Capítulo 18

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Una vez fuera del hospital, los más pequeños fueron a casa de los Skywalker, a lo que Han no paraba quieto en la cama.

- ¡Han! ¡Jajajajajajajajaja!
- ¿Vamos a hacer algo?
- ¿Qué quieres hacer?
- ¡Jugar!
- ¿A esta hora?
- ¡Sí!
- Bueno, ¿y a qué?
- ¡Yo soy el ladrón y tú la policía!
- Pero vamos a hacer ruido Han, y mañana hay colegio.
- Bueno, pues... ¿Qué hacemos Leia?
- No sé, ¿te leo un cuento?
- ¡SÍ SÍ!
- ¡Cierra la puerta!

Se levantó y sigilosamente la cerró, se metió en la cama emocionado y ella empezó a leer.

- Bien, empiezo. En una tarde de invierno, habitaba un monstruo Wookie cual su único propósito en la vida era conseguir comida. Una tarde, el mismo Wookie vio a un niño y a punto de lanzarle la flecha para ser su comida, se dió cuenta de que ese niño era especial, algo nuevo, a lo que decidió no tocarle. Esa sonrisa en la cara del niño al ver que el animal peludo no le iba a asesinar, fue todo lo que pudo pensar en ese momento. Una vez conocido, el tremendo Wookie se hizo amigo del niño y ahora están recorriendo media galaxia juntos con un vínculo enorme entre ellos. Conclusión, conoce a la gente antes de juzgarla. ¿Te ha gustado precio... Buenas noches mi vida.

Antes de acabar, se dió cuenta de que estaba dormido. Le besó la frente y se durmió, a lo que él la abrazó dormido.

El niño de mi clase - Han SoloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora