25. La habitación de Mamá

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Jaces Vellandria >>14 años<<

--Hey, idiota-- La observe de reojo-- Me debes un par de tijeras nuevas, cortar tu cabello tan seguido es agotador ¿sabes? Debes controlarte mas

--Stella, no es para tanto-- le respondí en indiferencia mientras me sentaba en una arcada en el mueble frente a ella y detallaba con mis dedos mi cabello recién cortado-- Además... deberías agradecerme.

--¿Disculpa?-- se hizo la ofendida.

--Por supuesto querida, gracias a que me cortas el cabello tan seguido te ayudo a practicar-- le respondí mientras me levantaba y la veía trabajar-- No ¿Ogata?-- le pregunte a lo que el pequeño muñequito de tinta que se paseaba por las telas haciendo las marcas en donde tenia que cortar mi mejor amiga. El asintió al escucharme y me dio la razón lo cual se gano una mirada asesina de nuestra amiga a nosotros.

--No me ayudes tanto, Ogata-- Le reprocho un poco molesta la chica morena-- Okey esta bien, Si me ayudas-- Confesó.

--Igual encargaré tijeras nuevas-- le comenté mientras me paseaba por el lugar intentando esquivar a los dos humanos de tinta que llevaban las telas por aquí y por alla.

Les dije que ese era el poder de Stella ¿No? Generar vida al cabo de tinta, hacer guerreros o simples criaturas, animales o ayudantes. Ellos manchaban y atacaban si ella lo pedía, a pesar de que sería un arma perfecta para la batalla ella decidió no usarla para eso, si no para seguir su sueño de ser estilista y la verdad sus amigos de tinta estaban complacidos con una vida llena de paz.

Créanme he intentado que aprenda a usar sus poderes para defenderse y si logré que entrenará conmigo.  Aprendió y se defendió, esta capacitada para una batalla sin embargo cuando me complació volvió a su trabajo y dijo que lo usaría cuando fuera necesario pero "No seré un soldado"

--¡Si!-- dijo en un grito de emoción mientras daba saltitos alrededor de el maniquí en el que diseñaba un vestido nuevo que por el tamaño era para mi madre.

--¿Aun no has pensado de verdad enseñar los vestidos que diseñas?-- le pregunte girando para verla. Ella solo dejo caer su sonrisa en una línea recta mientras con cuidado cortaba la tela con unas gigantes tijeras especiales.

--Rheet-- Paro de cortar-- Ambos sabemos que no puedo competir con la alta costura o estilistas con quinientos años de experiencia.

--Stellita-- Me acerque a ella dando la diferencia de centímetros entre nosotros, mi mejor amiga había desarrollado mucha altura-- Tienes mas de una docena de vestidos con diseños muy lindos-- Señale el montón de vestidos acumulados en una esquina, alejado de los principales y posibles propuestos de las costurera oficiales-- No se, soy hombre pero a mi me parece que tu trabajo es genial. A parte tienes solo catorce años y llegas a competir con los diseños de alta costura, imagínate en unos años.

Una sonrisa bastante amplia se presentó en sus labios, sin embargo al verme esta volvió a su normalidad como si estuviera exagerando

--Lo pensare-- fue lo que pudo decirme, sin embargo me conformaba con la satisfacción de su mirada la cual sabía que era por el cumplido.

Los delicados toques en la puerta interrumpieron nuestro momento llamando nuestra atención a la puerta que se abría. El padre de Stella y mayordomo personal Jeff se presentaba con un semblante agradable y pacifico hacia nosotros.

--Joven Vellandria, la reina lo a solicitado en su aula-- Anunció hacia ambos.

--Esta bien-- Respondí encaminándome a la puerta.

--Rheet-- Me detuve ante las palabras de la chica atrás de mi-- Saluda a tu hermano de mi parte cuando vuelva-- Su amor platónico-- Y por favor ya no quiero cortarte el cabello otra vez hoy.

Un vampiro sin sed de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora