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Eren veía encantado el parque, el olor de las flores llego a su nariz.

Eren: Es hermoso.

Levi: Si te gusta podemos venir aquí siempre que quieras.

Eren: ¿De verdad?

Levi: Si.

Eren le sonrió mientras seguían camiando, el lobo de Levi movió la cola feliz al ver que su omega estaba tranquilo y feliz.

Eren: Alfa mire.

Levi presto atención a donde el omega veía, un anciano vendia conos de helado, sin esperar por la petición de el omega lo llevo.

Levi: Pide lo que quieras.

Eren asintio, el anciano no tardo en atenderlos.

- Son una pareja encantadora, me recuerdan a mi mujer y a mi a su edad.

Eren se sonrojo, Levi en cambio solo miro al hombre quien tambien lo miro mientras le hablaba.

- Muchacho cuida a este lindo omega, nunca se tiene la fortuna de encontrar a tu destinado y que este corresponda a tus sentimientos, cuida mucho de el.

Eren: Gracias señor.

- Muchacho veo un buen futuro para ti.

Eren sonrio, con el helado en sus manos vio como el anciano se alejaba.

Levi: Vamos a sentarnos para que comas tranquilo.

Eren sonrio mientras seguia al alfa, en silencio los dos pasaron el resto de la tarde en el parque.

Cuando la noche llego los dos se vieron en la necesidad de volver a la casa que compartían no sin antes pasar a comprar todo lo necesario para la cena de esa noche.

En cuanto llegaron a la acogedora casa Levi supo que algo iba mal, sobre todo cuando vio a cierta beta sentada en las pequeñas escaleras de el pórtico.

𝕿𝖆𝖓 𝖉𝖚𝖑𝖈𝖊 𝖊𝖑 𝖆𝖒𝖔𝖗.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora