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Segundo libro: El príncipe es embajador.

Capítulo 23.


Chiu Lan sacudió la cabeza: —Está fuera de cuestión, la capital está muy agitada, hay muchos extranjeros que han venido a felicitar al Rey. Hay un sinnúmero de enviados y sus lacayos apostados en la frontera de la capital. ¿Qué haríamos si secuestran al Rey Ming? Entre otras cosas, si nos encontramos con el partido de la princesa Miao Guang...

La criada había escuchado los intercambios de Rong Tian y Feng Ming. Los temas abarcaron las luchas políticas nacionales e internacionales. Ver a la joven tratando de analizar las consecuencias de una metodología de racionalización, era bastante lindo.

Al escuchar las palabras de su sierva, Feng Ming se llenó de temor, nada lo asustaba más que Ruo Yan. Y al saber que sus tropas podrían estar rondando la capital, le provocó un escalofrío que recorrió su columna vertebral. Sacudiendo la cabeza finalmente dijo: —Si ese es el caso, entonces no podremos salir de la capital. —Con su declaración, las otras dos criadas naturalmente no continuaron con el asunto.

Chiu Lan sonrió: —Ming Wang es el más inteligente.

—¡Bueno, él es más inteligente que usted! —Chiu Xing tiró suavemente de la oreja de Chiu Lan.

Chiu Yue miró a su alrededor y una idea la golpeó, ella se trasladó a tirar de la manga de su maestro.

—Ming Wang, oí que la princesa Miao Guang es muy bonita, ¿vamos a ir a visitarla en su lugar?

—¿La hermana del Rey de Li? —Chiu Xing interrumpió: —¿Puede incluso ser comparada con nuestra Tercera Princesa?

Chiu Yue empujó a su amiga a un lado:  —Los otros asistentes han estado diciendo... —Ella sonrió y se acercó a susurrarle algo al oído de Feng Ming: —Que El Rey buscó una audiencia privada con la princesa. Su discusión fue larga e intensa.

—Ming Wang, viendo que no vamos a salir de la capital, debemos prestar nuestros saludos a la princesa.

De todos modos, el Rey Feng Ming no tenía prisa de volver al palacio. Su interés se animó y quería ver a la princesa por sí mismo.

Él asintió con la cabeza: —Muy bien, me gustaría ver si la hermana del Rey se parece a su terrible hermano. Pero... ¿Dónde se está quedando? Alguien debería ir a solicitar información sobre su paradero.

Chiu Lan se tapó la boca y se rió. Chiu Xing la agarró y gritó: —¡Chiu Lan debe saber! ¡Rey Ming usted debe preguntar a ella!

Feng Ming tomó la mano de la criada: —Chiu Lan, si sabe dónde está la princesa Miao Guang, entonces deberías hablar.

Chiu Lan había tomado uno de los malos hábitos de Feng Ming,  jugar con la gente. Chiu Xing y Chiu Yue se molestaban continuamente por sus respuestas.

Chiu Lan finalmente se rindió y con pereza respondió: —Escuche a las personas que supervisan los enviados extranjeros decir que está viviendo en una mansión real anexa no lejos del palacio.

—¡Entonces vamos a ir allí! —Corearon todos juntos. —¡Vamos a echar un vistazo a la hermana del Rey de Li!

Bajo su mando el pequeño grupo galopó hacia el lado norte del palacio.



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Feng Yu Jiu Tian [ESPAÑOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora