La Zorra.

Capítulo 10.

Muerdo mis uñas de los nervios que siento, pues han pasado dos clases y ahora mismo tengo a Luca a un lado de mi, con la mirada fija en el profesor...¿Cómo hago para disculparme?, ¿Porque lo hago?, Porque las únicas que se acercaron a mi aún cuando me llamaron zorra fueron Gena y Abril.

Y aunque sea las necesito para no estar sola, por qué créanme cuando les digo que si no tuviera a esas dos, Kevin, sus amigos y los demás ya hubieran intentando algo contra mi, por eso quiero tenerlas "contentas".

- Luca - susurro dándole un leve codazo, más este no voltea ni da señales de prestarme atención.
- Luca - vuelvo a decir con súplica, más de nuevo no me mira.

Resoplo frustrada al ver que este está tan metido en el tema que no siente el mosquito que se para en su mejilla derecha.
- Luca - subo una mano hasta detenerla cerca de su mejilla, mirando que el profesor no me vea, posó mi mano en su mejilla haciendo que se tense, pero aún así no me mira.

El mosquito sale volando, lo que me hace bajar rápido mi mano, ya harta de que no me escuche ni me voltee a ver, intento llamar su atención por última vez.
- ¡Luca! - susurro-grito, dándole un fuerte codazo el cual creo que le duele pues me mira con sus ojos encendidos en irá.

- ¿Que jodidos quieres Roja? - exclama mirándome fijamente, por un momento me da miedo su mirada más intento no dárselo a ver.
- Quiero que....- siento que no podré hablar así que rápido abro mi libreta, tomo una pluma y empiezo a escribir.

Ya cuando veo la nota lista se la entrego y cuando el la va a tomar, el profesor la intercepta y nos la quita.
- ¡¿Creen que mi clase es para mandarse cartitas de amor?! - escucho gritos de emoción venir de aún lado y detrás de nosotros, el profesor abre la nota y siento mis mejillas enrojecer a causa de la mirada que me da.

- Vaya que no sabía que mi clase les era tan aburrida que se ponían a conversar  por papelito como si fueran unos críos - regaña el profesor severamente.
- Elisa y Luca fuera del salón - pide, abro mis ojos en sorpresa, veo de reojo como Luca hace sus manos en puños.

- Pero profesor - hablo intentando que no nos saquen.
- Ya hablé, si no se salen aténganse a las consecuencias - tomo mi mochila al igual que Luca y sin decir más salimos, Luca nada más estar afuera golpea con una de sus manos en puño la pared de enfrente del salón.

- ¡Luca! - reprendo acercándome a el, este se gira y me enfrenta enojado.
- ¡Óyeme bien porque solo lo diré una maldita vez! - grita mirándome.
- No quiero que me hables, ni me veas ni que respires cerca de mí o atente a las consecuencias - advierte alejándose por el pasillo.

Una media hora después de estar sentada a lado de la puerta del salón, tocan la campana que significa el receso, mis manos sudan al ver salir a las chicas con su semblante serio.

- Hiciste que lo sacarán de la clase - habla Abril negando con su cabeza.
- Lo siento, saben que esa no era mi intención - explico.
- Dijiste que en el receso le dirías no en medio de una clase - bajo mi mirada al piso, sabiendo que tienen razón.

- ¿Ahora que hago? - levanto mi mirada para verlas.
- Por suerte tengo algo para pedirte y alejar unas cuantas sospechas que tengo - empiezan a caminar con dirección a la cafetería a dónde las sigo.

Entramos y nos sentamos en nuestra mesa habitual, en una de las de en medio pegada a una ventana.
Desde aquí puedo ver claramente a Kevin y su séquito de estúpidos pues su mesa está frente a la nuestra.

- Quiero que le pidas que valla a tu cama - suelta Abril lo que me hace mirarla fijamente.
- ¿Que? - Gena sonríe de medio lado.
- Eso querida, eres una Zorra todos de aquí lo saben solo que nadie te a visto en acción, hoy es tu día hazlo y seremos amigas mucho tiempo - trago en seco sabiendo que me están chantajeando.

- Hazlo cariño...No querrás que Kevin se acerque más de la cuenta ¿Verdad? - miro por un momento mis uñas para después fijar mi vista en el susodicho que viene entrando y al cual le debo "coquetear".

Me levanto decidida a hablar con el chico tatuajes pero la mano de Gena me detiene.
- Frente a todos - sin más me suelta y me deja ir, con paso vacilante camino hasta el.

Sabiendo que esto es una mala idea y que posiblemente sea la peor humillación que pasaré.