Feng Yu Jiu Tian [ESPAÑOL]

Prólogo - Libro 1.

LIBRO 1.

Primer libro: Regreso al Pasado.

Prólogo.

Feng Ming murió.

Nunca se le había ocurrido que su vida iba a ser tan corta. Solo tenía diecinueve años, Feng Ming creía que su vida acababa de empezar y no debía terminar en ese momento.

Por desgracia en el camino a casa, se encontró con un camión que se desvió de la carretera y se dirigía directo a un niño pequeño que cruzaba la calle de forma desprevenida. Inmediatamente Feng Ming corrió hacia adelante y sin pensar lo tomó al niño en sus brazos, el camión no se detuvo arrollándolos con fuerza. En ese momento se sintió asimismo volar alto en el cielo, como un ángel. El trato de enfocar sus ojos y mirando a su alrededor se encontró con una multitud que lo rodeaba.

En ese momento, sabía que estaba muerto. 

«Así que estoy muerto, pero ¿qué debo hacer ahora? ¿A dónde van los muertos?» Feng Ming se sentía conmocionado y sorprendido mientras veía su propio cuerpo que había sido trasladado a la morgue.

Nadie lo vio, lo oyó, lo lloró o lo llamó. Era algo surrealista; como estar congelado en el reino de las pesadillas. En ese momento, no sabía cómo, pero de pronto, escuchó una voz.

—¿Estás ahí todavía?

Feng Ming creía que no era posible que alguien vivo, pudiera hablar con él. Sin embargo, él podía escuchar un tono de voz grave que lo llamaba y el sonido provenía definitiva y claramente de una persona que estaba hablando con él o por lo menos lo intentaba.

—¿Yo? ¿Me hablas a mí? —Feng Ming respondió alarmado: —¿Tú me hablas a mí? ¿Quién eres? ¿Eres Dios? ¿O un fantasma?

La voz rió entre dientes, —No soy un dios, ni un fantasma, estoy de pie enfrente de la puerta de la nada.

Feng Ming volvió la cabeza, y en la lejanía, hacia la salida del espacio vacío, vio a un hombre de mediana edad que sostenía en sus brazos al niño pequeño al cual le había salvado la vida.

El hombre abrió la boca como si estuviera hablando con el aire, —Yo soy un hechicero, poseo poderes sobrenaturales. Estoy aquí porque quiero mostrarte mi gratitud por salvar a mi hijo, por lo que voy a ayudarte a conseguir otra vida.

Feng Ming dijo asombrado: —¿Es posible?

—Sí. —El hombre afirmó, —Es posible. —Asintió con la cabeza. —Hoy es el día adecuado, la alineación espacio tiempo es perfecta, para abrir la puerta interdimensional, Podría ayudarte a encontrar el cuerpo de alguien que acabe de fallecer, por supuesto, este cuerpo no va a ser tu viejo cuerpo, debe ser uno que esté en mejores condiciones.

—Entonces, tú estás diciendo que yo no tengo opción.

—Así es, ya que su cuerpo fue gravemente herido, soy incapaz de reparar los daños y recuperarlo para usted.

—¿Eso significa que tengo que viajar a un espacio tiempo diferente para poder seguir existiendo?

—Sí, esta es su única oportunidad de seguir con vida. Usted es muy afortunado, no sólo porque me encontró y salvó la vida de mi hijo, sino porque hoy es el momento justo; cuando la puerta está abierta. De lo contrario, cuando un alma sale de su cuerpo ésta sólo puede sobrevivir por unas doce horas y luego se disipa.

—¿Tengo suerte? Pensé que todo aquel que moría podía reencarnar de nuevo.

—Incluso si su muerte fuera durante el tiempo en que la puerta está abierta, de no haber ayudado a mi hijo, alguien con mis capacidades no lo habría ayudado y usted no sería capaz de buscar un nuevo cuerpo. En pocas palabras si no hubiera rescatado a mi hijo yo no estaría aquí para ayudarle. Bueno, entonces, Comencemos.

—Espera un segundo.

—¿Qué es?

—¿Es necesario que usted encuentre un nuevo cuerpo para mí? ¿No podría yo elegir uno?

—¿Cómo quieres que sea?

Feng Ming hizo una mueca. —Por supuesto espero que sea de una muy buena familia, un joven maestro —Hizo una pausa. —Por favor, no ponga mi alma en el cuerpo de una mujer. Además, si pudiera ser guapo se lo agradecería y no quiero medir menos de 1,60.

El hombre suspiró: —Voy a hacer todo lo que pueda.

—¿Qué quiere decir, con 'lo que puedas'?

—Hay algunas cosas que nunca puedes obtener.

De repente, el hombre hizo un movimiento rápido. —Oh no, se abre la puerta. Debemos empezar rápidamente...

Un destello de luz, como un rayo apareció frente a los ojos de Feng Ming, y una fuerte ráfaga de viento, como un huracán arrastró su alma y sintió como si la destrozara rompiéndola en muchos pedazos.

—¡AH! ¡Ah! Aaaaaaaaaa...

Gritó Feng Ming, mientras era absorbido por el ojo del portal y su alma era destrozada.