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"Estás seguro Jungkookie"

"Lo estoy, Hyung"

Jungkook recordaba la conversación que había mantenido con su hermano esa mañana, la había dicho que deseaba inscribirse al concurso de talentos y él, aunque lucía un poco preocupado al respecto, estaba incluso más feliz de lo que alguna vez le había visto, de hecho, se ofreció a ayudarle con su acto. Realmente está muy agradecido con su hermano, al estar siempre para él y apoyarlo en cada decisión, aunque en el pasado no haya sido el más grato, ahora se esforzaba en compensar cada uno de sus actos de cuando solo era un niño molesto con el mundo. Pues nadie tenía la culpa de lo que había sucedido, el destino lo hizo de esa manera y nadie puede anteponerse ante sus redes. Jungkook la extraña más que a nada, pero la siente en su corazón y sabe que lo protege, su madre nunca se fue en realidad, permanece en sus memorias, el tipo de magia más fuerte que existe.

Decidió salir un rato, con su cámara colgada a su cuello, buscaría inspiración y la fotografía siempre era su mayor aliada para ello. Había estado escribiendo una canción, pero se quedó a mitad del camino, se sentía algo bloqueado y cuando escribía, se iba por las ramas y terminaba escribiendo cosas sin conexión, quizás en otro momento aquellos versos le servirían.

Caminó por las calles deteniendose para capturar algunas cosas de vez en cuando, ya sea un perrito o alguna cosa que le parezca interesante de las estanterias. Animado se dirigió hasta el parque de su vecindario, aquel que era muy grande y estaba lleno de zonas verdes, en dónde había un gran lago y aves por doquier. De toda la ciudad, aquel era su lugar favorito, porque era bastante tranquilo y le traía muy buenos recuerdos.

Se desplazó a través del grandioso lugar admirando la vegetación que no era común en una gran ciudad como Seúl, pero le alegra la existencia de sitios como aquel. Encendió su cámara y de nuevo se dió a la tarea de fotografiar diversas cosas, flores, aves, arboles y demás. Estaba contento con las imagenes logradas, le recordaban mucho a los escenarios que se presentaban en Busan cuando vivía allí con sus abuelos. Los extrañaba muchísimo, pero su hermano le dijo que irían a verlos en navidad, así que estaba feliz. No los veía hace cuatro años, pero siempre ha mantenido un contacto estable con ellos, adoraba escuchar la maternal voz de su abuela desde su teléfono, le reconfortaba, también lo hacían los chistes de su abuelo, no importa si se los sabe de memoria, él siempre encuentra la manera de hacerlos diferentes y divertidos, aunque sabe que le encantaría escucharlos en persona, solo requiere de paciencia y un poco de espera para que pueda ser así. También podría ver a Jimin de nuevo y Taemin, sus amigos de la infancia.

Continuó pasando las imagenes totalmente concentrado, admirando los colores y la resolución de cada una. Nunca terminaría de agradecer a Yoongi por haber comprado esa cámara para él, a sus doce años cuando comenzó a interesarse por las fotografías y aunque tampoco quería que su hermano gastase demasiado en él, por ello se límitaba a pedir solo lo necesario, realmente añora aquel regalo.

"Son muy bonitas" habló una suave voz tras él logrando asustarlo y hacer que saltara en su lugar.

"¡Lo lamento!, debo dejar de ser tan raro" murmuró lo último soltando una risita nerviosa.

"No sabía que venías por aquí" dijo en un tono más relajado y divertido el pelinegro, dejando de mirar las fotografías para concentrarse en la nueva presencia frente a él. El muchacho notando el cambio en el semblante ajeno, se permitió soltar la tensión en sus hombros también.

"Me gusta pasear por aquí... Me ayuda a pensar" sonrió admirando las cosas a su alrededor antes de posarse sobre figura de Jungkook. "¿Qué hay de ti?"

"Me relaja, es un escape de la vida citadina" sonrió mientras comenzaba a caminar lentamente siendo seguido por Hoseok al instante.

"Lo sé, me recuerda a la casa de mi tía. Vive en una cabaña a las afueras de la ciudad, en una pequeña colonia, es muy lindo todo por allí, aunque también hay que tener cuidado con la hiedra venenoza, es como un campo minado y con esa cosa no se juega" se estremeció levemente el castaño al recordar cuando sin querer tocó una de esas plantas. "Pero, en general, es lindo recibir aire fresco y disfrutar de las cosas que nos da la naturaleza"

Jungkook concuerda con eso, la naturaleza es maravillosa, prefiere disfrutar de ella de una manera sana antes que destruirla.

"¿Hace cuánto la tienes?" interrogó el castaño viendo curioso hacía la cámara que tenía colgada a su cuello.

"Desde los doce años" respondió simple Jungkook y allí iba una de las tantas cosas por las que le gusta Hoseok, con él no se sentía forzado a hablar de más.

"¿Qué se siente cuando tomas las fotografías?, es decir, ya sabes, ¿qué te mueve a hacerlo?" comprobado, Jung Hoseok es muy curioso.

"Se trata de ver un poco más allá, no sólo son las luces, los colores o la posición. Es el como habla esa imagen, lo que sin necesidad de palabras puede transmitirme, incluso en lo más cotidiano" sonrió el azabache hacía el artefacto que ahora estaba entre sus manos, el que le acompañó y guardó momentos que su mente no podía retener por mucho tiempo.

"Siento lo mismo cuando bailo" le dijo sonriendo ampliamente, encantado frente a las palabras anteriormente dichas. Jeon Jungkook es un tipo concizo e inteligente. "A veces las personas lo ven como solo moverse de un lado a otro y enloquecer. Pero cuando bailas, no solo son tus extremidades las que se sincronizan, es todo tú ser, mente y alma moviendosen en una sola dirección, contando una historia, hablando cuando las palabras no son suficiente" mientras relataba hacía una que otro paso de manera inconsciente, manteniendo su mirada fija en el cielo y Jungkook no puedo evitarlo cuando apunto su lente hacía él y capturó aquel momento, captando de inmediato la atención del joven provocando un furioso color rojo en sus mejillas.

"L-lo siento, puedo borrarla si quieres, no quería incomodar" de repente temblaba y se sentía muy tímido, quizás lo tomaría como un loco o... o simplemente le daría esa sonrisa brillante como el sol.

"¿Puedo verla?" Interrogó acercandose a él, Jungkook no lo dudo y asintió, le enseñó la imagen y Hoseok la admiró en silencio.

"Cuando comenzaste a hablar sobre el baile, tus ojos brillaban y tú sonrisa fue tan sincera que mi mente rogaba capturar ese momento" mí corazón también lo pedía. Pero, Hoseok no lucía disgustado, por el contrario, parecía feliz.

Levantó su mirada y se encontró tan cerca de Jungkook que le hizo preguntarse en qué momento habían dejado de ser desconocidos, preguntarse por qué no se alejaba. Sus ojos pasaban desde sus cejas espesas, a su mirada profunda y pacífica, sus mejillas, sus lunares... Jungkook luce tan joven, tan cálido sólo quiere fundirse en él y no dejarlo ir nunca. Quiere quedarse allí. Sus pensamientos son nuevos y extraños, pero no lo alarman, se sienten bien, se siente correcto admitirlo.

Se sentía en calma, como si de repente todo hubiese tomado su lugar, entonces por primera vez la mano de Jungkook acarició su mejilla, sus ojos se cerraron y se inclinó un poco más hacía el contacto, se sentía en casa.

Jungkook estuvo a punto de decirlo y Hoseok pudo haberse inclinado un poco más. Pero, aún debían esperar un poco.

Los dos chicos suspiraron, contentos. Hoseok se alejó y Jungkook retiró su mano, todo fue normal de nuevo, a excepción de las dos almas que en ese momento se entrelazaron.

𝘤𝘢𝘭𝘭𝘢𝘥𝘰 𖥻𝗸𝗼𝗼𝗯𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora