— Vamos, dime qué es lo que sucede. — Hoseok entró junto a él a la tienda de conveniencia y ambos. — ¿A dónde te llevó, Yugyeom? Sé que allá arriba, pero específicamente.— Sacó dos paquetes de ramen instantáneo junto a uno de pastelitos de arroz. Ambos se acercaron hasta la cajera para pagar las cosas, pero una voz los detuvo adelantándose.
— Mamá. — Un joven de quizás unos 23 años saludó a la mujer que se encontraba de cajera. Su cabello era castaño y si piel pálida como la nieve. — ¿Aún no terminas el turno? — La mujer les dedicó una sonrisa de disculpa y procedió a hablar.
— Me queda poco ¿Por qué no esperas afuera? Puedes comer alguna golosina. — Le respondió con un tono cariñoso. — Y dile a Jaehyun que también puede sacar algo.
— Jaehyun no vino conmigo, invitó a una chica a salir. — Suspiró. — He venido con un compañero de la escuela de hace algunos años, Im Jaebum, creo que debería sona...
— No quiero sonar rudo, pero realmente tengo hambre. —Hoseok interrumpió su conversación. — Tome, aquí está el dinero, quédese con el cambio. — Dicho esto, arrastró al ángel hasta la sección de agua caliente y comenzó a preparar los potes de ramen. — Los humanos son demasiados distraídos y buenos para la conversación. Realmente me sorprende lo fácil que se pueden olvidar de los demás en el exterior una vez que se surmejen en una conversación.
YoonGi en cambio, preparó los pastelitos de arroz según cómo decía en la caja y colocó unos palillos en la pequeña mesa. Hoseok se acercó una vez que tuvieron todo listo y se sentó a su lado mientras miraban las calles que se encontraban enfrente de ellos.
La chica de antes se encontraba allí junto al chico que había dicho anteriormente. YoonGi observó cómo ambos conversaban de algo que no podía escuchar. El chico la observaba fingiendo atención, pero con una mirada de aburrimiento escondida en sus pupilas.
— ¿Crees que sean pareja? — Preguntó el castaño mientras que se llevaba una gran porción de ramen a la boca. — Capto una tensión entre ellos ¿Qué dices tú, dios del amor?
— No veo nada. — Suspiró encogiéndose de hombros. Incluso cuando Irene insistía en que ya no era una deidad, YoonGi todavía era capaz de leer las expresiones corporales de las parejas, sabiendo así, cuando realmente alguien amaba de verdad. — Aunque debo admitir que el chico es guapo y la chica es simplemente bella, pero no veo nada más allá, sus ojos no tienen esa chispa especial.
— ¿Cómo la que tienen tú y Jeongguk?
— ¿Qué? — Se detuvo de golpe mirándolo, golpeando sin querer la mesa, provocando que el vidrio hiciera un sonido y la pareja de al frente de ellos los mirara con atención. YoonGi sintió sus mejillas acalorarse y se cubrió la cara avergonzado. — Mira lo que has hecho.
— Solo estaba molestándote. — Suspiró. — No es la gran cosa. — Soltó — Oh, el chico no para de mirarte.
El peliblanco frunció el ceño y se quitó las manos de la cara para ver cómo el chico lo observaba con atención. Su cabello era negro y lo tenía hasta el cuello con leves ondulaciones. Tenía ojos pequeños, pero de alguna manera eran totalmente atrayentes y algo arrogantes. Trató de mantener la mirada fija por alguna razón. La forma altanera en la que el chico lo miraba, simplemente lo irritó en todas las maneras posibles, por lo que siguió mirándolo en una pequeña competencia.
— YoonGi…— Lo llamó Hoseok, pero YoonGi seguía mirando fijamente al chico, quien estaba de la misma manera. Había algo de humor en la situación, pero también una chispa electrizante — Se supone que hablariamos de lo que pasó con Yugyeom, pero aquí estás, peleando con un completo extraño a través de miradas. — Rodó los ojos. — ¿O prefieres que hablemos de tu relación con Jeongguk?
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Estúpido cupido [KookGi]
Romance- Entonces esperas que me crea toda esa mierda de que eres un Angel del amor y que tú única intención era enamorar a la gente. El chico de cabellos blancos asintió con total seguridad de sus palabras. - No me vengas con cuentos, dime tu nombre angel...