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POV Lauren

Me preparé de todo un poco para desayunar y me senté a disfrutar. Quería saborearlo todo, recordar la textura y consistencia de cada alimento.

Cualquiera pensaría que exageraba, pero yo ya había vivido la experiencia de estar tras las rejas y sabía que me privaría de todas estas maravillas.

Hoy todo tenía más color, todo resaltaba en su importancia; mi cama, el sofá, las benditas cervezas, el baño, la comida...

Extrañaría todo.

Me tomé todo el tiempo del mundo para comer, no había apuros. Limpié todo lo que había ensuciado y fui hasta el rincón para pintar.
Cogí un lienzo en blanco y sonreí.

Haría una pintura para Camila.

Mientras pintaba la tenía en mi mente. Los recuerdos eran tan llenadores, tan satisfactorios, que olvidaba todo lo pasado, todo lo vivido antes de su llegada.

Sonreí al recordar la pelea del día anterior. Ella había hecho notorio sus celos.

¿Eso era algo bueno, no?

Yo también había reclamado lo mío, pero yo no me esforzaba en disimularlo, odiaba a Patrick, en cambio, lo de Benedetta si me había sorprendido.
Era cierto, con la italiana teníamos cierta conexión, pero nada romántico. A pesar de haberla besado, sabíamos que solo era un juego. A diferencia de Camila, que era mi todo.

Suspiré y dejé el pincel por un momento.

Una visita rápida sería una pésima idea, lo sabía, pero no quería quedar con ella en malos términos. Ella necesitaba volver a escuchar de mis labios la verdad.
No podía aparecerme de la nada y mucho menos sabiendo que Shawn podía estar con ella.

Llamé a Dinah arriesgando mi dignidad por algo de información, pero al contrario de lo que esperaba, ella fue de mucha ayuda, casi alentadora.

Camila estaba en su departamento, eso era algo bueno.

Me duché rápidamente y salí prácticamente corriendo mientras pensaba en una buena excusa para presentarme en su puerta.

Mis manos sudaban.
Estaba muriendo de nervios.

Llegué a su puerta y me detuve a pensar. Necesitaba estar tranquila, no quería discutir más con ella.

Diablos! Ella iba a odiar verme allí.

Di media vuelta con la intención de irme, pero me retracté y volví. Tenía que hacer esto.

Respiré profundamente y levanté mi mano para tocar, cuando de repente la puerta se abrió dejándome ver a Camila.

Abrí mis ojos sorprendida. Esto me pillaba desprevenida.

Ella se veía muy bien, su perfume inundaba el lugar. La miré detenidamente.
En sus manos llevaba las llaves de su camioneta y la otra se aferraba fuerte a su bolso.

-¿Vas de salida? - pregunté sintiéndome celosa. No lo podía evitar.

El pensamiento de ella yendo a visitar al fiscal me mataba.

Vi como ella pestañeaba rápidamente, abrumada... o nerviosa por verme.

-Lauren... - pronunció mi nombre lentamente.

-Dime, ¿vas de salida? - entré sin permiso al departamento

-¿Qué haces tú aquí? - Evitó mi pregunta. Cerró la puerta y dio un paso hacia mí. Tenía el ceño fruncido en señal de molestia, claro, había interrumpido su salida.

DIABLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora