Capitulo 14

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Omnisciente

...

En cuanto la joven fue consciente de todo salió pitando de la comisaria, sin mediar palabra con las personas que se cruzaba.

Se repetía con vehemencia "mierda".

Mierda

Mierda

Mierda.

Su mente saltaba de arriba a abajo tratando de conseguir una explicación, todo había salido bien hasta ahí ¿Cómo fue que se descontroló todo?¿Fue por haber dejado de tomar las medicinas? No... Esas las había dejado hace años, no era para tanto o por lo menos no para estar a punto de asesinar a alguien.

Nunca estuvo ni siquiera cerca de hacer algo así.

-- Mataste a Agatha ... ¡Mataste a Agatha! -- Esmeralda simplemente no se pudo contener al comentar.

-- Si no lo hacíamos nosotros, ella misma lo haría. -- respondió Darien despreocupado.

Si algo podía explicar la maravilla de la mente humana y ser una prueba andante de la misma al mismo tiempo, esa era Esmeralda y sus múltiples personalidades. A menudo durante las charlas que tenía con Agatha o con sus psiquiatras solía describir la situación como si estuvieran en un salón de clases, en la tarde con los árboles meciéndose en el caluroso viento de junio, un sol suave pero brillante entrando por las ventanas, iluminandolo todo de un leve color naranja. Lo que pasaba en el salón, opuesto a todo la paz que exudaba el ambiente, era simplemente asfixiante.

Esmeralda como la buena chica popular y perfecta que mostraba a todo el mundo se hacía en el medio, en la columna derecha cerca de la ventana para poder mirar a través de ella cada vez que quisiera pero hacerle creer al profesor que su clase le interesaba en un mínimo por lo menos. Paul como el chico aplicado y sabelotodo que era se hacía en el frente, el primer asiento de la columna central, siempre atento, siempre preguntando y cuestionando, siempre recordando que había tarea y mirando directamente a los ojos al profesor. Y Darien, él era todo un chico malo, nada le importaba, nada merecía su atención, si alguien quería hablarle esa persona se tendría que acercar, nunca él, estaba en la columna de la izquierda, último asiento, leyendo un libro o dedicándole una mirada de indiferencia absoluta a todo aquel que atreviera a posar sus ojos en él. Lo raro de ese salón es que no había profesor, solo una pantalla al frente, ni estudiantes, solo asientos vacíos a excepción de los de Paul y Agatha. Una anarquía total, cuando alguien quería tomar la vocería simplemente se paraba junto a la pantalla y actuaba como se le diera la gana. Pero parecía ser que Darien sabía como tener el control de esa pantalla porque a través de ella solo se veía lo que él deseaba que los demás vieran.

-- No tenías que poner en nuestros hombros esa muerte. -- dijo Paul volteandose en su puesto para mirarlo con los ojos en llamas, como si quisiera ser él quien hubiera asesinado a alguien. Un alguien llamado Darien.

-- Ella nos amaba, era lo mínimo que podíamos hacer por ella. -- el tono de Darien era calmado pero tenía una amenaza implícita. Con toda la parsimonia que pudo posó sus pies sobre la mesa y miró directamente a Esmeralda.

La muchacha tenía lo ojos posados en la mesa como si en ella estuviera la respuesta a la crisis que estaba teniendo. Cuando notó la mirada de ambos chicos en ella, simplemente puso su cabeza muy lentamente sobre la superficie, su oreja contra la madera, sus ojos cerrados enfrentando la ventana.

-- No, tu solo la querías para ti, y si no era tuya no era de nadie. -- grito de nuevo Paul, muriendo por levantarse de nuevo.

-- Mira nerd de quinta ¿Crees que eres alguien en este cuerpo? Tu...-- Darien no pudo continuar.

Cuestion de perspectivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora