo sentía algo más por su amiga o simplemente era por mera culpabilidad y mala conciencia. No obstante, fuere lo que fuese, sus intenciones eran sinceras y verdaderas y, por ello, estaba dispuesta a seguir ayudándole.
Aunque era cierto que Adrien había cometido un gran fallo, ahora, la que de verdad estaba cometiendo un error era Marinette al insistir en alejar a una persona que tan importante en su vida había sido como el rubio y, por ello, tenía que intervenir.
- Marinette, espera. - le pidió agarrándola del brazo para intentar detenerla. - Podemos explicarlo.
La peliazul se volvió furiosa hacia ella y se soltó con fiereza de su agarra en un brusco movimiento.
- No necesito que me expliquéis nada, ya está todo dicho. - la contradijo con cara de pocos amigos. - Y ahora mismo me voy de aquí, no estoy preparada para soportar estar todo el día al lado de "mi mejor amiga", la que me ha traicionado y ha decidido ponerse de lado de... bah, da igual, todos ya sabéis de quien hablo - explicó gesticulando exageradamente en el aire con ambas manos para, acto seguido, comenzar a caminar hacia la puerta de la escuela dispuesta a irse.
La de lentes la siguió a paso acelerado para alcanzarla y situarse delante de ella, dispuesta a frenarla y evitar que se marchara.
- Marinette, tienes que escuchar a Adrien... Todo ha sido un malentendido, dale la oportunidad de explicarse. - le suplicó sujetándola de los hombros y clavando su mirada en los zafiros de esta.
- ¿Me estás diciendo que tú también te vas a creer su excusa de que todo ha sido un malentendido? - preguntó incrédula. - ¡Dios mío! ¡Si estabas allí mismo! ¡Lo escuchaste todo! - continuó sorprendida.
- Tienes que creerle, por favor... - volvió a rogarle. - Tú aún le amas, no puedes hacerte esto.
Nada más que tales palabras salieron de su boca, la peliazul se apartó bruscamente y, esquivándola, empezó a bajar las escaleras en dirección a su casa.
- Te equivocas, yo ya no siento nada por él. El pasado, pasado es y pasado está. - determinó con firmeza.
La aspirante a reportera la observó marcharse manteniéndose en una postura estática hasta que, pocos segundos después, llegaron su novio y el rubio.
- Vamos... pronto se arreglará todo. - intentó tranquilizarla el moreno dándole un abrazo. - Por lo menos lo hemos intentado. - se sosegó.
- Lo siento, Adrien. - se lamentó Alya dándole una palmadita afectiva en el hombro. - Pero no te desanimes. Es Marinette, acabará perdonándote. - intentó esperanzarle.
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𝑺𝒊 𝒍𝒐 𝒉𝒖𝒃𝒊𝒆𝒓𝒂 𝒔𝒂𝒃𝒊𝒅𝒐 {ℒℯ𝓂ℴ𝓃} - Marichat / Adrinette - PINK T.
Romance¿Por qué tardó tanto en darse cuenta? ¿Qué clase de chiste era aquel? ¿Justo tenía q enamorarse de ella ahora que estaba saliendo con Luka? Desde luego que era experto en meter la pata. Y todo porque él se equivocó, la cagó demasiado, y provocó que...