4.7 Malas costumbres

401 85 8
                                    

La dinámica entre los dos seguía siendo rara, pero no lejana y con eso se conforman. Buscan la manera de ajustarse uno al otro hasta dejar de sentir que hay fricción por pensamientos pesimistas o mal interpretados. Jimin se siente mucho más extraño, mucho de lo que ha visto en sueños está pasando.

¿Eran sueños o visiones? A punto de creer que ocurría porque estaba desesperado pidiendo que alguien lo quisiera y por ende, le mostraba que alguien lo haría. No tiene plena confianza de creer en eso; en Jungkook y en el amor en sí. Quizá es que el sentimiento lo odia.

Tiene un presentimiento terrible. Esa misma sensación que la última vez que estuvo con su pequeñita.

No dirá que no es feliz. Jungkook es divertido, es tierno. Es todo lo que vio y tanto tiempo quiso. Su vida actualmente es la fantasía más grande de todas y podría decirse que también lo ama; lleva haciéndolo desde los dieciséis y tiene más de ciento veinte años. Jungkook no puede quejarse con respecto a eso.

No obstante, sus preocupaciones "mundanas" siguen apareciendo y haciendo de las suyas como es evidente en el hecho de que ha consumido la vida de múltiples sirvientes para mantenerse igual de joven y bello. Jungkook solo lo ha visto hacer eso con el cadáver de su padre y de ahí en más no se ha enterado de que lo hace, lo supone.

Que Jimin de repente tenga rasgos más aniñados y más bajo lo delata.

—Has estado haciendo algo ¿Cierto? Estás un poco más... pequeño. —dice Jungkook sin saber como definirlo. Jimin se ríe divertido por el comentario.

—No he hecho nada que no sepas. Solo lo común. —Lo cual viene a ser dejar a todos con el cerebro fuera de funcionamiento e ir por cualquier sitio cantando o medio danzando.

—Te ves diferente. Estoy seguro de que ayer tenías las mejillas más rellenas.

—Ouh...

—Y el cabello más corto. —Jimin se sigue tocando las mejillas.

— ¿Crees que estoy gordo?

—No me referí-

—Debería intentar bajar de peso de nuevo, supongo que ni siquiera rejuveneciendo quita que estoy gordo. —dice entre dientes y a si mismo con molestia y angustia.

—No estás gordo, solo digo que ayer te veía más ¿Absorbido? Igual estás perfecto, no hay problema con que tengas las mejillas más rellenas. —Jungkook intenta arreglar su comentario. Jimin levanta de donde está sentado y se inclina a él para verlo a los ojos.

— ¿Te gusta que tenga cara de cerdo? Parezco un puerco estando gordo.

—Tu estima a los cerditos es un poco cruel.

—Además—respinga en su lugar—. Estoy seguro de que no es una cara de cerdo lo que más te gusta ver de quién te ocupa la cama.

Normalmente al molestarlo con algún detalle de apariencia y queriendo arrepentirse acaba con algo semejante a esto: Jimin se levanta, lo intimida y termina por agarrarlo de la entrepierna como si eso no da un estímulo. Jadea ofuscado porque la mano del peligris sigue enfocada en crear una reacción.

—Eres muy fácil Kookie, te toco y ya te excitas. Es tierno—burla Jimin. Jungkook se las arregla para ponerlo en su regazo de forma incomoda por el asiento que está ocupando—. O-oye.

—No puedes pretender hacerle esto a tu esposo y salir como si nada. —refuta en un jadeo. Estira la prenda que viste Jimin y le da un mordisco en la clavícula. Jimin le acaricia la cabeza antes de reír.

—Es divertirlo intentarlo— admite travieso—. Me encantas por estos arranques. —da besos en la cabeza al tiempo que continúa frotando la virilidad del más joven.

A Jimin le encanta besarlo, porque Jungkook a confesado que le gusta mucho la sensación que le dejan sus labios gruesos sobre su piel. Es su fetiche y para Jimin es muy tonto a la par que gracioso. Dejarse acariciar y morder y es como el pan de cada día que se agradece con todo y alabanza a Dios.

—Jimin-ssi se ve muy lindo cuando solo me complace. —menciona una vez terminado el pequeño tonteo. Jimin hizo un puchero ladeando la cabeza.

—Eso suena muy cruel ¿No te importa que yo no juegue de ese modo también?

—Me importa, pero no tiene chiste si mis guardias están escuchándote. Prefiero la habitación —Jimin se sonroja horriblemente—. Aunque tengo que hablar algo contigo más noche.

—Vale.

En ese trayecto a que anocheciera Jimin se encarga de atraer a un sirviente que entró hace poco a trabajar en el palacio. No es difícil que lo siguiera hasta una habitación. Si no calcula mal, tiene su apariencia de veinticinco años; su rostro no se ve gordo a los veintidós-veintitrés. Con la vida del sirviente pudo disminuir los dos años y medio que necesita para no parecer un cerdo en su opinión.

—Ahora solo- ¿Por qué tu...? —El corazón se le detiene un instante, Jungkook está ahí y quién sabe desde cuándo; mira la cáscara muerta en el suelo y luego Jimin—. Escucha, yo-

—Mataste a un muchacho de dieciocho que apenas entró a trabajar aquí. Si no me equivocó, se lo aceptó por las dificultades que está teniendo su familia. Acabas de destruir la única fuente de sustento-

—Pu-puedo arreglarlo. Solo necesito que alguien me diga su nombre y serán una familia adine-

— ¡No es el punto! —Jimin se encoge al instante—. ¡Es una persona a la que acabas de matar por... ¿Por qué?! ¿¡Para verte más delgado pronto!?

—Ya te lo expliqué. Mi poder depende de que sea joven y sea hermoso para los que me miran aun si esa no es la verdad. Tengo que hacerlo—replica molesto por los reclamos de Jungkook—. ¿Me dirás que no te importa que no...?

—No me importa que seas el hombre más bello del planeta. No me importa si ni siquiera lo eres... Deja de hacer eso. Quiero pasar mi vida contigo y ¿Que pasara cuando tenga sesenta y tu sigas viéndote como un quinceañero? —Mira dolido al hombre, sintiéndose entre regañado y receloso.

—Ser bello es lo único-

— ¡No es lo único que tienes! ¡También me tienes a mí! —Es tomado de las manos—. Quiero verte crecer, envejecer...

Responde por inercia a la conversación, la recuerda tan perfectamente que se siente raro. Cuando lo ve piensa por un momento que realmente no tenía necesidad persistir en su juventud. Jungkook lo ama y está tan decido a pasar hasta el último de sus días a su lado sin importar como luzca.

Es conmovedor, pero no tiene cómo estar seguro de que en serio será así.

—Si todo fuese seguro, no estás vivo. —bufa Jungkook. Jimin da toques a nada y forma pequeñas luces semejantes a luciérnagas. La habitación queda iluminada por pequeños puntos dorados.

—Eso lo explica. Nunca he estado seguro de nada. Ni siquiera puedo estarlo de ti—El menor lo mira con molestia—. Fui un favorito que luego desecharon. Está en el humano desecharlo todo después de un tiempo.

—También eres humano.

—Quizá no—Gira en si mismo y por ende, quedó sobre Jungkook—. Porque yo sí puedo amarte por siempre, la cuestión eres tú. Siempre eres tú.

—Confía más en mi ¿Sí? Es lo único que quisiera. —recuesta la mejilla en el pecho de Jungkook y acaricia el cabello gris.

Una noche relativamente tranquila.

Youthful Beauty || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora