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POV Lauren

-Señorita, por favor, mantenga la calma.

-¿Podrían al menos ir a averiguar que está pasando?¿Por qué tardan tanto? Maldición...

-Solo podemos esperar en la patrulla, esa fue la orden.

-No puede ser...

Ya llevaba demasiado tiempo sentada con estos hombres, que parecían estar en otro mundo, comiendo sus rosquillas y bebiendo café helado. Esto no hacía más que irritarme.

Jimmy estaba en medio del operativo con sus mejores hombres. Podía imaginarme a Shawn siendo capturado y quería con desesperación estar presente. Verle la cara al ser sorprendido. Disfrutaba con el solo hecho de pensarlo.

Esperaba que todo estuviese yendo bien.

-¿Podrían al menos llamar por el radio? - insistí una vez más.

-Señorita, nosotros no... - unos golpes en la ventana interrumpieron sus palabras. Me sorprendí al ver a Benedetta ahí.

-Ven conmigo - me dijo seriamente. Bajé del auto y seguí sus pasos - Lenguaje moderado, nada de agresiones. Solo tendrás un minuto - no paramos de caminar hasta llegar a uno de los contenedores del puerto. - Te controlas, Jauregui. - Asentí sin saber como tratar con ella, ahora que ya sabía la verdad de mí.

-Que sea rápido - dijo Jimmy haciendo su aparición - No quiero tener problemas. Vengan.

Solo caminé pocos pasos hasta que lo vi.

Estaba esposado y dos oficiales lo sujetaban por los brazos. Estaba descontrolado, gritando y maldiciendo. A pocos metro estaban sus socios, también esposados y uno de ellos era León.

-Vaya... - dije caminando lentamente hacia ellos con una sonrisa de satisfacción, llamando su atención. Los ojos de Shawn se agrandaron por la sorpresa de verme. Claramente no se lo esperaba.

-Diabla... - dijo León, casi sin poder creer lo que estaba viendo.

-Buenas noches, señores. - Mi sonrisa creció.

-¿Estás... viva?

-Oh, no, sólo soy una aparición. Estoy aquí para asegurarme de verlos pagar. - Me acerqué lo suficiente a Shawn para hablarle frente a frente. Estaba temblando por dentro, pero pude fingir una perfecta sonrisa que logró exasperarlo.  - ¿Qué pasa, Mendes? ¿Pensaste que podías joderme la vida y salir libre? - Paseó sus ojos por mi rostro aún sin poder creerlo. - Secuestraste a mi mamá, mal nacido, me mandaste a matar...

-La mensajera... - susurró formando una sonrisa. - Espero que no estés haciendo todo esto por Camila, ¿O es que sigues creyendo que tienes oportunidad con ella? - Rió. Preferí no decir nada. No quería arriesgarme y ponerla en peligro. - Te saqué del mapa y un día después vino corriendo a mis brazos ¿Sabías que fue ella quien me propuso matrimonio? Fue muy romántico, oh, y nuestra noche de bodas... salvaje. El mejor sexo de mi vida. - Aguanté las ganas de destrozarle la cara a puños. Camila era mi punto débil, pero no me dejaría en evidencia.

-Disfruta tu nueva vida en prisión. Tengo un muy buen amigo que estaría feliz me metertela hasta sacártela por la garganta - Dije manteniendo la compostura - De hecho tengo muchos amigos dispuestos. ¿Tienes alguna preferencia? ¿Morenos, rubios...?  Sólo pide. Oh, y más te vale darles en el gusto, porque si te niegas no querrás ni imaginar lo que será de ti. Pero tranquilo, no pongas esa cara. Sé que te va a gustar.

-¡Perra!

-Eres muy estupida, Diabla. ¿Crees que ellos están de tu lado, que te van a ayudar? - dijo León - Vas a caer al igual que nosotros, idiota. ¡Te están usando!

DIABLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora