26.- Unión

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Por fin era el día de la celebración más esperada por todos en el campamento, Zerkanya y Dratør estaban emocionados, ese era el día en el que se unirían en matrimonio, las chicas iban de allá hacia acá haciendo los preparativos, Dominique entro a una de las cabañas con un costal en brazos.

—Tengo el vestido —Anuk se acercó rápidamente y lo abrió, Zerkanya simplemente esbozo una leve sonrisa, parecía que la mas emocionada por todo el asunto era Anuk quien lo saco y al instante comenzó a hacer comentarios sobre lo hermoso que luciría en Zerkanya.

—Viajé durante más de dos días para traerles los trajes, aprecien eso y considérenlo mi regalo de bodas.

—No te hubieras molestado, Dom, Drat y yo nos habríamos casado aun con la armadura puesta.

—Pero que cosas dices Zer, este es un día súper especial, tienes que lucir hermosa —Anuk sonrió contagiando su emoción a Dominique, le indicaron a Zerkanya que se vistiera, ella tomo el vestido y admitió que era lindo. Luego de cambiarse comenzaron a hacerle el peinado, Racirya entró y ayudo con el maquillaje, solamente faltaba una en ese círculo, Travien, quien en esos momentos estaba ayudando a su hermano a cortar troncos para usarlos como bancas para los invitados.

—Chicas, necesitan que una vaya a degustar la comida —un chico entró inadvertidamente, todas lo abuchearon pero él sólo rió y al ver a Zerkanya se acercó.

—Te ves preciosa, Zer —comentó.

—Gracias, Grüthier —respondió ella, Grüthier salió nuevamente acompañado de Racirya, cuando por fin terminaron de arreglar a Zerkanya era casi el momento decisivo. Ya todo estaba listo, la ceremonia estaba a punto de realizarse, la gente comenzaba a llenar los espacios, Dratør ya estaba listo también.

Mientras tanto en otro lado del territorio la misteriosa recién llegada caminaba entre la nieve, respiro profundamente anhelando llegar a su hogar después de tanto tiempo, al avistar el campamento no se contuvo y corrió, justo al llegar unos guardias la detuvieron preguntando sus intenciones.

—Soy Alexandrya segunda, heredera legitima al puesto de alfa —exclamo con seguridad, uno de ellos le extendió la mano, ella bufo y con los dedos le recorrió la palma, congelando levemente su piel formando en ella un patrón mágico, característico de la familia alfa. Por fin le creyeron y la dejaron pasar, ella recorrió cada lugar buscando a dos personas importantes para ella pero no lograba encontrarlas, todos los demás la saludaban y abrazaban contentos de tenerla de regreso.

—Creímos que no regresarías, Alex, ¿cómo es el mundo humano? —pregunto uno.

—Imagina estar encerrado en una caja que no se rompe con nada, ser vestida con atuendos realmente extraños y exhibida ante otros humanos —exclamo ella, los otros se mostraban sorprendidos ante sus palabras.

—Apártense —una voz bastante familiar la hizo voltear, su emoción fue intensa al ver por fin a la persona que estaba buscando.

—Valen —corrió hacia ella y la abrazo con todas sus fuerzas la otra se sorprendió y termino correspondiendo su abrazo.

—No puede ser... ¿Alex? —ella asintió sin despegarse, ahora ambas estaban emocionadas.

—Creí que los humanos te habían matado —al parecer su comentario no le hizo gracia a la albina pero negó levemente y volvió a sonreír.

—Estoy bien, por suerte he logrado escapar —otra voz carraspeo justo a su lado llamando su atención, otra chica igual a la anterior con un ligero cambio de peinado estaba parada contemplando la escena.

—Valeria, también es un gusto verte, las estaba buscando, a las dos —las tomo a ambas y las envolvió en un abrazo, de verdad se encontraba feliz de haber vuelto a su hogar, las gemelas también estaban felices de por fin haber recuperado a su amiga.

Zerkanya y la rebelión de Varthrân【En edición】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora