34.- Revelación

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Pasados unos cuantos meses y después de haber sido rechazada en todos los lugares posibles, Zerkanya se vio obligada a vivir en una cueva de una montaña junto con Lithia, sobrevivir con lo que Lithia podía comprar en los mercados cercanos y adaptarse al frío clima

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—Mi señor, investigué más al respecto, según los rumores, todos los demás murieron, pero la hechicera y Zerkanya siguen con vida. Fue exiliada del territorio de los Skitnú y se dice que continúa vagando por los reinos, ningún pueblo las ha aceptado así que realmente no se sabe dónde pasa las noches —Astrel sujetó su daga y siguió observando el bosque a través de la ventana.

—Búsquenla, la quiero viva, si es necesario recorran hasta el último rincón del bosque pero tráiganla aquí, contraten a los mejores cazarrecompensas, esa bastarda no podrá esconderse de mí por mucho tiempo.

Del otro lado del castillo, en una habitación, madre e hija jugaban juntas, la pequeña Zarina era muy fuerte y sus poderes mágicos también comenzaban a notarse.

—¿Quieres escuchar un cuento? —preguntó a su hija, la niña asintió emocionada y ambas se sentaron en la cama.

—Había una vez, una niña híbrida, era una pequeña como tú, pero a esta niña no le gustaba hablar con nadie ni ser tocada por nadie, sus compañeros la odiaban y hacían menos a pesar de ser una princesa, sólo porque tenía padres de distintas razas. Un día, al cumplir los diecinueve años, la princesa escapó hacia el bosque y mientras ella jugaba entre los arboles, unos malvados hombres comenzaron a atacar su hogar, el palacio de Grallier. En medio de la batalla esos hombres se llevaron a su madre, o mejor dicho, su madre se había sacrificado para que no capturaran a su hija. Ellos se llevaron a aquella mujer a su reino, donde las primeras horas fue torturada para que revelara la ubicación de su hija, ella resistió y jamás se los dijo. Al final la terminaron soltando con la condición de que se convirtiera en esposa del rey, accedió e inmediatamente se convirtió en reina. Mientras tanto la que ahora era una mujer joven luchó por lo que quedaba de su reino, pero falló y fue atrapada. La llevaron con su madre, y, al enterarse de que se había convertido en reina, la princesa se sintió traicionada, se invadió en furia y se rebeló contra ella, iniciando un grupo de jóvenes rebeldes. El tiempo pasó y la joven y su rebelión fueron de reino en reino, pero cada lugar al que iban terminaba siendo destruido por aquellos hombres que por codicia deseaban su poder. En una de esas peleas la mayoría de su rebelión murió, incluyendo a su amado, un joven exiliado por traición. Al quedarse sola y no tener lugar a donde ir, aquella a la que habían llamado princesa, se convirtió en una maldición andante, vagando de reino en reino, esperando encontrar un nuevo hogar donde pueda vivir tranquila, fin —la niña aplaudió la historia pero no se contuvo en hacer una pregunta.

—¿Y cuál era el nombre de la princesa? —su madre sonrió levemente y después de unos segundos se lo reveló.

—Su nombre, es Zerkanya.

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—Zerkanya ¿te encuentras bien? —la pelirroja negó y corrió hacia los arboles inundada por las náuseas, su amiga se paró a su lado preocupada.

—Debes haber comido algo en mal estado —ella asintió y se sujetó del árbol para no caer.

—Debemos ir a con un curandero, llevas días así —Zerkanya negó varias veces.

—No, estaré bien, sólo necesito descansar —ella se transformó en un lobo y le indicó que subiera, a pesar de ya haberse negado, esta vez ella accedió pues no soportaba el malestar.

—Lithia corrió a través del bosque hacia el pueblo más cercano, dejó a Zerkanya en el límite y la protegió con un escudo de magia para que nadie pudiera hacerle daño mientras estaba vulnerable. Mientras ella se adentró en el pueblo para buscar a una curandera que conoció meses atrás, esta la recibió y preguntó lo que pasaba.

—Es mi amiga, se siente muy mal y no hemos encontrado cura, he tratado con magia y distintos remedios pero nada funciona, necesito su ayuda, por favor —rogó, la mujer de edad avanzada le indicó que la llevara a su cabaña. Con dificultad, Lithia logró convencer a los guardias de que las dejaran pasar, ayudó a Zerkanya a que se recostara y comenzó a revisarla, unos minutos después llegó a su conclusión.

—Mi niña, por eso no pudiste sanarla, es que lo que tiene ella no puede curarse, tu amiga no está enferma —Lithia y Zerkanya se voltearon a ver mutuamente y hasta dudaron de sus habilidades.

—Pero me siento mal, ¿cómo es posible que no esté enferma? —preguntó, la mujer rió levemente.

—Pues en efecto, no estás enferma, estás esperando un bebé —ambas se vieron inundadas por la sorpresa, la cara de Zerkanya palideció y sus ojos se cristalizaron.

—Pero, no es posible, mi luna de miel fue hace dos meses aproximadamente, se supone que el embarazo draconiano no dura más de dos meses.

—Zerkanya, tú tienes sangre humana, y en los humanos el embarazo dura nueve meses, de los cuales tú llevas dos casi tres al parecer —al analizar sus palabras se dio cuenta de que era verdad, su parte humana pudo haber afectado en su manera de concebir. La cabeza le daba vueltas, por un lado estaba feliz pero por otro estaba muy preocupada, su manera de vivir no era apta para tener a un hijo, pero también significaba que ella ahora tenía otra razón para continuar, hasta ese momento su vida carecía de sentido, pero con esta sorpresiva revelación, Zerkanya había encontrado un nuevo propósito. 

Zerkanya y la rebelión de Varthrân【En edición】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora