Capítulo 27

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— Te encontré... —sonrió el más alto—. Estuve buscándote, ¿dónde estabas?

— Bueno... —metió sus manos en sus bolsillos, la vergüenza comenzaba a reinar al rubio—. Con Craig...

Aquello tomó por sorpresa al azabache.

— ¿Craig? ¿Qué hacías con él? —preguntó con cierta molestia.

— ¡Ah! Estaba arreglando algunos asuntos ya sabes, "nuestra situación".

— Oh... ¿Y tú qué le dijiste o qué hiciste?

— Yo... Yo le pe—perdoné...

— ¿Lo perdonaste? ¿En serio? ¿Después de todo lo que te ha hecho? —Stanley no tenías palabras para expresar lo que sentía al haber escuchado aquellas simples palabras.

— Sí, lo sé. Sé que fue injusto pero... La manera en la que me lo pedía fue... fue realmente con sentimiento que acepté sus disculpas, yo... yo no quería que dejáramos de ser amigos o que viviéramos ignorándonos el uno al otro, o que nos habláramos como simples desconocidos... Tu sabes que yo estaba enamorado de él, ¿verdad?

Stan nunca lo supo, jamás supo eso. Pensaba que sólo lo veía como a un amigo a Craig, pero al parecer en su falsa relación Tweek tenía sentimientos hacia Craig.
Con tan solo pensarlo era una gran punzada en su pecho.

El no estaba seguro si Tweek seguía o no aún enamorado de Craig.

— No... No lo sabía... ¿ustedes...?

-¡S-sí!

Eso fue otra punzada en su pecho, aún más dolorosa. No quería oír lo que se venía nuevamente.

— Craig y yo volvimos a ser amigos como en aquellos tiempos.

— ¿Qué? ¿No volvieron a tener una relación?

— ¡Agh! ¡Claro que no! Craig... Craig no me gusta... O eso al menos creo...—Stan no logró escuchar lo último, por otro lado se sentía aliviado, esas punzadas en su pecho desaparecieron.

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— ¡A—adiós chicos!

Tweak había decidido por su cuenta acompañar a Stanley hasta su casa, el nombrado no se había molestado ni un poco, al contrario, estaba más que contento como nunca.

— Stan... Debo decirte algo. ¡O mejor, quiero preguntarte algo! ¡Ah! —el susodicho asintió con la cabeza mientras miraba al frente e iban caminando.

— Este... ¿Recuerdos aquel "beso amigable"? —preguntó directamente.

Las palabras del rubio hizo que Stan terminara ahogándose con su propia saliva, haciéndolo toser muy secamente.

— ¿¡Eh!? ¡Ah, sí, sí! ¿Qué sucede con eso...?

— Mm... Stan —lo miró—, no soy tan tonto como para no darme cuenta...

— ¿Qu—Qué?

— Stan, eso fue un beso, un be—beso en serio. No querías ca—calmarme... —habló un tanto avergonzado.

No dijo nada, estaba helado. No sabía qué responderle al rubio. Sabía que iba a suceder en algún momento.

— Stan... —el oji—azul empezaba a temblar de los nervios tal cual como el blondo.

— Yo... ¿Yo te gusto?

— ¿¡Qué!? ¿¡Y—y e—esa pregunta a qué viene!? —inquirió alterado.

— ¡Gha! Es que... Es que ¿por qué me besaste? ¡De—debe de haber alguna razón por la que lo hiciste!

Tanto como él y Tweek estaban sonrojados y avergonzados, pero entre los dos el que más se hallaba en ese estado era Stanley.

— ¡No! Yo... Te besé... Porque... porque ¿¡pensé que eras Wendy!?

Ah, qué estúpido.

— ¿We—wendy? ¡N—no es cierto! ¡Di la verdad! ¡A mi na—nadie me miente, Stan!

El rubio detuvo su caminata al notar que Stan también lo había hecho.

— De acuerdo, bien. Sí. Me gustas, Tweek...

— ...

— Estoy enamorado de tí, ¿sí?

Un silencio incómodo no tardó en hacerse presente en el ambiente en el que se hallaban los dos.
Stan temía a ser juzgado, criticado por su rubio pero sabía que jamás sería capaz de hacerle eso.

Tweek por su parte no sabía qué decir su corazón latía a mil, casi que sentía que "iba a salirse".
Estaba confundido, no por no haber entendido lo que le había confesado sino por sus sentimientos y emociones que comenzaban a fluir sorpresivamente.

— Demonios... No quería decírtelo en un momento así, no lo esperaba de este modo... Quería que fuera más lindo, pero qué más da... —habló con una notoria indiferencia—. Vamos, di algo... E—esto es vergonzoso...

— Lo siento... Yo... Es que esto es muy confuso... realmente confuso para mí...

— ¿Confuso? ¿De qué hablas Tweek?

— Te mentí sobre lo de Craig... La ve—verdad es que...

Eso dejó boca abierto al azabache. De haber estado normal su estado emocional comenzaba a entristecerse.

— Yo no sé si realmente me dejó de gustar Craig... No sé si lo amo... Stan... Siento a veces como si me gustaras... Siento como si de antes me hu—hubieraa gustado pero... ¡Pero es que es tan confuso que ni siquiera sé si te veo como a un amigo!

— ¡Tweek!

— ¿Sí?

— Si... Si tú estás confundido. Déjame a mí...

— ¿Qu—qué?

— A lo que me refiero... Yo quiero estar a tu lado, Tweek. Quiero enamorarte, quiero que te enamores de mi, dame una oportunidad para lograr estar en tu corazón y... no te sientas confundido.

El pequeño rubio, estaba con los ojos abiertos, sonrojado y sin poder movilizarse.
Estaban a unos centímetros distanciados, el viento pasaba y chocaba por sus rostros...

— Tweek... ¡Quiero ser el que esté por siempre a tu lado! Quiero ser parte de ti... —sonrió.

Esas palabras fueron clave para provocarle un brinco al corazón de Tweek.

No pudo contener su sonrojo haciéndolo aún más notorio. Amaba ver esa sonrisa del pelinegro, emitía tranquilidad y paz...

Amaba... ¿Amaba? Sí, amaba, siempre amó.

En la parada del autobúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora