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Terminó por ordenar su cuarto luego de varias semanas, sonrió satisfecho con el resultado, el espacio lucía mucho más grande y por supuesto, libre de polvo y ropa regada por el piso, tiene un agradable olor a lavanda y se nota ordenado, justo como le gusta.

Con un suspiro cansado se dejó caer sobre su cama y se acomodó en el colchón bajo suyo, observó su reloj de pared y apenas marcaba las cuatro y media. Bien, un tiempo récord, comparado con el tiempo que había calculado en su cabeza. Tomó su teléfono olvidado sobre la almohada y lo desbloqueo, le envió algunos mensajes a Jin y a Tae, justo cuando estaba por enviarle otro a Jungkook, la pantalla se iluminó y el timbre anunciando una llamada entrante junto con su contacto en frente se hizo presente, supongo que lo invoque.

Descolgó la llamada y presionó el móvil contra su oído.

"Hola, Jungkookie, ¿va bien el turno?" saludó animado, pero no recibió respuesta, incluso luego de varios minutos, sólo percibia su respiración pesada.

"Jungkook, ¿estás bien?" interrogó reincorporandose hasta sentarse sobre el colchón, se decía a sí mismo que debía guardar la calma.

"N-necesito que vengas... Por favor, Hobi, n-no me siento bien" sus palabras lentas y temblorosas enviaron señales de alerta a todo su cuerpo.

"Esta bien, necesito que respires y me digas en dónde te encuentras ahora" le dijo con tono firme mientras se bajaba de su cama y tomaba las llaves de su casa que se encontraban sobre su mesa de noche.

"En la panadería, e-en la parte de atrás" susurró, se escuchaba claramente agitado y los sollozos que soltaba algunas veces sólo lograban poner sus vellos de punta.

"No te muevas de ahí, Jungkookie, por favor, no tardo en llegar" le aseguró antes de colgar y terminar de ponerse sus zapatos en la puerta de su casa.

Salió y con paso rápido comenzó a avanzar por la acera, repitiendose que necesitaba calmarse, si se trataba de lo que él creía que era, debe estar lo más tranquilo posible cuando llegue allí. Mientras caminaba, repasaba en su mente las cosas que había investigado hace un tiempo para casos como ese. Decir que estaba nervioso era poco, sin embargo, al pensar en la voz desesperada de Jungkook lo único que su mente pedía era: debes estar con él, necesito estar allí.

Tomó varias inspiraciones al visualizar el establecimiento a pocos metros: está bien, pudes hacer esto Hoseok, es por Jungkook. Se adentró en el lugar inmediatamente al llegar a la puerta, notando enseguida un pequeño desastre cerca de unas mesas y el rostro de un hombre visiblemente enojado. Tragó sonoramente y se acercó a la caja, siendo recibido por la tensa sonrisa de la encargada.

"¿En dónde está?" la mujer mayor lo observó, callada. Soltó un suspiro y señaló después una puerta tras ella. Hoseok agradeció la indicación y pasó al interior de lo que parecía ser la bodega. Se abrazó a sí mismo por lo frío que era el lugar, buscando con su mirada al azabache, dando con él pronto, acurrucado junto a una estantería.

"Jungkookie" llamó, más no recibió respuesta, en su lugar una mirada y labios temblorosos, estaba llorando. Se acercó lo suficiente y se puso a su altura.

"No quise hacerlo, Hoseok. N-no fue mi intención, fue... fue un accidente, pero él comenzó a gritar y no supe como reaccionar" su voz se rompió, su respiración era errática, estaba inquieto.

"Tranquilo, tranquilo. Mírame Jungkook, concentrate en mí voz, ¿está bien?, respira" ordenó con voz suave alcanzando una de sus mejillas y acariciando suavemente, retirando una lágrima con su pulgar.

"Seguramente van a echarme, fue un desastre" soltó en un tono lastimero. "N-no puedo perder el empleo, necesito ayudar a Yoongi... ni siquiera puedo mantener un trabajo" su llanto incrementaba y temblaba, comenzando a hiperventilar.

"Jungkook, me has dicho que fue un accidente, seguramente lo entenderán" tomó las manos del azabache y acarició suavemente. "Calma, cariño, no perderás el empleo, pero necesitas tranquilizarte para explicar la situación a tus jefes, ¿sí?, yo estaré contigo" prometió con una sonrisa al notar el brillo esperanzado en su mirada.

Sus ojos se mantuvieron fijos y lo único que sonaba en el lugar era el sonido de sus respiraciones, la mirada de Jungkook se desplazo de sus ojos a su boca y sintió el aire atascarse en su garganta. Las manos del azabache acunaron su rostro y en poco tiempo, sus labios tibios ya estaban sobre los suyos. Sus ojos escocieron ante el acto por un momento, hasta que, finalmente dejó caer sus hombros y aferró ambas manos a las muñecas ajenas, correspondiendo.

La presión era tímida y dulce, los labios de Jungkook se movieron tiempo después y Hoseok sintió su cuerpo como gelatina. Una revolución en su interior se desató a partir de allí, un choque entre su racionalidad y sus emociones reclamando cosas completamente diferentes, pero ni siquiera pudo concentrarse en ninguna, porque las caricias en sus mejillas se robaban toda su atención.

Cuando el aire se agotó tuvieron que separarse por breves segundos y con una bocada para llenar sus pulmones Jungkook volvió a tomar su boca entre la suya, con sus manos lo atrajo más hacía su cuerpo y suspiró aliviado ante el calor que desprendía el cuerpo del castaño. Hoseok sentía sus mejillas arder ante el contacto, sus manos acariciaban al interior de las muñecas de Jungkook y lo único que podía procesar era que... no quería separarse y necesitaba más.

Besar a Jungkook era algo completamente nuevo, no era su primer beso, pero se sentía como uno: era demasiado gentil y suave, ejerciendo presión en los lugares adecuados y lamiendo el tiempo justo enviando escalofríos a través de su columna, pudo sentir su sonrisa un par de veces y mentiría si dijera que eso no logró derretirlo. Era tierno y genuino con un toque de necesidad, sus labios danzaban como sí desde hace mucho tiempo se conocieran, era adictivo al punto de que se sentía adormecido, como si todos sus sentidos hubiesen dejado de funcionar y cuando Jungkook se separó de nuevo, no pudo evitar que un sonido de desaprobación escapara de su boca, aún no quería alejarse.

Pero, al abrir sus ojos, se encontró con el fuego ardiente en la mirada ajena que lo consumió y privó de sus palabras, era intenso y dulce, la perfecta combinación, como miel sobre hojuelas y fue cuando supo que no cambiaría esa mirada por nada.

Una sonrisa se adueñó de su rostro bajando un poco su cabeza al sentirse abrumado de repente, entonces los labios del azabache impactaron con su frente y un suspiro agradecido lo abandonó.

Fue envuelto entre sus brazos y nunca se sintió tan bien como en ese instante, devolvió el abrazo y fue como si todo terminase de encajar. Extremidades enlazadas, mentes y corazones en la misma página, como una revelación, una declaración silenciosa. Finalmente, Hoseok fue completado y ni siquiera sabía que le faltaba algo... no lo supo, hasta que sus labios danzaron en gloriosa pasión. De repente, ya nada importaba tanto como el sostenerlo y aferrarse a él, se lleno de una sensación tan familiar y los sentimientos se volvieron fuerte, burbujeantes e imposibles de contener. Todo aquello se siente como Jungkook es: simple y encantador. Con una mirada tranquila y una sonrisa, con el poder de ponerlo nervioso con sólo decir "hola" y reconfortarlo al mismo tiempo con su sola presencia. Puede afirmar que nunca se sintió así, sin embargo, no le asusta, de hecho, le hace querer seguir explorando y ver hasta dónde podría llegar. Quiere conocer mucho más de Jungkook y al mismo tiempo quiere revelarse frente a él como quién es realmente y desea sonreírle, abrazarlo, consolarlo y besarlo incontables veces sin cansarse... sólo lo quiere a él, sin miedos, sin perjuicios, quiere tomarlo con todo lo que Jungkook tiene para ofrecer y con todo lo él mismo tiene para dar.

𝘤𝘢𝘭𝘭𝘢𝘥𝘰 𖥻𝗸𝗼𝗼𝗯𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora