Capìtulo 16

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Claude también estaba en cama, pero a diferencia del otro, no podía pegar un ojo, pensando en la batalla. Fallon se hallaba a su lado.

—Recibiste una buena paliza—le sonrió.

—Mira quien habla, ese desgraciado me las pagará –golpeó con su puño la cama, encolerizado apretaba los dientes. La chica suspiro antes de hablarle.

—Te dejaré solo para que reflexiones. Te portaste muy mal.

—No quiero tus regaños.

—Alguien tiene que decirte la verdad.

Al otro día Owen regreso al salón de entrenamiento como si nada hubiese pasado. Elena y Leticia se quedaron viéndolo, Edmundo lo saludo animadamente, saludo al cual correspondió. Esta vez quien se interpuso en su camino fue el gigante de Yorki, acompañado por un joven que vestía con túnicas largas y de cabello rojizo en forma de trenza. Yorki, El Loco, tenía una mirada asesina, le dio mala espina al muchacho. Esta situación lo hizo sonreír nerviosamente ¿Qué deseaba ese loco? La muralla movió los labios, solo se escuchó un gruñido, el chico que se hallaba a su lado, de nombre Aldo dijo:—Dice que quiere retarte a un duelo.

—No, gracias.

Yorki abrió de nuevo la boca, fue otro gruñido, Aldo hablo otra vez:—Él dice que no acepta un no como respuesta—está molesta insistencia no le gusto a Murder por lo tanto respondió.

—Pues yo no acepto propuestas de locos—la respuesta fue un gruñido mucho más fuerte que el anterior.

—Él dice: si sigues traduciendo lo que digo, te cortaré la garganta—cuando termino de hablar, Aldo se percató a quien estaban dirigidas estas palabras, trago en seco mientras se sujetaba el cuello con ambas manos.

—¿Puede hacer eso? —preguntó con asombro Owen.

—Es un héroe, puede hacer lo que quiera.

—Por suerte yo también soy uno. Pelearé con él cuando los cerdos vuelen—se retiró sin hacerle el menor caso a los gruñidos de Yorki.

tenía otras cosas más importantes que hacer, como por ejemplo visitar aquel sitio que le recomendaron: El salón rojo. Fue aquel día después de la pelea contra Fallon, él y Noga continuaron vagando por la ciudad hasta toparse con un hombre, que repartía unos papeles de color rojo. Lleno de curiosidad le pregunto qué hacía, el hombre le contesto regalándole un papel al joven y otro a Noga.

—No pueden perderse la oportunidad de disfrutar de la compañía de bellas damas. Hay buena bebida y el ambiente es agradable, se los recomiendo—en un tono más bajo, con la palma de su mano pegada a su boca, como si estuviese chismoseando, dijo —Les aseguro que el servicio es de primera— le guiño el ojo a los dos, esa afirmación capto el interés del héroe. Ya tenía puesta a trabajar su imaginación, la que fue destruida en varios pedazos por la voz de Noga, como su papel.

—Esto es un descaro—dijo mientras lo rasgaba— Owen desastre del tuyo.

—Sí, sí, mañana lo haré.

—¿Qué? Mejor hágalo ahora. Su reputación es importante, no puede frecuentar sitios como estos.

—Tienes razón, esos lugares no son buenos—pronunció seriamente, su tono de voz sonó tan convincente, que Noga no dudo ni un segundo de su honestidad. De lo que no se percato es que su compañero detrás de su cuerpo tenía cruzados dos de sus dedos. Ese día Wolf y Luna retornaron al castillo cargados de vestidos y collares que la chica compro, nunca más la acompaño a ningún sitio.

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Damián Doucetland, el rey de Valtemor, conversaba en su habitación con sus dos hermanos menores, Estefan y Klein, su mano derecha. Klein hablaba con él en un tono respetuoso, aunque fuese su hermano no debía seguir tratándolo del mismo modo que cuando eran pequeños; las cosas cambiaron, ahora era el soberano de esas tierras.

The Lost Glory  [ #Prewings]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora