4.- Efímero

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YoonGi vagaba por las grandes calles de Busan mientras que silbaba una dulce canción con la boca. La noche estaba demasiado fría para su gusto y su ropa, ya que, sólo llevaba un traje color blanco Georgette que le daba ese aspecto de pureza.

Se sentó en una de las bancas del parque, abrazándose a sí mismo para generar algo de calor en su cuerpo. Miró el cielo y contempló cómo las estrellas adornaban el vestido de la noche con ese brillo tan excepcional y propio de estas.

Entonces, se imaginó a él siendo una estrella que brillaba todo el tiempo, deleitando a los demás con su extrema belleza. Sonrió para sí mismo y automáticamente negó con la cabeza al darse cuenta de la situación en la que vivía en el tiempo de ahora.

Su deidad le había arrebatado sus poderes, y para peor, le había castigado con la misión de encontrar una flecha que ni siquiera podía reconocer debido a que el olfato divino se le había sido arrebatado en el momento que lo desterraron del cielo.

Ahora se podría decir que era prácticamente un humano, era un ser inservible que carecía de dones maravillosos.

Se sentía completamente inútil, tal y como los humanos lo eran, y eso lo deprima aún más.

Su cuerpo comenzó a dar pequeños impulsos tratando de generar el calor que perdía a medida que la noche se hacía cada vez más fría. De pronto sus dientes comenzaron a castañar de frío en señal de hipotermia, por consiguiente, solo pudo abrigarse un poco más colocándose en posición fetal mientras se acostaba en la fría banca, que en ese momento parecía un bloque de hielo.

El invierno ya comenzaba a mostrar su cara más despiadada. Sin duda pasaría por momentos realmente difíciles si no era capaz de encontrar un lugar en el cual quedarse.

- Supongo que no tengo más que esto. ― Susurró para sí mismo mientras cerraba los ojos dejándose llevar por la imaginación de su mente, que recordaba la comodidad de su antiguo lugar de reposo en los cielos.

La tranquilidad de la noche adornaba su audición con el sonido de autos y de una ciudad ruidosa pero una voz en especial le llamó la atención, era una que conocía muy bien.

― ¿Qué haces vagabundeando en el espacio público? Sabes muy bien que molestas a los ciudadanos. ―. Aunque le hablara sobre corrupción, aún mantenía su voz tranquila. YoonGi no abrió los ojos, solo se limitó a suspirar y responder con un sonido gutural, el frío le había quitado todas las ganas de usar su voz puesto que cuando lo hacía, su garganta le ardía y le recriminaba la falta de cuidado que había con su cuerpo. - De hecho, podría llevarte arrestado por disturbio público.

Estaba tan cansado, su cuerpo terrestre se agotaba demasiado fácil desde que había visto por última vez al pelinegro, en donde cabe mencionar que no se lo había topado desde entonces (Alrededor de una semana).

El dinero solo le había alcanzado para comprar comida, ya que al ser un ser completamente nuevo en este mundo, YoonGi no tenía identificación, por lo tanto, no existía para ese mundo. Solo era un alma solitaria que estaba a la deriva y que por si fuera poco, no tenía ni idea de cómo alquilar un piso. Claro que había visto a los humanos hacerlo antes, pero nunca supo cómo se alquilaba exactamente.

Solo sabía que se necesitaba un documento con tu identidad, cosa que él no tenía.

― Solo vete y finge que nunca me has visto― YoonGi tenía la voz raposa debido al frío del ambiente. Desde hace días que se había empezado a sentir mal, su garganta le picaba y su nariz no paraba de rehacer ruidos extraños. ― No haré nada malo, solo dormiré. - Estaba tan agotado que ni siquiera tenía ganas de pelear, o quizás discutir sobre su presencia en aquella solitaria banca de color blanco.

Estúpido cupido [KookGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora