Jaces VellandriaEn estos meses mi vida se a vuelto un tornado, mi padre me a exigido tanto como retomar mis clases de como llevar su cargo-- Las cuales de verdad quería evitar-- Y como dominar mi mente al completo, o estar en paz en momentos de presion los cuales dominaba bastante bien... hasta que llego un nuevo movimiento para Shiba.
Algo que el uso muy bien, eso que no dejaba que mi mente estuviera en total tranquilidad, era esa princesa de ojos azulados que se interpuso con esa cualidad que teniamos de niños hacia que estuviera en mi mente la mayoria del tiempo, sentía la gran necesitad de sentir nuevamente su piel fría junto a la mía o tan solo ver su sonrisa, esa mirada que desborda sentimientos que en realidad ahora no me parecían tan desagradables como antes, me parecía fascinante y me daban tanta curiosidad que yo no pude llegar a ese nivel de sentimientos.
Desde que proclame como mía a Lea sobre ese piano y descubrimos que eramos destinados o al menos reavivamos ese lazo que habia descubierto hace años los efectos que cada dez me hacian preocuparme mas hacian que desde ese momento ella se volviera una prioridad en mi cerebro.
Estaba algo ansioso-- Si lo se... ansioso-- Porque el siguiente plazo de el plan de mi padre estaba en marcha, tendría que infiltrarme en el castillo Leyendercker para ser el nuevo mayordomo oficial de Lea ya que la familia de su antiguo mayordomo comunico que alguien le mutilo la cabeza-- Es decir yo-- Y un lindo Demonio tomara el cargo para servirle las 24 horas ¿cual es el plan macabro? Tengo que encontrar un punto débil para atacar ese reino o en mi opinión llegar a un acuerdo ¿Porque no lo hacia Ryder? Porque es un bueno para nada que no aparece.
Ahora dirán ¿Porque no enviaron a otro a hacer el trabajo sucio?
Pues déjeme decirles que todo es un plan de Shiba y mi padre. Despues de todo, el plan sera ejecutado entre Shiba mis dos hermanos y yo por supuesto, dijo que lo mejor era que los mejores y ya informados se presentaran para la siguiente jugada y fui yo...
Entre al reino sur de forma cotidiana pasando de frontera en frontera por El Diamante intentando pssar desaparcibido ante las demas razas ocultandome en un traje de demonio--Y volvemos a los disfraces señores--
Había una noticia que todos los vampiros que desearan el puesto para el mayordomo de la princesa se presentaran a las 2:00am en las puertas del castillo con su uniforme completo: Un traje de cola negro, con un moño miniatura-- asi le decía yo-- y los zapatos adecuados.
Se presentaron junto a mi tres vampiros que al parecer sobraban de experiencia y talento, los demás cobardes no se presentaron porque habian supersticiones de que amenazaban a muerte segura como el antiguo mayordomo-- ¿Que? Quería el trabajo-- Cada sujeto iba siendo entrevistado por el mismo rey Erik, se decia que solo el autorizaria el cuidado de su hija.
Solo estabamos el otro candidato y yo en la sala de espera, mientras el otro estaba dentro de la sala siendo entrevistado, una atractiva vampiresa de largos cabellos sujeto con una coleta alta salio de la puerta seguido de uno de los mayordomos, este tenia una la comisura de sus labiales bastante alzados en una sonrisa ganadora estaba seguro que conseguiría el trabajo, al ver que era yo el seguiente, me levante y acomode mis cuernos falsos sobre mi cabello que ahora era de un rojo brillante el cual caia sobre mi parche sobre mi ojo al igual que mis antiguas vendas, que alguien si quiera viera lo que hay ahi abajo seria una llamada a la orca de inmediato.
--Mr.Colling-- anuncio la vampiresa llamando mi atencion-- Su alteza lo esta esperando en el despacho-- abrio nuevamente la puerta a sus espaldas que conducía a dicho lugar.
Empece a caminar a la sala y note como la chica se me quedaba viendo, le sonreí de lado y un poco de color rojizo se presento en sus mejillas, no la culpaba, ella era hermosa en un castillo lleno de desalmados pricioneros de su trabajo, ademas se que soy atractivo, ella seria una buena presa.
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Un vampiro sin sed de sangre
Teen FictionEn un mundo donde las bestias reinan, la avaricia por el poder y el miedo a ser controlado, provoco que cada raza hiciera su propio reino, reinados por los mas poderosos de cada raza. Los destinados seres unidos por más que el amor entre ellos, hac...