Capitulo 13.

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Cada persona tiene su modo de desahogarse de sus problemas, de ese peso que cargan en sus hombros, algunos embriagándose hasta no saber su nombre, otros drogandose para irse a un mundo "mejor" donde no haya problemas.

Pero también están esas personas que se desahogan llevándose a la cama a la primera persona que se les pone enfrente.
Yo no hago ninguna de esas cosas, yo me decanto más por la pintura, soy como una pintora la cual su lienzo es su propia piel.

Me hago heridas en mi piel para poder seguir adelante, no me mal entiendan odio sentir dolor y ver heridas en mi piel, pero ese es el único método que encontré para desahogarme...

El sentir lo filoso de la navaja incrustándose en mi piel, dándole paso a un leve ardor junto a un líquido carmesí me libera...Porque me gusta imaginar que lo que siento dentro de mi es ese pequeño dolor en la herida, que ese dolor de mi alma se irá con solo desinfectarme la cortada.

Las cicatrices físicas no me importan y nunca lo harán, porque las que me interesan están en mi alma...Mi alma está en pequeños fragmentos, pues me he cansado de esperar que alguien me ayude, me cansé de lanzar miradas a las personas pidiendo ayuda y que estos no se dieran cuenta.

Me cansé de esperar que algo bueno surgiera de esta miserable vida que llevo.

Veo mi reflejo en el espejo del baño, encontrándome a una chica de tez pálida, cabello rojo en rulos, ojos azul bajito, labios levemente rosaditos, en cada uno de los pómulos descansan imperceptible pecas y para terminar un buen cuerpo.

¿Que tengo de malo entonces?, Tengo un muy buen físico, soy millonaria o mi padre lo es, entonces ¿Porque me tratan así?, Se supone que las personas de dinero son las que menos sufren.

"No todo es dinero cariño"

Viene a mi cabeza la frase de mi madre que siempre le decía a mi padre cuando llegaba tarde de la empresa, por resolver problemas de dinero.

Suelto un suspiro cansino al momento de abrir la llave del lavabo, para limpiar con agua la poca sangre que sale de la herida de mi antebrazo izquierdo.
- ¿Señorita? - me exaltó al escuchar la voz de una de las empleadas.
- ¿Si? - pregunto encaminándome a la puerta para verificar que esté serrada.

- Su celular...Lo dejo abajo junto a su mochila y a estado sonando desde que subió - explica a lo que frunzo el ceño, pues casi nadie me habla, menos Gina y Abril ellas solo me hablan cuando es necesario que quieren ir de compras.
- Ahora salgo, déjalos en mi cama - está no contesta más se que acató mi orden, pues escucho sus pisadas por la habitación.

Minutos después escucho la puerta del cuarto ser cerrada, bajo la mirada al suelo al quedarme sola de nuevo...

"Siempre has estado sola Elisa"

Recuerdo con pesar, vuelvo a lo que minutos antes estaba haciendo y ya cuando no deje rastro de sangre en mi brazo es que salgo a mi habitación.
Me encaminó a paso lento hasta sentarme en la orilla de mi gran cama, tomo mi celular al escuchar el tono de llamada, sin ver quién es contesto.

Llamada....

- ¿Si? - pregunto con mi ceño fruncido.
- ¡Lo lamento Eli!, No pude estar ahí como hubiera querido porque el maestro de filosofía me llamo - escucho la voz alterada de Briana, sonrió al entender de qué habla.

- No te preocupes, aunque estuvieras ahí no podías acercarte a mi, para como siempre consolarme - hablo con voz melancólica.
- Pero me hubiera gustado estar ahí para apoyarte desde lejos...Y como no estuve cuando me necesitabas me siento culpable - confiesa.

- Por eso llamo, estuve hablando con mi prima y le conté que quería compensar a mi mejor amiga, nada más que no sabía cómo, y ella me dijo que te llevará a un lugar que ella frecuenta mucho...Se llama "Dark Corner", así que lo pensé y...¿Te animas? - muerdo mi labio inferior, decidiendo si ir o no.

- Briana creo que sería una muy m..- me interrumpe antes de poder negarme.
- Me has dicho que tu padre no se encuentra estos días, salgamos aunque sea un rato además ahí nadie de los del instituto va, vamos ¿No quieres ir a una aventura? - niego con mi cabeza ante la tontería que cometeré.

- ¿A qué hora paso por ti? - escucho un grito de emoción venir del otro lado de la línea.
- A las nueve estaré lista y fuera de mi casa esperándote, es mejor que te apresures pues son las ocho - sin más escucho como cuelga, lo que también hago.

Fin de la Llamada...

Tiro el celular a la cama, intentando ver lo positivo de salir de noche con Briana, a un lugar que no conoce sino que se dejó guiar por su prima de la cual nunca había mencionado hasta ahora y la cual no conozco para fiarme de ella.

- Está noche espero no sea larga - pido en mi mente rogando a Dios que este día por fin acabe.

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