Capítulo 4

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Tweek's pov

Butters siempre siendo tan ingenuo... Aunque había que admitir que era listo e inteligente. Me encaminé a la pequeña cafetería que se hallaba en las esquinas del gran patio dejando a Leo hundido en su imaginación con McCormick... No evité afligirme un poco por la situación, tomé mi termo ya vacío y lo llené.

Mi preciado termo... ¡Ah!  Antes de poder terminar de servir, tome un poco y volví a repetir las mismas acciones . ¡Ya deja un poco el café idiota! No, claro que no le haría caso a las voces de mi cabeza. 

Creo que debería de volver, lastimosamente sí. 

— ¡Ya estúpido gordo! ¡Deja de molestar y métete en tu propio culo! ¡No el de los ajenos! ¡IMBÉCIL!

Stan. ¿Esa voz era de Stan? Cambió bastante.

Cartman y Stanley discutían, ¿y Kyle? ¿qué no era todo lo contrario? Da igual, no importaba. Al parecer peleas innecesarias. ¿O no...? Estos dos se lanzaban empujones pero no del todo violentos. Como siempre Eric molestando como el jodido molesto que era y será... No llegué a oír del todo bien de lo que venían gritando. Adelanté el paso, muy cerca de ellos, no me atrevía presenciar con mi mirada cierto incertidumbre. 

— ¡Uuh! ¡Estoy seguro que te habrá dejado por ser tan marica, Marsh!

¿Dejarle? ¿A qué se refería Cartman?¿Será que acaso hablaba de Wendy...? 

¡Qué! ¡Wendy era su novia durante años y claro, probablemente se trataba algún tema sobre ella!

¡Eres un chismoso Tweek, luego criticas a los otros!

Seguí mi camino, ignorando mi interés por su estúpida discusión, estaban muy cerca de donde permanecía. Todos observaban la situación, me sentía observado también. 

— ¡Sal, estorbo de mierda!

De segundos a minutos, escuché a Stan "gritarme", o al menos eso creí, hasta sentir que me caía al piso. Todo sucedió tan lentamente, como una película de acción en una escena en cámara lenta. Un estruendo muy brusco se escuchó, dejando a casi la mitad de los alumnos atónitos. Algunos rieron, otros nos hicieron nada pero se quedaron observando. Butters se levantó con suma preocupación dirigiéndose hasta a mí con intranquilidad.

— ¡Tweek!

Permanecí en el piso enchastrado de café, mi termo favorito se había roto, no era uno cualquiera. Era un regalo por parte de mis padres, de mis padres. Uno muy especial.

Al parecer no tuvo otra opción más que desquitarse con la primera persona que se cruzara en su camino.

Me levanté con dificultad, no dolió pero sí dolió más cuando vi en trozos mi termo. No cabía aclarar que era de porcelana... ¿Quién demonios llevaba un termo de porcelana? ¡Pues pero claro, Tweek Tweak! ¡Ese era justamente yo...! 

¿Alguna emoción? No, ninguna, ninguna emoción o tal vez sí. Me sentía humillado, logré divisar de reojo a Stanley asomarse hasta a mí. No esta vez.

— ¡Tweek! ¡De veras lo siento! No fue mi intención. ¡Además yo...! —le di un manotazo. Este resonó por todo el lugar—. No...

Volteé con lentitud e rápidamente irme corriendo, casi yéndome de la escuela en mi primer día de clase. Al irme como el cobarde que era, se escuchó a Butters y Stanley gritándome. 

¿Preocupado? Me has llamado estorbo. Estoy casi seguro de que recibiré algún regaño mañana, más que seguro...

En la parada del autobúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora