Un cansado bostezo brotó de mis labios, la noche anterior me había quedado texteando con mis amigos hasta altas horas de la madrugada, para cuando quería ir a dormir eran pasadas las dos. Sabía de antemano que hoy sería más sueño que persona y por supuesto no me había equivocado.
Apunté todo lo que pude en mi cuaderno de la manera más rápida, puesto que la maestra Choi era de aquellos docentes que borraban el tablero antes de que hayas podido si quiera escribir cinco palabras. Por ello cada vez que ella me comenzaba a anotar yo lo hacía a la par.
Una vez terminado me permití recostarme sobre el pupitre, sólo serían unos minutos, al menos hasta que la profesora comience a escribir en el tablero nuevamente.
Nuevamente bostecé, de inmediato supe que era una mala idea, mis parpados comenzaban a pesar más y aún así no quería levantarme, además el sol que daba contra a mí no ayudaba, sólo me hacían sentir calentito y a gusto.
Quizás si cierro mis ojos por un par de segundos nadie lo notara.
Sonríe levemente y me acomodé de manera discreta, finalmente el cansancio me hizo ceder.
☁️
"Así que es divertido para usted dormir a mitad de la clase, joven Jung" Una voz madura se escuchaba algo lejana, aún así no presté atención y busqué una posición más cómoda para seguir durmiendo. "Insolente, además tiene el descaro de ignorarme" El repiqueteo de unos tacones aproximandosen hacían eco en toda la habitación, toda la escena era contemplada por el resto de los estudiantes, unos en silencio y otros queriendo retener sus carcajadas.
Alguien iba a meterse en problemas.
"Joven Jung si desea evitar un lío es mejor que se levante en esté instante" Frunció su ceño y se removió lentamente, poco a poco sus sentidos comenzaban a despertar. Pero aquella persona continuaba hablando, ¿de quién se trataba?
"Es la última vez que se lo repito joven, y si tiene tanto sueño debería ir a dormir en dónde perdió la noche o me veré ob-"
"¡Ya entendí, mamá! pero es que tengo sueño y a la primera hora tengo con la maestra Choi y sabes que es todo un dolor en el culo" Lo siguiente que se escuchó después de eso fueron suspiros de asombro y carcajadas divertidas. Allí finalmente Hoseok volvió en sí, pero su boca traicionera ya había dicho cosas de más.
Finalmente se levantó exaltado de su babeado pupitre y con lo que su mirada se topó primero fue la profesora que se mantenía con una expresión ilegible en su rostro cruzada de brazos a un lado suyo. Sólo atinó a formar sus labios en una perfecta "O", nop, esa no era su madre y mucho menos su casa.
Genial
"M-maestra Choi, que lindo es el día de hoy, ya vió" Una sonrisa nerviosa se adueño de sus labios de corazón, la mirada directa de su docente lo hacía paniquear. "Lo lamento mucho profesora, no quería decir eso. Es decir, si nos pone mucha tarea y cada vez que salgo de su clase me duele la mano... E-eh, pero, el punto es que... ¡Por favor deje de mirarme así!" Estaba a nada de un colapso nervioso en ese momento, podía escuchar las risas de sus demás compañeros y le faltaba poco para hacerse pis allí mismo.
Iba a dar marcha a otro discurso que conseguiría hundirlo más, pero la carcajada femenina de la señora Choi retumbo en todo el salón de clases dejando a todos sorprendidos.
"Vaya joven Jung, no creí que en mi clase tuviese un bebé. Su rostro, fue tan cómico" Ella continuaba riendo a lo que se le fueron sumando otros estuadiantes, mientras que Hoseok se mantenía helado en su sitio.
"E-eso quiere decir que olvidará lo que dije" Inquirió con una leve esperanza con sus ojos pegados a la mujer.
"Oh, querido, claro que no. A partir de hoy limpiará esté salón de clases por lo que resta del mes" Y con esto último se marchó de vuelta hacía su pupitre para continuar con la clase, aunque faltasen sólo unos minutos para que está finalizara.
El pobre Hoseok estupefacto se quedó mirando a un punto fijo, tendría que limpiar aquel salón el solito, lo peor es que no es nada pequeño y el instituto le da miedo, no quiere imaginarse cuando se quede allí en la tarde por los siguientes días.
Aunque pudo ser peor, cómo lo sería llamar a su mamá y decirle que su hijo se había vuelto un revoltoso.
Se estremeció en su lugar, seguro su madre le habría dado el sermón de su vida junto con un buen coscorrón, no, no, era mil veces mejor eso a que la señora Jung se entrometiera en el asunto.
Apoyó su cabeza contra la ventana que yacía a su lado, soltó un pesado suspiro y se puso a pensar en las excusas que debería darle a su familia por las llegadas tarde y a quién le pediría prestados los apuntes de ese día.
Tal vez se había levantado con el pie izquierdo.
Cuando la clase llegó a su fin, apresurado recogió sus cosas y se acercó a uno de sus compañeros, Lee Minho o Lee Know cómo le apodaban. Se trata de un chico realmente agradable y no dudo en prestarle sus apuntes diciendo que se había salvado de una grande mientras se reía a partir del suceso con un Hoseok colorado hasta las orejas que le daba una leve sonrisa apenada.
Se despidió de él diciendo que en la mañana le devolvería su cuaderno y comenzó a alejarse de allí, era receso, iría a su casillero a guardar algunos de sus libros y luego a la cafetería por algo de comer.
Algo le decía que el chisme del bochornoso momento que había creado anteriormente ya se había regado, ya que tenía varias miradas pegadas a él acompañadas de sonrisas burlonas. Chasqueó la lengua y se acomodó su bolso sobre el hombro, ya no volvería a quedarse en el chat con sus amigos hasta altas horas de la noche, eso era seguro.
Una vez frente a su casillero puso la combinación que le correspondía, al abrirlo sacó sus libros y los reemplazó por los que usaria para continuar con el siguiente ciclo.
Cuando comenzó a sacar sus libros notó que algo cayó de allí, extrañado miró hacía abajo y se encontró con un paquete, frunció su ceñó un poco y luego de cerrar la puerta del compartimento se agachó para analizar lo que era, un poco temeroso cabe decir, dado a que sus amigos ya le habían hecho bromas de está manera anteriormente.
Acercó uno de sus dedos y lo presionó en el objeto, pronto se alejó unos pasos pero al ver que no sucedió nada pudo liberar el aire contenido en sus pulmones. Con más seguridad lo levantó llevandose la sorpresa de que se trataban de sus snacks favoritos. Quizás ya hayan caducado, pensó, Jin le hizo aquello el año pasado.
Dió la vuelta al paquete y lo siguiente que encontró fue una nota; una letra elegante y cursiva se hacía notar con la leyenda de "Lo lamento" escrita allí. En la parte inferior del papel se podía leer un JK, seguramente el autor.
Pero, ¿de qué se lamentaba?, que él recordara nadie le había hecho daño o algo parecido cómo para que deba disculparse, ni siquiera conocía a alguien de nombre JK, y si lo pensaba aquel era un nombre extraño también.
Pero de todas formas eran sus Snacks favoritos, no podía negarse. Luego con ayuda de Taehyung se pondrían en plan de investigadores, su menor era bastante bueno con descubrir cosas.
Al recordar a su amigo miró su reloj sobre su muñeca notando que faltaban ocho minutos para que el receso terminase. Así que de inmediato comenzó a correr con el paquete entre sus manos.
Escondido en una de las columnas se encontraba un joven viendo en la misma dirección hacía dónde el castaño había ido.
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𝘤𝘢𝘭𝘭𝘢𝘥𝘰 𖥻𝗸𝗼𝗼𝗯𝗶
Random¿𝘘𝘶𝘦́ 𝘱𝘢𝘴𝘢 𝘱𝘰𝘳 𝘵𝘶 𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦, 𝘤𝘩𝘪𝘤𝘰 𝘴𝘪𝘭𝘦𝘯𝘤𝘪𝘰𝘴𝘰? ☁️; Jungkook top!¡ Hoseok bottom¡! ☁️; Fluff, romance ☁️; historia corta