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POV Camila

Desperté sola en la cama. Miré la hora; 9:20 am.
Dormí más de lo normal. Sabía la razón.

Caminé hasta la cuna de Daniel. No estaba.
Salí descalza del dormitorio.

-¿Qué opinas, campeón? - escuché a Lauren - ¿la despertamos? - vi como le quitó el biberón para oír su respuesta, que no eran más que balbuceos y alguna que otra sílaba. - O podríamos llevarle el desayuno a la cama, eso podría gustarle - Me hizo sonreír. Se veían hermosos.

Me quedé de pie escuchando como Lauren discutía sobre el desayuno con Daniel por algunos minutos más. Pude haber interrumpido, pero se sentía bien observarlos. Mi pecho estaba inflado de emoción.

Felicidad pura.

Lauren lo tenía controlado. Volví rápidamente al baño para asearme.
Cuando entré a la cocina Lauren cargaba una bandeja con lo que sería mi desayuno.

-Oh, buenos días, Camz. Iba a llevarte esto a la cama.

Me acerqué hasta besarla. La bandeja era un obstáculo, así que la tomé y la dejé en la mesa. Volví a acercarme a mi mujer para ahora si besarla como quería.
Me aferré a su cuerpo e introduje mis manos en su camiseta para acariciar su espalda.

-Estás calientita... - susurré sobre sus labios, disfrutando tocar su piel.

-mmm... con ese beso, como no estarlo. - me dio un guiño ¡Dios! Era tan sexy. La besé, ahora brevemente, quedándome por algunos segundos abrazada a ella y me acerqué a Daniel.

-¿Como está mi bebé? - besé sus cachetitos y olí su cabello. Amaba su olor. - ¿Preparaste su leche? - le pregunté a Lauren con sorpresa.

-Si, la devoró como todo un campeón.

-Gracias por esto, no era necesario.

-Te dejé sin energías. Tengo que encargarme de que las recuperes si queremos volver a hacerlo...

-Shh... - la callé conteniendo la risa - No digas esas cosas frente a Daniel.

-No entiende, Camz.

-Como sea - Le di un sorbo mi café. Lauren se sentó a mi lado- ¿Tú ya comiste?

-Lo siento, moría de hambre - se disculpó besando mi mejilla.

-No pasa nada- comencé a comer con Lauren acariciando mi muslo de arriba a abajo gracias a mis pantalones cortos de algodón. Con sus ojos siguiendo cada uno de mis movimientos. Me causaba gracia, pero no dije nada. Estaba saltando de la alegría por esta situación. La tenía conmigo.

-Hermosa... - susurró tan suave que probablemente haya sido un pensamiento en voz alta. Giré mi rostro para quedar frente a frente y le sonreí. Llevó su pulgar hasta mi comisura y retiró alguna miga. Me acerqué lentamente hasta rozar sus labios.
La besé despacio, entrelazando sus labios carnosos, saboreando y enloqueciendo con su textura. 

Suaves y deliciosos.

-¿Cuáles son tus planes para hoy?- me preguntó. Suspiré al alejarme de su boca, aunque solo fueran pocos centímetros.

-Pues, quisiera pasar el día contigo, y podemos hacerlo, sin embargo, primero debo pasar por unos documentos para terminar con un caso. Me gustaría tener todo listo para el mes siguiente, yo... quiero que nos vayamos de vacaciones ¿Qué opinas? - mordí mi labio. Estaba preparada para su respuesta. Tomó mis manos y acarició dulcemente.

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