CAPITULO 15

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                                             CON TAL DE VOLVER A VERLA

Aunque mi llegada a la escuela de la prisión había sido todo un éxito, el

director evaluar trasladarme al área industrial del penal para activarla

también. El motivo estaba claro: parecía que yo hacía las cosas bien a nivel

de organización, y existían espacios en los que previamente habían existido

fábricas y talleres y tocaba utilizarlos, para así verificar la formación de

muchos presos que podrían aprender un oficio y trabajar.

Esto alentó la esperanza de muchos poderosos de montar o llevar a cabo alguna empresa

legal al penal. Ya que ellos tenían que descontar su pena trabajando o estudiando,

¡Qué mejor que hacerlo en sus propios negocios!

Fue así como empezar a acercarse al proyecto varios internos señalados por

narcotráfico y enriquecimiento ilícito, tratando de vincularse con el programa

de resocialización, que consiste en dar la oportunidad a los internos para que

hicieran labores educativas o empresas dentro del penal. Por aquel entonces

Julio Murillo, señalado testaferro y relaciones públicas de los hermanos González

—Hasta ese momento los fundadores del cártel de Cali— ya se había adelantado

ofreciéndose a mí como apoyo en el proyecto.

Julio había sido propietario de una empresa de litografía que en el año 1994

funcionaba como fachada, apoyando con material publicitario la campaña

política de las elecciones de ese año. Pese a todo, la justicia había desmantelado

su negocio.

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La joven funcionaria de prisiones.

—Julio, entiendo que quiere revivir su empresa de imprenta y litografía

dentro de la prisión, pero ... ¿con qué fin? —Le pregunté un día que accedió

a charlar conmigo sobre el tema.

En realidad no me dio ninguna respuesta. No se sabía para qué quería reactivar

sus iniciativas empresariales. Solo la mente de Julio conocía la verdad del asunto,

pero decidieron darle la oportunidad. Y fue así como se convirtió en la primera

empresa en instalarse en el penal dentro del proyecto del parque industrial, bajo

la aprobación del director Arnaldo y la mía, pues fui nombrada nueva jefa del área

industrial, Julio era un perro viejo, estaba acostumbrado a relaciones públicas

muy importantes dentro del cártel de Cali; también estaba habituado a mandiobrar

con el dinero. Él actuó en mí una jovencita inexperta, una pobre funcionaria que

manejaría como a él le diera la gana. Su prepotencia se dejaba ver en su mirada y

en cómo caminaba por el penal, nunca se bajó de su pedestal. Pese a todo, pienso

que supe manejarlo gracias a mi tesón y voluntad de hacer bien las cosas, y él

La Joven Funcionaria De Prisiones ( Completada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora