Desperté sobre las 10 de la mañana. Abrí los ojos y miré a mi alrededor, mi habitación estaba oscura, así que me levanté con desgana a abrir la persiana para que entrara algo de claridad. Arreglé la cama deshecha y me fuí al baño a darme una ducha. Mientras estaba bajo el agua, pensé por unos minutos todo lo que estaba ocurriendo. Había pasado todo muy rápido. Pero eso es lo que dicen las abuelas, que que rápido pasa el tiempo.
Salí de la ducha, me puse lo primero que encontré en el armario evitando quedarme 15 minutos eligiendo ropa. Iván me había dicho por teléfono que no hacia falta que fuera hoy al hospital, dice que está bien y que descanse yo, y aunque me negué, me convenció. Decidí ir a dar un paseo por la ciudad; iba caminando sola, pero al menos estaba entretenida paseando, mirando algunos escaparates, hechando algunas fotos...
Decidí parar a descansar y me senté en la terraza de un Starbucks. Un chico joven vino a traerme mi pedido. Mientras me tomaba mi batido, estuve hablando por el WhatsApp con Nicco, pero la oscura sombra de alguien que se puso delante mía tapó el sol que se topaba conmigo.
Miré hacia arriba para ver quien es, y cuando le veo, frunciendo el ceño, le pregunté:
-¿Qué haces aquí Bryan?
-Oh, Anna, no me había dado cuenta de que estabas aquí. -Dice sonriente. Desde que me hizo aquello no le he vuelto a dirigir la palabra, ni él a mi.
-Pero, ya que te he visto... ¿Me puedo sentar contigo? -Pregunta poniendo sus manos sobre la mesa.
-No.-Contesto, intentando ser borde con el, cosa que no consigo hacer con nadie.
-¡Vale! -Dice sentándose en la silla que está enfrente, en mi mesa.
-Te he dicho que no, ¿Qué quieres?.-Seguía mirándome sonriente. Yo sabía que yo ya no le quería. Ese día que lo ví con aquella chica, ni siquiera volvió a hablarme.
-Solo quería enseñarte una cosa.-Dice sacando un Iphone del bolsillo de su sudadera. -Mira esto, es del otro día, solo quería advertirte.
-No me interesa mirar nada.-Le dije aportándole el teléfono que lo sostenía delante de mí.
-Estoy seguro de que esto sí. -Insistió. No se si sabíais que soy una curiosa, y la curiosidad...mató al gato. Cojí el móvil y lo acerqué a mí para ver lo que me quería mostrar.
Era una foto.
De Iván.
Con otra chica.
Levanté la vista del teléfono y me quedé mirándole a la cara, la cual estaba sonriente. -¿Y cómo se yo que esto no es de antes de que yo estuviera con él? Sabes que no te creo, y no confío en ti.
-Fácil, en el fondo de espaldas sales tú, y... ahí ya tenías tu cabello de color morado. Estás con tu teléfono, ¿no le estarias escribiendo?
Le fulminé con la mirada. Recuerdo ese día y sí, le estaba escribiendo un mensaje para preguntarle si vendría a mi casa después de clases. Aún así no estoy segura, Iván no me haría eso... Pero en la foto...todo parece tan real. ..
-Métete en tus asuntos y vete con tu novia.- Le dije seria.
-¿Mi novia? Mi novia eras tú. No recuerdo que hayas roto conmigo. -dijo guiñando un ojo.
PERO CÓMO SE ATREVE ESTE A DECIRME ESO HOSTIA HIJO DE LA HIJA DE SU ABUELA!!
-Oh, ya, cierto, pues ven aquí bebé. -Dije acercándome a él, el cual respondía con una triunfante sonrisa. Justo en el momento en el que estábamos lo suficientemente cerca, cojí lo que quedaba de mi batido para regarselo en el pelo.
