Capítulo 20

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A pesar de las advertencias que le hiciera Noga, Murder salió fuera del palacio, su objetivo era tratar de conseguir en el mercado negro información sobre alguien que supiese del volme, fue acompañado por Wolf. El chico comportaba de manera imprudente y no podía evitarlo.


El rey estaba siendo custodiado por sus mejores guardias, hombres dispuestos a proteger su vida, y Estefan no haría nada por ahora, todos en el castillo estarían alertas a cualquier percance, sobretodo los sirvientes más chismosos.


Caminaron y buscaron en todos los rincones de aquel lúgubre mercado, el lugar más desértico del reino, sin hallar a alguien que tuviese en su poder el famoso veneno.


Encontrar el mercado no fue cosa sencilla, cuando le mencionaban a la gente sobre el sitio eran mal vistos por los que interrogaban. Gracias a una pobre ancianita lograron dar con el lugar, ella les pidió de favor que no le dijesen a nadie que les brindo tal información, temía ir presa.


Una vez encontrado el mercado la investigación se volvió mucho más difícil, ninguno de los vendedores poseía el veneno, se defendían diciendo que hacía muchos años que no lo tenían en su poder.


Todos los mercaderes, sin excepciones, pertenecían a la peor calaña de criminales del reino, con tatuajes llamativos; algunos tenían en los brazos dibujos de cabezas cortadas, venems, terrores y otros al Rey del Espanto.


Wolf quería rendirse, si los que llevaban las investigaciones no pudieron dar con quien supiese del volme, ellos tampoco podrían. Luego de mucho indagar, se sentaron en el duro piso de una calle, exhaustos.


                                                      Wolf hizo una propuesta.


— ¿Qué tal si nos olvidamos de esto y vamos a ver armas?


—No, todavía no. Debemos hallar a alguien que sepa del volme —no podía darse por vencido, la vida de un amigo estaba en peligro.


No se confiaría, Francis era miembro de los investigadores, cualquier información que pusiese sus planes al descubierto la ocultaría de los otros.


—Dijiste volme.


                  Owen sintió a alguien hablar muy cerca de él, miro a Wolf.


— ¿Hablaste?


—Por supuesto que no ¿y tú? — miraron al mismo tiempo hacia su derecha, lo que vieron no fue de su agrado.


Quien les había hablado era un enano, con orejas largas y una cola roja. Tenía puesta la cara más risueña del mundo y sus ojos eran de un brillo malicioso.


Volvió a hacer la misma pregunta, esta vez Owen si respondió.


The Lost Glory  [ #Prewings]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora