Youthful Beauty || KookMin

3.4 "Oportunidad de Querer"

Yoongi se ríe por lo mucho que se confunde aprendiendo. Lo ayuda, después de algún comentario despectivo con respecto a su ignorancia. De alguna manera esto lo hace más cercano a Namjoon, hasta el punto de permitir a este que lo toque; algo que no hace a menos que quiera algo y en este caso, no es. El hombre es tierno, un papá oso o bien, el padre que jamás tuvo.

Y un papá al que está casi seduciendo ¿Eso es normal? Obvio que no ¿Que importa? Hace ya ¿Medio siglo? Un "poco" más, dejó de ser normal. Desde los trece.

La situación sucede muy espontáneo. La lección se le hace aburrida y como Namjoon permanece tan cerca y mimoso como siempre: Se permite acercarse hasta sentarse en el regazo de quien le lleva buena altura de diferencia. Inicia sutil, caricias al cuello y nuca; un poco las mejillas con el divertido par de hoyuelos; le da un suave beso en los labios que lo tensa. Jimin aparta un par de mechones que se le vienen a la cara y sonríe.

— ¿Que con esa cara?

—No puedo. Estoy-

—Estás casado con una mujer que te engaña con todo el reino. Además—Acentúa su peso en él, como si se frota—. Es a mí a quien deseas ¿No? Se siente.

—Mi-Minie...

—No me harás daño y me quieres... Solo hazlo, Joonie. —ronronea con verdadero gusto.

Puede decirse que Namjoon es lo más cercano que tiene al amor en el mundo terrenal. Sus sueños son eso y por ello no puede considerarlo. A sí mismo, fue la primera vez que pudo disfrutarlo; sin espejismos, desvaríos. Nada. Solo Namjoon sujetándolo bruscamente porque no sabe hacerlo de otra manera. No supo si Yoongi enojado fue real o una simple alucinación. Esperaba que no, porque lo ignoró soberanamente para besar a quien sería su amante a partir de ese instante.

~ * * * ~

—Kookie, por favor... Tengo más años que tú y tu padre juntos. Sé perfectamente cuando me ven lascivamente en lugar de la adoración. —ríe cantarín ante los refunfuños del hombre.

—Si lo sabes, por qué-

—No es el primero, tampoco el último ¿Por qué te preocupa? No te voy a dejar por un rey cualquiera que me desee. Eso no me interesa en nada. Deberías saberlo. —Da pequeños toques a la mejilla del otro.

—Me molesta.

—Lo tengo muy claro.

—Y no lo evitas.

—Es lo que soy. No puede evitarse.

—Podría encerrarte en nuestra habitación.

—Transformaría la cerradura en un perro para que te muerda... Si es que los dientes no se le rompen intentando hacerlo. Tus piernas son muy duras. —Jimin hace un puchero.

—Yo me quejaría de que tus labios son muy gruesos. No obstante, sabemos que me encantan así como a ti te encantan mis piernas.

Ríe entre dientes. Kookie se pone celoso muy rápido, lo único que hace es borrar su expresión despistada o sonriente para acabar enojado. No interfiere, mantiene la postura recelosa y a Jimin le cuesta a horrores distinguir cuando está celoso. Parece estarlo de todo y todos. Apoya la mejilla en el hombro del hombre a su lado y suelta un suspiro. Su gesto es tierno sin la intención de serlo.

—Te amo ¿Sabes?

—Te pones demasiado cursi con-

—Y tú te pones a llorar cada vez. He llegado a creer que pasa porque lo que yo siento es real y lo tuyo es una mentira que se manifiesta así.