Capitulo 19

3 0 0
                                    

Bruno

Dime la verdad

Toque la puerta de la residencia Greco con seguridad, si iba a hacer algo de lo que me iba a arrepentir, quería saber exactamente por qué lo estaba haciendo, y esa respuesta solo la podría obtener de la misma Esmeralda.

-- ¿Qué haces aquí? -- preguntó con alarma en cuento me abrió.

-- ¿Eres tú o estoy hablando con Darien, Paul o... como se llama la nueva? -- reclamé entrando sin permiso a la casa.

-- Mira no se que te dijo Darien, -- dijo cerrando la puerta -- pero no puedes llegar aquí tan fácilmente, mamá pudo haber estado en casa. Gracias al cielo ella está con sus amigas.

La fulmine con la mirada, estaba colérico por su comportamiento. Siempre había sido egoísta, siempre había actuado de una manera que de una forma o la otra me había lastimado, no obstante todo este galimatías de situaciones comprometedoras me tenía mucho más confundido sin tener una idea de donde estoy parado en su vida en este momento.

-- Darien me pidió ayuda -- comente yo cerrando las cortinas de la sala -- me dijo que ustedes me necesitaban porque el suicidio de Agatha no era lo que parecía. -- Subí las escaleras camino a su recamara.

-- Yo... -- empezó ella titubeante -- Tengo que contarte muchas cosas.

-- Eso está claro nena -- abrí la puerta de su cuarto y entre -- porque no es común que me pidan que diga mentiras en el caso en el que me pregunten qué hice el 23 de Agosto.

No sabía cómo sentirme, para mi esta semana habían sido años a pesar de que el tiempo había sido muy corto. Mi ánimo había ido desde el punto más alto al más bajo, para llegar al momento de ahora en el que simplemente no entendía mis sentimientos. Perder mi chica, renunciar a mi trabajo y prepararme para irme había sido una odisea entre todos las habladurías que había sobre mi en el pueblo, pues el asistente ventiañero que creyeron iba a ser quien manejara la sucursal de Punta Chanet había dimitido por celos.

Al parecer mi enamoramiento por la señorita Greco no había sido pasado por alto, de hecho me preocupaba que alguien sospechara que había algo entre nosotros, por algo mi chica había exigido mantener lo nuestro en secreto y a pesar de estar muy enojado con ella, no quería terminar lastimandola de algún modo por mis acciones impulsivas.

-- Ella no se suicidó -- me confesó.

-- Eso lo pude inferir, -- le contesté sentándome en uno de los sillones de su cuarto -- si no suicidó eso significa que...

-- La mataron, -- completó ella por mi -- en realidad fue Darien, él la asesinó.

Mi ceño se frunció profundamente, esperaba que estuviera tratando de encubrirse conmigo pues ella sería sospechosa, mas nunca creí que ella en realidad fuera quien mató a Agatha, es su mejor amiga y por más que Esmeralda en su momento haya querido estar en su lugar nunca llegaría a tal punto para obtenerlo.

-- Estas mintiendo. -- dije contorsionando mi cara con incredulidad.

-- No estoy mintiendo Bruno. -- me dijo ella cerrando la puerta de su cuarto y caminando hacia mi -- Darien tiene un control mayor de nuestra mente, puede hacer cosas sin que nos enteremos. -- ella soltó aire ruidosamente por la boca -- Estuvo manteniendo una relación amorosa con Agatha sin que Paul o yo nos diéramos cuenta.

-- ¿Que? -- abrí mi boca dispuesto a continuar pero ella no me lo permitió.

-- Ella le pidió que la matara, según Darien se lo rogó -- pasó sus manos a través de las raíces de su cabello -- la mató y se deshizo de toda la evidencia, y de no ser porque Paul lo descubrió todo tal vez hubiéramos llegado hasta este punto sin enterarnos.

-- No solo eres una asesina -- afirmé -- también una infiel. Estuviste con esa muchacha mientras que estabas conmigo.

-- No no lo entiendes Bruno eso no es así -- me tomó del rostro -- esto lo hacía Darien no yo, somos personas diferentes. Agatha y él estaban juntos incluso antes de que tu y yo siquiera supieramos de la existencia del otro.

Me solté de su agarre, de repente sumamente celoso. Celoso de un cadáver que en este momento probablemente no puede resolver mis dudas.

-- Sabía que estaba enamorada de tí -- masculle.

-- ¿Que dices? -- me preguntó agachándose frente a mi asiento.

-- Sabía que ella te amaba -- le dije esta vez mirándola directamente a los ojos.

-- No no -- me dijo confundida negando con su cabeza y manos -- ella amaba a Darien, él fue quien la sedujo.

-- No Esmeralda -- le dije sonriendo con cinismo -- ella te amaba a ti, a Paul y a Darien. Estaba tan ilusionada con ustedes, que el hecho de no poder tenerlos para sí misma la enloqueció.

Ella me soltó y retrocedió un par de pasos, estrellándose contra su ventana mirando el suelo como si por fin cayera en cuenta de una gran realidad que las aplastaba con fuerza.

-- Ella... Prácticamente le pidió a Darien que la matara, -- ladró, con sus ojos brillando con reconocimiento -- y él aceptó porque...

-- ¿Si no era suya no era de nadie más? -- pregunté con humor -- Es bastante irónico escuchar un pensamiento tan retrograda y machista de una mujer, -- me tome la barbilla -- aunque él en realidad es un hombre, es difícil de entender.

-- Deja de jugar -- me siseó la rubia -- , si esto es como tú dices Agatha estaba mal de la cabeza, completamente loca.

Empecé a reír a carcajada limpia, ignorando sus fulminantes orbes que seguían cada uno de sus movimientos. Era bastante divertido ser testigo de cómo mi novia sufría lo que yo cuando me enteré de su condición.

-- Un poco de tu propia medicina como para variar. -- me acerque a ella y pase mi mano por su cabello -- Está bien, diré lo que tu quieras, pero a cambio quiero lo que el maldito de Darien prometió -- condicione tomándola bruscamente por la espalda.

-- ¿Que vaya contigo a la capital? -- curioseó ella, arrugando su nariz y haciendo una mueca de odio.

-- Exactamente nena -- dije soltandola y pasando brevemente mis dedos por sus labios.

-- Así que me vas a chantajear -- afirmó ella apretando sus puños a los costados -- creo que debí tomarte en serio cuando dijiste que eras un hijo de...

-- Aprendí de la mejor -- la interrumpí -- ¿O quieres que te recuerde como terminamos juntos?

-- No es necesario -- dijo ella dándome la espalda y caminando directo a su tocador, evadiendo el suceso. -- , partiré contigo a la capital si eso deseas. Con tal de que no rompas la promesa, vivir contigo no estaría mal.

Amarla fue toda una travesía entre los rumores de Punta Chanet y las verdades que ella soltaba en medio de la noche. Terminó teniendo un flechazo por mi que en primera instancia quise rechazar pues eso me traería problemas con Carlo, pero ella terminó manipulandome haciéndome caer en sus garras para finalizar aceptando su propuesta gracias a un arduo trabajo de chantaje emocional.

No pude hacer mucho, porque al final termine tan enamorado de ella como siempre quiso, estaba perdidamente loco por tenerla solo para mi.

-- Creo que es mejor irme -- comenté -- ¿Por la ventana o por fin me podre ir por la puerta? -- la molesté.

-- Como quieras -- hizo un gesto con la mano restándole importancia -- dentro de poco todo el pueblo se enterara que estamos juntos y ya no deberemos guardar las apariencias.

Como despedida camino hacia mi con ligereza, tomo mis cara entre sus manos y me beso con fuerza. Se alejó de mí, me guiño un ojos y me susurró con complicidad.

-- Al fin conocerán al hombre que le robó el corazón a Esmeralda Greco.

Con la el cariño aún calentando mi corazón me fui de su hogar, esperando por el momento donde tuviera que declarar por mi chica.

Cuestion de perspectivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora