12 - Joseon

3.5K 549 213
                                    

Jeongguk se quedó mirando fijamente la portada del libro, sus ojos recorriendo las letras que formaban el nombre "Min YoonGi". Cada sílaba parecía resonar en su mente, como un eco lejano de algo que no podía recordar del todo. Había una conexión inexplicable, un vínculo que sentía intensificarse con cada segundo que pasaba.

Min YoonGi, — repitió en voz baja, su tono lleno de incredulidad y curiosidad, mientras sus dedos rozaban la portada del libro con delicadeza, como si estuviera tocando algo sagrado, un tesoro oculto en lo más profundo de su ser.

Sin embargo, en el momento que logró tocarlo con intención, la atmósfera se volvió insoportable. Los dioses, una vez imponentes, se veían ahora debilitados,con sus cuerpos casi colapsando bajo una presión que ni siquiera ellos podían soportar. Era como si la presencia del libro había desencadenado una fuerza primordial que afectaba a todo lo que estaba en su entorno.

Hoseok, tratando de llegar a YoonGi, extendió la mano en un gesto de desesperación. Su voz, debilitada, apenas logró salir de sus labios. 

— Yoo...ngi — dijo, pero no pudo llegar a tocarlo. La presión sobrenatural parecía aplastar a todos, y Hoseok, incapaz de mantener el equilibrio, se desplomó contra Taehyung. La energía que emanaba del libro lo envolvió en un humo espeso y rojo, tragándolo y llevándolo al suelo antes de desaparecer por completo.

SeokJin, igualmente afectado por la energía que emanaba del libro, intentó hacer un último intento de comunicación.

 — Yo... — fue todo lo que logró decir antes de que un humo blanco puro lo rodeara, quemando su piel y ardiendo como un fuego infernal. La intensidad del poder lo doblegó, y en un último esfuerzo, recibió el libro de YoonGi.

— Jin, debes devolverlo. — YoonGi, con el cuerpo agotado y cada fibra de su ser dolorida, entregó el libro a SeokJin. Las agujas de dolor que sentía en su piel eran insoportables, pero no podía permitir que SeokJin desapareciera sin antes devolver el libro. — Tómalo. — susurró y su voz apenas audible, se desplomó en suelo una vez que el dios de la fortuna desapareciera completamente del lugar.

— ¡YoonGi! — Gritaron los mortales corriendo a socorrerlo. Unas manos cálidas le rodearon la cintura, para después tomarle uno de sus brazos y pasarlo alrededor de su cuello. — Vamos, te llevaré a la cama. — No tuvo fuerzas ni para contestarle a Jeon. 

Se sentía tan débil, tan cansado.

El policía lo dejó en la cama con suavidad, procurándose de que estuviera cómodo, pero una vez que YoonGi sintió como su cuerpo se había recostado en la cama, sintió el cansancio profundo que lo envolvía. La fragancia de la habitación y la suavidad de las sábanas parecían apenas tocar la intensidad del dolor que sentía. Al percibir el contacto de Jeongguk aún en él, se aferró a sus brazos con desesperación, buscando una ancla en medio de la tormenta que estaba viviendo.

 Era una reacción instintiva, como si necesitara algo concreto para calmar la turbulencia que lo invadía.

Jeongguk, sorprendido por la súbita necesidad de contacto de YoonGi, se acomodó a su lado sin hacer preguntas. Aunque su mente estaba llena de inquietudes, decidió centrarse en ayudar al ángel en lo que pudiera.

Jimin, que estaba cerca, comenzó a examinar a YoonGi con cuidado. Sus dedos se posaron en la frente del ángel, comprobando su temperatura. Luego, acarició sus mejillas con una ternura que contrastaba con la gravedad de la situación.

— ¿Qué sientes? — preguntó Jimin con preocupación. — ¿Te duele la cabeza? ¿Tienes calor? ¿Tienes frío? ¿Te duele el estómago? ¿Quieres ir al baño? — La avalancha de preguntas parecía abrumar a YoonGi, que cerró los ojos en un intento de encontrar algo de calma. El torbellino de sensaciones que experimentaba era intenso, y la necesidad de respuestas inmediatas era abrumadora para poder calmarse. 

Estúpido cupido [KookGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora