𝕿𝖆𝖓 𝖉𝖚𝖑𝖈𝖊 𝖊𝖑 𝖆𝖒𝖔𝖗.

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Veía encantado como las personas probarán los postres, vio a su madre quien terminaba de atender a una ancianita que les había deseado suerte con el negocio.

Con una sonrisa se dirigió a la parte trasera para revisar como iba el kuchen de manzana y nuez.

Su sonrisa se desvaneció tan pronto como llegó al recordar su hogar, le había dolido dejar aquel lugar en el que fue tan feliz.

Entendía el porque, y le parecía tan injusto que por ser omega alguien intentase reclamarlo como si el no valiera nada.

El solo recordar el terrible día en el que casi era marcado a la fuerza lo hizo abrazarse a si mismo.

Levi veía con molestia a la persona junto a él, pensaba en estrellar el auto, o lanzar una granada para ver si así conseguía que la castaña gusardase silencio.

-  Soy una serpiente que anda por el bosque buscando una parte de su cola ¿Quiere ser usted una parte de mi cola?

Levi:Cállate ya loca.

- No seas así, yo se que en el fondo de tu corazón me quieres.

Levi: Si te quiero en el fondo.

- ¿De verdad?

Levi: Si en el fondo de un río.

- Que malo eres.

Levi: Si, si, lo que digas, ¿a dónde mierda vamos?

- Como sabes Nile fue padre por tercera vez hace poco, pues la chivita de corral nos invitó a su casa para conocer a su bendición, y tenemos que llevar el postre.

Levi: Esta bien, vamos a alguna panadería.

- De hecho vamos a la nueva pastelería, abrieron hace poco, pero escuche que los postres son deliciosos, y que hay un chico muy lindo que atiende el lugar.

Levi miro a la castaña, suspiro cuando el auto paro enfrente de el llamativo lugar, al bajar y entrar al lugar el delicioso aroma de los postres llenaron  sus pulmones.

Vio como la castaña se acercaba al aparador donde se encontraban varias taras y pasteles, mientras ella decidía cual llegar, un delicioso olor a caramelo, manzana y canela llegó a su nariz.

Sin darse cuenta el azabache terminó frente a el mostrador viendo a el ser más  hermoso de el mundo quien  lo veía con los ojos abiertos.