Capítulo 15.

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Abro mi boca ante el asombro que siento de ver este gran salón lleno de gente diferente a la que estaba en el "antro" bailando, me sierro la chaqueta inconscientemente al mirar a las mujeres y hombres de ahí, el agarre de Briana en mi brazo me hace doler al sentir la presión que ejerce en este.

¿Porque?, Porque en la habitación están personas llenas de tatuajes, y con piercing, ya sea fumando, tomando, platicando o tragándose la boca de alguna chica o chico.
Trago en seco al tener miradas fijas en Briana y yo.

- Eli...Quiero regresar - pide en un susurro Briana, me tenso al ver frente a mi aún chico que Conosco bien, el cual no se ha dado cuenta que estoy frente a él, rápido jalo a Briana a una esquina del salón lejos de esa persona.
- ¿Que te pasa?, Te has puesto pálida - habla preocupada.

- Dijiste que nadie del instituto venía aquí y acabo de ver a Ramiro besándose con una chica llena de tatuajes - explico pasando una de mis manos por mi cabello.
- ¿Y eso te molesta? - frunce su ceño curiosa.
- No niña, no ves que si nos ven juntas te empezarán a decir...- no termino al ver como ella capta el mensaje.

- No debimos venir - se lamenta mirando a todos lados.
- Hay muchos tatuados aquí...¿Que tal y son asesinos?, Por eso se juntan aquí - ruedo mis ojos al escuchar lo dramática que es.
- No exageres mi...- bajo mi mirada rápidamente al ver a Ramiro pasar por nuestro lado.

- ¡Hey Ramiro!, ¡¿Te vaz?! - habla una voz desconocida, llamando la atención del chico,el cual se para frente a dónde nos encontramos Briana y yo, puedo sentir mi corazón acelerarse y mis manos sudar de nervios.
- ¡Si, mañana nos veremos!, ¡Le prometí a mi novia llegar temprano! - sin más retoma su camino a la puerta por donde nosotras entramos.

Viendo que ya ha salido me permito respirar libremente.
- Eso estuvo serca - asiento dándole la razón.
- ¿Crees que Kevin y los demás estén por aquí? - muerdo él interior de una de mis mejillas, intentando calmarme.

- No lo creo, sino se hubiera ido con Ramiro, esos no se separan ni para ir al baño yo creo - sonrió de medio lado ante las palabras de mi amiga.
- De todas formas vamos, esto no me gusta - asiente para irnos más un hombre de tatuajes y barba larga sierra con llave, lo que nos hace mirarnos con pánico.

¡Ahora mismo empezaremos el juego, les pido se hacerque a la mesa en donde ya se encuentran nuestros apostadores!

Escuchamos por unas bocinas la voz de un hombre emocionado.
- ¿Tenemos algo mejor que hacer? - antes de poder responder Briana me jala para hacercarnos a la mesa que el hombre de la bocina dijo y lo que veo me deja pasmada aún más que a Briana.

Un chico de unos veinticinco años, con tatuajes en todo su rostro, cabeza, espalda y tiene una barba muy larga en la cual le hicieron o se hizo una trenza, está sentado frente a un chico que conosco bien y que he empezado a odiar muchísimo, el cual no a reparado en nuestras presencia.

Luca...Luca Santoro está aquí...

Es uno de los apostadores que estan sentados alrededor de la mesa, más Luca tiene un cigarro en su boca y un rostro frío y neutro, dandole un toque  más..oscuro, lo sigo mirando por largo rato no dándome cuenta a qué hora empezaron a apostar y jugar.

El poker se ve fácil más para una inexperta como yo, lo veo muy difícil y puedo decir que hoy no es la noche de Luca porque todo el fajo de billetes que han estado apostando se los ha ganado el barbudo.

Quizá siente mi mirada pues levanta su mirada de sus cartas y es ahí donde me mira...Con su ceño fruncido y sus ojos llenos de curiosidad y desconcierto de saber porque estoy aquí.
- Que mal juega Luca - escucho decir a Briana más yo solo puedo mirar a ese chico el cual resultó ser un verdadero patan.

- Creo que aquí terminamos Niño...Por lo que veo no tienes más que apostar - escucho la voz sangrona y ronca del barbudo hablarle a Luca, este último enarca una ceja divertido.
- ¿Que no tengo nada que apostar? - el asiente con arrogancia.
- Todo te lo he quitado niñito - jadeos de sorpresa escucho tras de mí, en donde se encuentra gran parte de las personas llenas de tatuajes.

- Tengo una última cosa que apostar - el barbudo se interesa, pues con un movimiento de mano lo incita a continuar.
- La apuesto a ella - me señala con la voz firme.

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