3 - Extraño

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- ¡Dios! - Gritó la deidad con exasperación alzando sus brazos al cielo, en un gesto dramático, digno de una obra teatral. La gente que lo rodeaba comenzó a mirar al trío con cierto disgusto, puesto que no era normal ver a un chico gritando cosas sin sentido.

- No es para tanto. - Seokjin se cruzó de brazos mientras le miraba severo. El azabache que los seguía, no dijo ninguna palabra. Solo se mantenía mirando al peliblanco con desconfianza, como si se tratara de algún tipo de asesino serial que testificaba sobre su inocencia.

- ¡Lo dices porque tú no tienes una cola! - Enojado se sentó en el suelo mientras se cruzaba de brazos. - ¡Lo peor es que tengo hambre y no veo ningún lugar donde vendan comida! ¡Maldita seas, Irene! - Gritó enojado mientras maldecía hacia el cielo alzando sus brazos, apuntando con el dedo índice. Un fuerte trueno se hizo retumbar en el cielo anunciando la furia de los dioses, que de a poco se convertía en pequeñas gotas de agua que comenzaba a caer sobre sus cabezas.

- ¡NO ME IMPORTAN TUS RABIETAS, IRENE! - gritó otra vez y un trueno mucho más ruidoso se escuchó junto a un rayo que cayó seguramente cerca de las montañas, provocando que el dios de la fortuna y el policía, saltaran sobre su sitio.

La diosa de los cielos comenzaba a enojarse.

- ¡YoonGi! - Seokjin lo agarró del brazo mientras trataba de resguardarse de la lluvia con su otra mano. El peliblanco solo se dejó arrastrar mientras que su cuerpo se mojaba lentamente y las blancas ropas de este, comenzaban a transparentarse. - Si sigues así conseguirás que tu castigo sea peor.

- ¡No me importa! ¡No puede ser peor de lo que ya es! - El azabache miró al peliblanco y rodó los ojos ante su dramatismo. Era peor que un chico cuando la chica de sus sueños lo rechazaba.

- Pero mira el lado bueno, tenemos dinero, podremos comprar todo lo que se nos antoje. - Sonrió mostrando su dentadura perfecta. - Solo déjame abrir este.... - Seokjin borró todo tipo de expresión de felicidad de su rostro al ver que tenía las manos vacías. - ¿Dónde está el maletín?

- ¡¿Has perdido el maletín?! - YoonGi abrió sus ojos con asombro, comenzando a temer por su futuro incierto.

- ¿Cuál maletín? Cuando llegué con ustedes no tenían nada en las manos. - Jeongguk movió el cabeza confundido. YoonGi abrió sus ojos con sorpresa, se hincó sobre sus tobillos y se agarró la cabeza en un acto dramático.

- Debí tirarlo cuando boté al chico que corría. - El más alto imitó su acción. - Justo en el momento en que te agarré de la cintura. - Pasó las manos por su cara, estirando la en el proceso.

- Ahora no tenemos ni comida, ni dinero. - Su tomó de voz comenzó a temblar debido al frío que sentía. Las ropas mojadas comenzaban a provocarle escalofríos. - Moriré, eso es lo que sucederá. Mi vida se va convertir en un constante suplicio, y para rematar lo peor, tengo a un chico quisquilloso siguiéndome como una cucaracha. - El peliblanco se levantó, lamentándose.

- No creo que sea tan malo, solo me estoy asegurando que no hagas nada malo. ― Jungkook lo miró serio. - Estas bajo vigilancia suprema de la Policía, deberías tener por lo menos un pequeño respeto para la institución más importante de la seguridad ciudadana.

- ¡Vigilancia mis polainas! Si hubieras hecho bien tu trabajo, te hubieras percatado del maletín. - Respondió el peliblanco enojado, ganándose una mirada de odio por parte del policía

- ¡Te he dicho que no había visto ningún maletín! - Respondió de la misma manera.

- ¿No tienes más trabajo que hacer? - Dijo Seokjin quien se dirigió a él por primera vez en un tono de cansancio. El policía lo miró unos instantes fijándose en su apariencia. El cabello mojado se le pegaba a la frente con fuerza. Unas finas gotas de lluvia comenzaban a escurrirle por la cara, y su vestimenta comenzaba a oscurecerse. Jeongguk maldijo al ver que hasta mojado se veía irreal.

Estúpido cupido [KookGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora