13 | imperdonables.

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La tensión en el ambiente era asfixiante para los dos, cada vez se hacía más difícil mantener el contacto visual

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La tensión en el ambiente era asfixiante para los dos, cada vez se hacía más difícil mantener el contacto visual. Pensar era incluso más complicado, porque su mente no funcionaba correctamente y proyectaba imágenes que no ayudaban en nada.

¿Qué han estado haciendo?

No hacernos más daño, piensa JaeBeom, incorporándose y sorprendiendo al menor por su acción.

—Si, bueno... —aclara su garganta— No me odias, no te odio, todo resuelto.

YoungJae parpadea confundido.

—¿Qué? —de todo lo que había imaginado en menos de un minuto sobre lo que pasaría a continuación, jamás se imaginó que el chico simplemente se encogiera de hombros— ¿Solo eso?

—¿Qué más esperabas?

El dolor en su rodilla mientras se giraba sobre la cama reemplazo el ardor que sintió en su pecho al escuchar su pregunta.

—No lo sé. —dice— Pero no eso.

JaeBeom traga saliva.

—No hay más nada, ¿no lo ves? —mete sus manos en sus bolsillos, teme que la forma en que tiembla lo delate— No me odias, no te odio. Las peleas se detienen y ya no existe otro motivo por el cual debamos estar cerca del otro.

—Sal de mi habitación.

El mayor no pudo evitar paralizarse al escuchar su voz. Jamás había visto a YoungJae tan enojado y eso que era un experto para reconocer cuando lo estaba. Su ceño fruncido, labios abultados y cuando sus orejas se vuelven rosadas, está listo para deletrearle lo imbécil que es.

Pero, ésta vez era diferente, porque no hacía aquella bonita expresión y sus orejas no eran las únicas con color. Podría decir que su rostro estaba prácticamente deformado en dolor y rabia. Tardó demasiado en entender lo que estaba pasado, solo en fijarse en la tristeza que invadía en sus ojos.

YoungJae estaba a punto de llorar.

Y lo hace, una lágrima rueda por su mejilla, el inicio de muchas que retiraba con brusquedad con sus brazos. JaeBeom no quería causar eso, en lo absoluto, solo quería que YoungJae le dijera que lo odiara una vez más e irse. Es la forma en la que entendió que podía resolverlo, cumplir con lo que había prometido.

Puede proteger a YoungJae si éste jamás se vuelve a acercar a él y a veces, tiene que hacerle daño para que esté más que claro que ninguno de los dos es bueno para el otro. Y JaeBeom no volvería a dejar que su egoísmo volviera a arruinar lo que podría existir entre ambos.

Porque, cuando su hermano murió en aquel desastre, JaeBeom solo quería un culpable a quién castigar además de la lista de personas responsables que ya estaban siendo condenadas. No, él quería hacerle sentir a alguien el mismo dolor que estaba matándolo. Porque era solo un niño y sentía que era el único que había perdido algo.

―al final se quedan juntos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora