Capítulo 18

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— ¿Y...? ¿Ya estás contento? Corté con Tweek y me metí contigo, lo que me dijiste que hiciera —dijo con angustia, se sentía culpable pero a la vez con un sentimiento de triunfo. Al fin podría salir con las chicas y tener un estatus mayor.

Eso al menos pensaba Craig o lo que Kenny le había dicho... Sentía hipocresía en sus pensamientos.

— Viejo, eso sonó como si hubiéramos hecho algo indecente —comentó, recibiendo un queja por parte del pequeño azabache.
Eran unos niños de 11 o 12 años con ya pensamientos de "adultos".


« ¿Qué...? » Cierto blondo se encontraba allí. Escuchándolo todo. Por casualidad pasaba por ahí.


— ¡Tsk! Fue una muy buena opción cortar con ese maldito paranoico que ya casi ni sirve, sería bueno que empezaras ahora a salir con chicas lindas. Estarías protegiendo aun más tu estatus social, hermano.

— Sí...—dijo con inseguridad.

— ¡¡Stan!! —gritaba un pelirrojo desde lo lejos, acercándose a los dos jóvenes quienes de repente se separaron avergonzados pero aun Stan tomando de las muñecas a Tweek.

— ¿Kyle? —dijeron al unísono.

— ¡Aquí estás! Estaba esperándote pero, al notar que no regresabas decidí salir para ir a buscarte.

— ¿...? —Tweek retrocedió unos pasos pero no forcejeó el agarre del azabache.

— Po—por lo que veo te encuentras con Tweek y... —Kyle miró hacia abajo dejando desconcertados a los muchachos haciendo que estos nuevamente miraran hacia donde Kyle mantenía su mirada fija.

— Mm... —Stan soltó el agarre avergonzado.

— ¡Oh, Kyle! ¡Stan ti—tiene una nueva técnica para calmar a las personas y lo probó conmigo! —comentó el blondo intentando cambiar de tema. Corrompería a otra persona, no iba a hacerlo con mala intención, simplemente quería bromear con el pelirrojo un poco.

— ¿Ah? ¿De qué té—técnica hablas Tweek?

— ¿Eh? ¿De qué estás hablando, Tweek? —espetó el azabache dejando de lado la vergüenza.

— ¡Besar! Besas en la boca a la persona que quieras subirle ánimos, así se tranquilizará uno —dijo con una sonrisa un tanto irónica pero, cuando tuvo que aclarar lo último, lo habló con sinceridad— y eso hizo Stan... juro que llegué a tranquilizarme.

Tweek sabía que era una estupidez, no era para nada tonto y nadie lo tomaba de estúpido, aunque sabía que esa no había sido la intención de Stan.

— ¿Qué...? —titubeó pasmado.

— ¡¡Eso no es ci—cierto!! —gritó poniéndose delante del rubio casi provocando que cayera accidentalmente.

— Sólo le estaba diciendo que si tiendes a besar a la persona que te gusta, lo primero que haces es confesarte y no besarle de inmediatamente —comentó el azabache con rapidez.

— O—oh... y—...

— ¡Y no te besé en ningún momento, Tweekers! —interrumpió Stan, ahora mirando al blondo. Habló entre dientes y mirándolo con sombría.

— ¿¡Qué!? ¡Stanley  estás mient—...! —ek susodicho se le acercó peligrosamente, tapando su boca y tomándolo del hombro, causando que el rubio se pusiera rojo.

En la parada del autobúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora