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POV lauren

La entendía, claro que la entendía, pero aún así dolió.

Endurecí mi mandíbula aguantando mis emociones, no quería ponerme a llorar frente a ella después de todo lo que le hice.

Quería hablar, pero sentía un nudo en mi garganta y temía que mi voz no saliera.

Quizás ella tenía razón y lo mejor para todos hubiese sido mi muerte. Ni mi mamá, ni Camila hubiesen sufrido las consecuencias.

-me enamoré de ti - dijo de repente - me enamoré como nunca antes lo había hecho, y tú solo te aprovechaste de eso.

-no lo quise hacer - insistí. Mi voz salió rota - mirame a los ojos, por favor, Camila. Yo no lo quise hacer - pronuncié lentamente para que entendiera que decía la verdad - Escúchame

Esperé a que se negara, a que hiciera algún movimiento, pero se quedó ahí, quieta, así que comencé

-todo comenzó al salir de prisión, yo no quería volver a ese mundo, pero sin saberlo se me presentó una deuda. Tuve hacer lo que me pedían, mentí, y tenía que tapar esas mentiras con más mentiras y cuando me vine a dar cuenta, la gran bola me llevó por delante

-a mí también me llevaste por delante

-yo no imaginé que todo esto iba a pasar

-¿y qué imaginabas? ¿qué creías que iba a pasar? Harías dos o tres robos más para pagar tu deuda y luego seguirías conmigo como si nada? ¿es eso?

-no...

-Lauren ¿tú en verdad pensabas engañarme toda la vida?

-no, yo sabía que llegaría el momento de contarte todo - sonrió. Demonios, ella se veía muy dolida.

-¿y cómo pretendías que reaccionara? ¿qué querías?.  Que dijera "ah, no, Lauren, perfecto, tú fuiste ladrona, pero lo importante es que ya no lo eres, así que sigamos adelante". Lauren ¿tú de verdad pensabas que yo seguiría contigo después de todo?

Bajé la cabeza. Yo si lo pensaba. Yo creía que ella podría perdonarme.

-bueno...  yo...  pensé que, no sé...

-eres una criminal - me dijo con frialdad, haciéndome sentir vergüenza de mi misma.

Podía sonar cruel para mis oídos, pero era la verdad y merecía este trato.

-Yo estaba dispuesta a entregarme a la policía si tú me lo pedías

-ah no, pero eso está mucho mejor - dijo irónicamente - imagínate, así yo iba a visitarte a la cárcel todos los domingos y solo esperaba  a que cumplieras tu condena. Ese si que es un gran plan - junto sus manos como celebrando con sarcasmo

Suspiré y en mi cabeza repetía una y otra vez que me lo merecía. Todas sus palabras me las merecía.

-yo no pensé tanto en el futuro...

-¡Yo te ofrecí mi ayuda! - su grito hizo que me sobresaltara y cerrara los ojos - ¡te la ofrecí muchísimas veces!

Me alejé ya no pudiendo contenerme. Le di la espalda para que no me viera, pero inevitablemente comencé a llorar.

-pero claro, tú no la necesitabas porque tenías otros planes, con tus amigos, o mas bien tu banda de criminales

Llevé ambas manos a mi rostro, cubriéndolo

-mírame - me pidió con firmeza, pero no lo hice - ¡mírame a la cara!

Limpié con mi brazo algo del rastro húmedo de mis lagrimas, me quedé unos segundos así, en silencio y volteé lentamente

DIABLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora