La sangre que le quitó la inocencia .1.2

43 1 0
                                    


Sarek, como mujer centrada y con formación intelectual, siempre pensó que

el poder y el dinero no atraían a una mujer de creencias religiosas y con bases

morales bien arraigadas; que las chicas que se enamoraban o que llegaban a tener

relaciones con narcotraficantes lo hacían por dinero o porque ya estaban metidas

en ese mundo. Se lo comentó a Karla Santodomingo el día que se conocieron.

Ella le esperaba en Barcelona, en la terraza del emblemático café Zúrich —como

lo bautizó Serra, su propietario, para recordar su estancia en aquella ciudad

suiza—, ubicado en la esquina de la famosa plaza de Cataluña. Al verla, nunca se

hubiera imaginado la historia que había detrás de ese rostro en paz y esos ojos tan

grandes, vivos y acompañados de una gran sonrisa. Su cabello rizado y sus curvas

latinas daban fe de la procedencia de aquella muchacha.

—¿Sos Karla? —preguntó Sarek.

—¡Sí, soy yo! Eres Sarek, ¿verdad?

—Sí, por fin te conozco —dijo la periodista—. Mucho gusto.

—Igualmente, gracias por venir. ¿Te gusta el sitio? —le preguntó Karla.

—Sí, es muy bonito y, por lo que he investigado, muy antiguo.

—Así es —confirmó Karla—. En Barcelona es muy común decir: «Nos

vemos en el Zúrich». No sabes cuántas veces lo he dicho.

—¿Conociste a Larson Aranda alias Piruleta? —le soltó Sarek de repente—.

El narcotraficante más inteligente, atractivo y elegante del Cártel del Norte

del Valle...

Karla miró fijamente a su interlocutora y su rictus cambió por completo, dejando

salir la imagen de una mujer diferente, desconfiada y con un miedo mal disimulado.

—Sí, claro —repuso ella—; él estaba encerrado en la época en la que yo fui

funcionaria de prisiones en Villahermosa.

—¿Me podrías hablar de él?

—Mira, Sarek, lo que quieras saber de él está en Internet.

—Ya, pero tú conociste su lado más íntimo —alegó la periodista tratando de

convencerla para que hablara—. Fuisteis amigos, ¿verdad?

—Sí, fuimos muy amigos. ¿Qué hay de malo?

16

La joven funcionaria de prisiones.

—Nada, nada. Sé que tú tienes información que no se puede encontrar en

internet. Y son esos los datos que más me interesan.

Karla negó con la cabeza y permaneció pensativa.

—Es mejor que no hablemos de todo aquello...

—¿Es cierto que salvaste la vida al director del grupo de salsa Black? —

insistió Sarek.

—Sí, veo que estas muy al tanto de todo. ¿Quién te ha dado esa información?

La Joven Funcionaria De Prisiones ( Completada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora