Capítulo 24

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(Nicco en la foto)

Narra Nicco.

Estábamos sentados en el sofá el uno frente al otro, con las piernas cruzadas al estilo indio. Comimos algo ligero, unas galletas con nutella y un par de frutas. Empezamos a hablar de todo lo que nos había pasado en todo este tiempo, las cosas que habíamos hecho, y ese tipo de cosas que le cuentas a alguien cuando hace tiempo que no le ves.

Entonces fué cuando me habló de ese, de su novio Iván, que por cierto vive a unos metros de aquí, y de como se conocieron en el instituto, y bla bla bla...

Le odio. Odio a ese.

¡No me gusta que esté con el! ¡Es mía! O al menos eso quiero...

Nuestra tarde pasó tan rápido como no había pasado ninguna nunca. Habíamos estado todo el día allí en su casa, el uno frente al otro contándonos cosas, y recordando algunos momentos vividos allí. Hecho de menos los viejos tiempos. Ojalá todo volviera atrás en el tiempo para poder volver a vivirlos y sentir esa alegría, que luego de convertirá en simples recuerdos que para mí al menos nunca se me olvidarán.

Veo a Anna bostezar, formando con su boca una perfecta O, y deja caer su cuerpo en el sofá de espaldas.
-Tengo sueño. -Dice contemplando el techo blanco.

-Pues duerme, marmota.
-v
Voy a prepararte la habitación, tengo algunas cosas de por medio aún, ya sabes que soy algo vaga.-No se ha incorporado aún del sofá.

-Da igual, duermo en el sofá, no te molestes, anda a dormir ya. -Le dedico una sonrisa.
-Como quieras, buenas noches! -Tal y como dijo esto, rodó como las croquetas hasta el suelo y quedó de pié, pero cuando se levantó me quedé esperando mi beso en la mejilla de buenas noches, sí, ese que me daba cuando dormíamos en la misma casa. Pero no hecho de menos solo eso, hecho de menos la atención que me daba. Cuando siempre estaba conmigo y para mí. Pero tengo que asumirlo.

Cuando Anna subió, apagó las luces. Yo estaba tumbado en el sofá con un par de mantas. Aun así se podía ver algo de claridad que seguramente venía de su habitación.

Tal vez ya no haya nada que hacer, aunque tampoco que es yo haya hecho mucho, pero no pienso dejarlo así porque sí, al menos, intentaré decirle a Anna lo que siento por ella.

Espero que no me mande a la mierda.

No podía dormir. Esa noche se me hizo eterna. No paraba de pensar, ¿Qué le iba a decir a Anna? ¿Como se lo tomaría? Pero, seguro que pasa de mí.

¡Joder! Fuí un completo idiota. Ahora, tal vez yo sería él. Pero no.

Ya no puedo hacer nada para cambiar el pasado.

Estaba muerto de sueño, así que intenté no pensar más, me tapé con una manta hasta la cabeza y cerré mis ojos, intentando dormir y soñar con algo que no sea nada relacionado con "Amor".

Hmmmm.... "Amor", es una palabra bastante fuerte. Un sentimiento difícil de expresar, y que no todos lo han sentido. Pero ya basta, Nicco.

Duermete ya de una vez, joder, pareces un búho.

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*Narra Anna*

Desperté y lo primero que hice fué mirar el reloj; eran las 9 y media de la mañana.

Me costó levantarme pero lo conseguí con la intención de pasar un buen día, mañana por la mañana se va Nicco y no lo voy a volver a ver en bastante tiempo.

Bajé a la cocina intentando hacer el menor ruido posible (intento fallido) , aunque tropezaba con todo y acababa pareciendo una casa con orquesta.

Nicco estaba durmiendo en el sofá, boca abajo, y deja visible una pequeña parte de su cara encima de un cojín del sofá.

Empecé a preparar algunas tostadas para desayunar, pero nada mas eso siento unos brazos abrazándome por detrás.

Me giré rápidamente y estaba entre los brazos de mi amigo, me abrazaba con fuerza, cosa que hizo que no pudiera separarme de él.

-¿Qué haces?-Dije medio gritando.

Sin esperarme nada acerca su cara y junta sus labios con los míos. Enseguida intenté empujarle para alejarme de él, pero sus brazos se enredaron a mi alrededor impidiéndomelo.

Se escuchó un ruido cerca, no hice caso y volví a intentar alejarme cuando lo consigo dándole un empujón.

Así de repente descubro que aquel ruido es la puerta, Iván. Quedé ayer con él en que vendría a desayunar con nosotros. Estaba parado en el marco de la puerta con cara de rabia.

Dió unos pasos y se avalanzó sobre Nicco y empezó a golpearle. No sabía que hacer, estaba realmente confusa, pero no hice nada, simplemente me heché a llorar.

Iván se levantó del suelo, ni siquiera me miró, salió corriendo de la casa.

Nicco se encontraba en el suelo, le estaba sangrando la nariz, pero en ese momento solo pensaba en Iván. Lo vió todo, pero no era lo que parecía...

Sin parar de llorar salí de mi casa y fuí corriendo al bloque de al lado, le llamé, golpeé la puerta, le grité. Pero simplemente recibí un "Vete" de su parte.

Pero no podía irme y dejar las cosas así, no sé que va a pensar de mí.

Así que esperé en la puerta, sentada en el suelo cuando empezó a llover.

Pero él no salió. No me abrió la puerta. Y yo me quedé allí, esperándole, todo el día.

Desde por la mañana. Llovía sin parar y estaba empapada, sabía que después de esto iba a enfermar pero eso me daba igual.

Ya eran las 7 de la tarde, y aún seguía en su puerta sentada. De repente paró de llover.

Con el único hilo de voz que me quedaba por haber estado gritando bajo la lluvia, solté un pequeño -"Lo siento, no fué mi culpa", que dudé que lo hubiera oído.

La puerta se abrió y la mitad de su cuerpo se asomó por ella. Me quedé mirándole a los ojos, no estaban como siempre.

-Ven.-Dice agachando su cabeza mirando al suelo.

La chica raraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora