Alceo

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—Hebe... — murmuré empujando a Zeus.

—¡Mamá! — gritó corriendo hacia mí. Le abracé con fuerza depositando un beso sobre su cabeza, mi pequeña sollozaba con aflicción, la misma que sentí al percibir como su cuerpo temblaba entre mis brazos.

—¿Por qué carajos esta ella aquí? — Zeus preguntó. Alcé mi rostro observando a Morfeo y Thanatos frente a mí.

—¡Yo quería ir contigo! — gritó con el rostro hundido en mi pecho —Cuando tío Morfeo llegó a casa del abuelo pensé que algo malo había sucedido contigo y papá— se aferró más a mí.

—Mi amor— acaricié su cabello —Estoy bien mi universo— susurré —Ambos estamos bien— tomé sus hombros para verle al rostro.

—Ha hecho un berrinche descomunal— Morfeo suspiró—Tal y como su madre— entorné mis ojos.

—La traje con la condición que le llevaría de regreso después de verte— dijo mi padre.

—Papá— musité y mis lágrimas terminaron por traicionarme, no tardó ni un segundo en acercarse y envolverme en sus brazos.

—Mi cielo estaba preocupado por ti — besó mi cabeza —Tu madre se ha vuelto histérica al saber lo que sucedió, ha querido venir, pero no se lo he permitido no quiero ponerle en peligro, es por eso que tú y Hebe irán con ella, allá estarán a salvo— negué.

—Si voy les pondría en mucho más peligro— susurré —Gea me busca, quiere asesinarme—.

—Hera— Zeus llamó mi atención. Conocía esa mirada a la perfección.

—Zeus no...— tragué saliva.

—Mi amor— se acercó tomando mi mano.

—¡No le toques! — Hebe gritó empujándole dejándonos boquiabiertos a todos —¡No vuelvas a tocarle! — gritó una vez más entre lágrimas.

—¡Hebe no le hable así a tu padre! — Thanatos le reprendió con molestia.

—Oh carajo— escuche a Poseidón decir, él y Helios se acercaron y mi padre entornó sus ojos hacía Helios hasta que al reconocerle les abrió con sorpresa.

—¡Es tu culpa que mamá quiera irse y dejarnos! — gritó sollozando —¡Mamá te ama y a ti no te importa! — se acercó golpeando el pecho de Zeus.

—No, mi cielo tranquilízate— dije con angustia. Zeus tomó sus muñecas y le abrazó.

—Mi amor lo siento mucho— Zeus susurró—Todo ha sido mi culpa, lo sé —ella forcejeó para soltarse —Amo a tu madre tanto como sé también que ella lo hace— clavó sus ojos en los míos —He sido un idiota mi niña, lamento mucho que tengas que pasar por esto—.

—¿Qué está sucediendo? — mi padre preguntó confundido.

—Eh...— murmuró Poseidón sin saber que decir —¡Oh sí! Thanatos hay algunas cosas que tienes que escuchar, vamos— se atrevió a tomarlo del brazo y le haló llevándoselo, supongo que al oráculo. Helios palmeó el hombro de Morfeo y estos fueron tras Poseidón y Thanatos.

—Tú ya no nos amas— musitó Hebe.

—Mi amor mírame— Zeus le separó de él —¿Cómo no voy a amarlos? — le vio con aflicción —Si son la segunda cosa más maravillosa que pudo sucederme en el mundo— limpió las mejillas de Hebe —Son la segunda porque primero conocí a su madre— mordí mi labio sin poder ocultar mis lágrimas —Amo a tu hermano y a ti como no tienes idea, todas las estupideces que he hecho no tienen nada que ver con ustedes ni con tu madre—.

Hera: La caída del sol y el rayo © Libro IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora