Acuarela Facial || Todoroki Shouto x Reader

VII

Misión

Yaoyorozu se ajustaba la mascarilla con motivos de panda que Jirou le había regalado por su cumpleaños. Ya se sentía mejor del resfriado de la semana pasada, pero no quería contaminar a ninguno de sus compañeros. Trabajaba en la agencia de Ingenium, e Iida le había pedido que lo acompañara en una misión que tendría lugar en Sendai. En esta participarían Midoriya, Todoroki y Ashido, aparte de la policía local bajo las órdenes de Kusanagi Reika, a la cual Tsukauchi se mostró renuente a dejar a cargo mientras él realizaba otra investigación.

El operativo era sencillo. Evacuar el área, encontrar la base de los villanos, dialogar con ellos, luchar de ser necesario y capturarlos. Luego de eso, podrían regresar a sus respectivos hogares sanos y salvos. Era el protocolo normal y no había razones para que saliera mal.

El aparente grupo de villanos, sin número exacto, pero con la suposición de ser varios por la escala de cobertura del kosei con el que se manejaban, tenía cierto complejo de Robin Hood; robaban bancos y celebridades con el fin de realizar donativos inexplicables a personas necesitadas. Sin embargo, habían cambiado últimamente su modus operandi, dejando víctimas en cada asalto, unos más heridos que otros. Hasta esos momentos, había fallecido alguien por múltiples heridas, aunque aún debía esclarecerse la causa de su muerte por negligencia médica o por los villanos. Además, se les acusaba de varios secuestros con sumas exorbitantes como rescate; pero no había evidencia contundente.

Estaban lidiando con villanos que habían tergiversado la concepción de justicia, condenando personas que, si bien eran culpables, nadie había podido demostrarlo. Los héroes no podían recriminarles nada, pero lo que hacían era incorrecto.

Habían quedado en reunirse en la estación principal de Musutafu y, una vez estuvieron todos, compartieron un breve vistazo cuando Todoroki se excusó y se alejó para atender el teléfono. Por lo general, él no hacía eso, respondía ahí mismo con monosílabos y cortaba la llamada. Prolongarse más de veinte segundos era una exageración. Sin embargo, ahí estaba, hablando casi en secreto, asintiendo con una expresión mucho más condescendiente de lo que recordaban; más o menos similar a la que usaba con Momo o Izuku, y llevaba más de un minuto conversando.

Nadie dijo nada, pero se cuestionaron si el mundo se acabaría pronto. Quizás por un asteroide súper esquivo que se desviara a último segundo...

—Sí, te aviso cuando llegue —escucharon que mencionó—. Tú también cuídate.

Colgó y se encontró con la sonrisa socarrona de Ashido. Curvó una ceja, imaginando que sería abordado por ella.

—Debiste habérmela pasado —comentó—. Tengo tanto tiempo que no hablo con (T/N)-chan... Odia hablar por teléfono, o eso pensaba, al parecer sí le gusta cuando es la voz de un Shouto salvaje.

El aludido parpadeó varias veces. Recordaba que sí había dado muestras de reticencia cuando le pidió que hablaran en vez de enviarse mensajes, pero había aceptado al final. Se cuestionó si había hecho lo que él odiaba de las otras mujeres con las que había salido, se había autoimpuesto a ella sin percatarse que la incomodaba.

—¿Hablabas con la chica del número que Ashido grabó en tu celular sin tu permiso? —enfatizó Tenya, aún recriminándole por eventos de hacía varios meses.

—Sí, nosotros...

—Están saliendo. —Aplaudió Ashido, pasándole su boleto de abordaje en el tren bala a un controlador.

—¿En serio? —soltó Midoriya—. ¿De qué me perdí?

—No estamos saliendo —refutó con severidad, ligeramente exasperado.