—No voy si no quieres.
—Eres mi esposo. Es obvio que debes ir aunque a mí no me guste.
Jungkook ve a Jimin de reojo. Aun no asimila que su esposo ahora es otro. Casi opuesto al hombre con el que se casó. No solo su color de cabello, su actitud es tan tierna. Explicar sería complicado en extremo. Es nuevo ya sea su forma de ser tierna, sarcasmo e ironía reducida a momentos muy precisos y necesarios. Lo único en que tiene certeza absoluta es que este...
Este si es Jimin. Jimin-ssi.
Avergonzarlo no es complicado, hablar tampoco; es muchísimo más cariñoso con él -hasta el punto de avergonzarlo-, y su sonrisa es de lo más bella a pesar de lo constante que es. También hay ciertos problemas y es que hay un espectro inseguro en todo lo que hace. Puede que al inicio haga de todo con soltura y una confianza terrible, pero no tarda en analizarlo o creer que es malo, podría estar mejor y así. Lejos de ser molesto, es tierno, sus esfuerzo porque todo salga de maravilla es vigorizante.
— ¿No querrás que vaya por otra razón o sí?
—Que desconfianza tan tremenda ¿Que acaso alguien...?
— ¿Pensó en usarme de trueque para acabar una guerra? —Termina de decir pestañeando. Tiene la costumbre de hacerse un suave sombreado corintio—. Si, fue hace mucho. Es una preocupación que viene por si sola. Lo siento. —Sonríe débilmente.
— ¿Por qué alguien haría algo así de tonto? Aun si no te quería en el ámbito sexual, estás mejor como aliado que con otro. —habla Jungkook desde lo objetivo como supone que debe. Jimin se hace atrás el cabello.
—Fue un pleito de dos, casi tres años. No sé.
Viéndolo desde el modo de Jungkook, tampoco encuentra mucha lógica a lo que hizo Jin. A no ser que el hombre sintiera la imperiosa necesidad de alejarlo a como diera lugar. No quiere pensar al respecto; la culpa de lo que hizo va a comerlo vivo al igual que el remordimiento a Hoseok. Esos dos tuvieron la mala suerte de conocerlo en un mal momento.
Venir de Taehyung -quien empezó la desgracia a decir verdad-, y Namjoon. De los cuales espera que estén en el maldito infierno; no ayudó para nada. El resentimiento y temor lo hizo destructivo. No logra entender cómo alcanzó ese punto tan enfermo. Yoongi lo debe saber, pero no ha querido pensar en él para que no aparezca.
Algo le dice que no es una buena idea hablar con él de ahora; tiene la sensación de que aquello negro que expulsó de su cuerpo debía permanecer ahí. Al menos desde el ver de su pálido "confidente".
—Sea como sea, yo no haría una tontería de ese calibre—Asegura Jungkook con deje ofendido—. Jimin-ssi es mio ¿No?
—Por supuesto. —responde Jimin con una risita.
Ir a reunirse con Seunghyun pone el ambiente tenso. Jimin quiere confiar en Jungkook, de todo corazón quiere hacerlo; el problema es que la parte más irracional de sí mismo le hace eso. Lo recuerda a momentos antes de alguna presentación, los nervios lo comen vivo. El transcurso al punto de encuentro acordado fue largo; Jimin juega con su reflejo haciendo muecas. Jungkook se limita a verlo con esa atención acostumbrada.
—Estaremos bien. —dice Jungkook una vez estuvieron en el lugar y deben bajar del carruaje en el que van.
— ¿Por qué tan seguro? Puede que no. —bromea Jimin.
—Odio perder. Por eso estaremos bien. —Que justificación más rara e infantil. Bueno, que le hará. Jungkook a veces es así. De hecho...
Le recuerda a Namjoon una vez que fueron a la costa, ese hombre estuvo buscando un animal de pinzas todo el rato. Cangrejo si no va mal encaminado. Estuvo con la piel toda quemada por esa tontería. Pensándolo mejor, fue muy tierno de parte del alto y destructivo hombre.
4.3 Caído
De camino al lugar Jungkook mandó a la mierda cualquier clase de protocolo o cautela y va recostado de las piernas de Jimin. Puede dormirse de tanto mimo que le dedica Jimin, es casi lo natural cuando es una situación estresante. Se acurruca en él para conseguir un sueño tranquilo sea por sus caricias o tarareos melodiosos que nada tienen que envidiar a las aves.
—No sé qué decir con respecto a este cambio. Tu brujo se ve un poco... Inofensivo. —Jimin infla y desinfla los mofletes en gesto de nervios. Esto será incómodo.
El término queda corto.
—Muchas cosas pasan en un mes. —Justifica Jungkook con un encogimiento de hombros.
—Cambio de opiniones es un ejemplo de ello—Sonríe satisfecho—. Así que...
—No voy a-
—Déjame presentarte a mi hija menor. Iu.
Jimin ve de reojo. Jungkook se queda viendo a la mujer de cabello negro. Es realmente muy bonita. Jimin varía la expresión a una entre seria e indiferente. Jungkook no dice nada, solo la mira y la mira como si de hecho fuese el triple de bonita de lo que pueda considerar Jimin.
Suspira decepcionado. Esperaba esto, por más que se obligó a creer que no pasaría, nunca se fue la inseguridad al respecto. Peca de inocente al encontrar extraño el ensimismamiento de Jungkook, como si estuviese con la cabeza en otro lado.
Iu sonríe contenta y camina en dirección a ellos. Jimin al ver esto espera a que Jungkook decida decir que aceptará el trato. En cierto punto lo enorgullece, no quiere una guerra por algo tan infantil. Al mismo tiempo, su lado sensible y desesperado recién puesto en funcionamiento quiere que lo haga. Que mande al diablo todo lo demás y lo escoja a él. Jimin escogería a Jungkook sin dudarlo ni un instante. Por sobre todo y todos.
«Los humanos son así, solo mienten sobre sus sentimientos. No sé de qué te extrañas.»
La voz de Yoongi, lejos de lograr que piensa negativamente del asunto, hace salir un comentario ligeramente extraño y hasta cierto punto, liberador.
—No todo puede girar en torno a mi. Incluso yo tengo que perder algunas veces. —musita con calma. A estas alturas entendía que su "No es justo" lo que pasa no significa que, por ende, a partir de ese instante todo debe irle bien.
Como ser un favorito. Obviar y pensar que debe ser intocable; obtener todo lo que quiere con solo pensarlo. Lo que ha creído desde los dieciséis no es precisamente lo correcto. Lo que Yoongi le ha dicho desde los dieciséis no es bueno.
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Youthful Beauty || KookMin
FanfictionMuy pronto y de la peor manera se dio cuenta de que si permanecía joven y bello obtendría lo que quisiera. Riquezas, lujos, poder... Lo tiene todo. Y entonces apareció él para hacerle ver que no es así, que faltaba. De nada le valdría a Jimin tenerl...