XIII

3.2K 360 82
                                    

Música

La música reverberaba por los resquicios del apartamento, los bajos hacían vibrar el suelo. Curvó una ceja y continuó su ascenso por las escaleras, aún cuestionándose por qué su novia vivía en un octavo piso en un edificio cuyo ascensor estaba dañado; la única razón que siempre esgrimía era que, por estar dañado y ser de una marca que había dejado hacía mucho de producir materiales, la renta era más baja que la mayoría de los sitios de la zona. Aunque él no se quejaba, era bueno que ella ejercitara y generara resistencia... En su mente paranoica por todas las cosas que había tenido que presenciar a lo largo de su carrera, sabía que ella podría defenderse en caso de ser atacada por alguien. Al menos podría huir.

Agitó la cabeza para alejar sus pensamientos pesimistas, preocuparse por eso resultaba ser angustiante, era uno de los peores escenarios que podía imaginarse, ella siendo atacada por su culpa, por el rencor de algún villano.

Con un suspiro, empujó la puerta, siendo recibido por la música, todas las luces encendidas, y el aire acondicionado a temperatura baja. Se sorprendió cuando el sonido se sobrepuso al tintineo de las campanas de viento. Se deslizó en el interior y, antes de percatarse, una sonrisa empezó a crepitarle en los labios.

Se apoyó de la pared y disfrutó el espectáculo.

"Oh, crystal ball, crystal ball,

Save us all, tell me life is beautiful,

Mirror, mirror on the wall.

Oh, crystal ball, hear my song,

I'm fading out, everything I know is wrong,

So put me where I belong."

(T/N) cantaba, usando la escoba de micrófono y guitarra a la vez —a pesar de que no se escuchaba una—, agitando la cabeza violentamente al son del rock y exagerándolo un poco más. Giraba sobre sí misma y, en algún punto, empezó a bambolearse con la escoba. Se movía con soltura, ajena de cualquier presencia que pudiera apabullarla y, a pesar de sentir que violaba un momento que le pertenecía, Shouto no pudo evitar admirarla y disfrutar su inusual despliegue de locura, cuando ella siempre se había mostrado tan recatada y seria. Ver ese nuevo matiz en su personalidad, le hizo proponerse que quería que ella se sintiera tan cómoda junto a él, que no le importara hacer cosas infantiles en su presencia.

—Muchas gracias, fantasmas del edificio y área limítrofe. —Rio cuando los instrumentos dejaron de sonar.

Antes de que iniciara la siguiente canción, Shouto aplaudió y habló con la expresión mucho más suave:

—¿Encore?

(T/N) gritó. El sobresalto fue tan grande que reculó varios pasos, agradeciendo tener la escoba de soporte para no terminar cayendo. La siguiente canción del disco se reprodujo, con un tempo más suave y melancólico, dándole tiempo a colocar en orden sus pensamientos y a captar que era Shouto el que se había aparecido, cual espanto, en su casa.

—Me... Me asustaste... —se quejó, aceptando la mano que él le tendió para estabilizarse.

—Eso está claro. —Sonrió, viéndola bajar el volumen del reproductor—. La música se escucha hasta afuera.

—No hay nadie en el edificio. Todos se fueron de vacaciones por el feriado.

Todoroki recordó que las familias que moraban en el edificio compartían un chat grupal donde se informaban si iban a dejar sus apartamentos por varios días, de modo que, si encontraban actividad extraña, podían llamar a la policía porque probablemente se tratara de un ladrón. Era un sistema de vigilancia y protección entre vecinos, aunque a Shouto le parecía un tanto exasperante tener que reportarse a un hatajo de desconocidos.

Acuarela Facial || Todoroki Shouto x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora